jueves, 6 de enero de 2011

JOSE ALFREDO MATTIOLI
Ex policía responsable de las muertes de 4 personas
El juez Julio Bavio, procesó al ex policía Joaquín Guil por encontrarlo responsable de los homicidios de Alfredo Matioli, Ricardo Tapia, Marcial y Marcos Estopiñan, a través de un fallo que se dio a conocer el 21 de diciembre pasado.

El operativo se cumplió en abril de 1975, en Rosario de Lerma, luego de que fuera detenido Ricardo Tapia, en Chicoana.
En una primera declaración Guil señala que el procedimiento se llevó a cabo por los datos que aportó Tapia sobre el lugar donde se encontraban los hermanos Estopiñan y Mattioli.

En su relato Guil sostuvo que una comisión llegó al lugar, declarado por Tapia, que intentó escapar, "supuestamente" para alertar a quienes estaban en la vivienda, produciéndose un `enfrentamiento` entre la comisión policial y los cuatro jóvenes.

El resultado de la supuesta balasera según lo indican los informes médicos, es el fallecimiento de los cuatro jóvenes con 28 proyectiles en el cuerpo de cada uno, constatando que en total había 108 orificios de bala.

Del lado de la comisión policial, solo quedó un cabo herido.

En una segunda declaración Guil cambió sus dichos y manifestó que al llegar al lugar que fue señalado por Tapia, el jefe de Policía teniente coronel Miguel Gentile, les dijo a quienes estaban en la casa se entreguen, recibiendo como respuesta el ataque, que dieron como saldo las cuatro muertes.

Más de lo mismo

Los informes médicos de esa oportunidad señalaron que en el cuerpo de cada uno de los jóvenes había 28 proyectiles. En total se constataron 108 orificios de bala.

En esa época era "común" describir como "supuestas" fugas o "intentos" de alertar, a las muertes de los prisioneros, derivadas de ese tipo de procedimientos y que con el transcurso del tiempo se demostró fueron homicidios, tal los hechos como el de Palomitas.

En ese contexto se enmarca la muerte de Ricardo Tapia y de los hermanos Estopiñan, que no contaban con ningún tipo de causa, solo estaban afiliados a la lista Verde del ex gobernador Miguel Ragone, mientras que Alfredo Mattioli era un delincuente común por lo que las causas que tenía no eran de envergadura, que hicieran prever la muerte que tuvo.

En el procedimiento se secuestraron armas desamanteladas y solo dos que fueron disparadas, en ese momento, lo que dejaría caer la declaración de Guil que hace referencia a que atacaron a la comisión policial.

En el fallo se dictó además la prisión preventiva de Joaquín Guil, que se cumplirá como arresto domiciliario, trabándose embargo sobre los bienes hasta cubrir la suma de cuatrocientos mil pesos.

En tanto a Juan Carlos Alzugaray se le dictó falta de mérito en la responsabilidad de las muertes de Mattioli, Tapia, Marcial y Marcos Estopiñan.

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Falta de mérito para Guil y Alzugaray en la muerte de Jaime

La justicia Federal dictó falta de mérito a Joaquín Guil y Juan Carlos Alzugaray por la desaparición y posterior muerte del periodista Luciano Jaime, sin perjuicio que la investigación continúe hasta su esclarecimiento.

Joaquín Guil.

Jaime en 1975, se desempeñaba como periodista en la sección de policiales del diario El Intransigente.

La resolución que lleva la firma del juez Julio Bavio fundamenta que no existen pruebas suficientes para vincular a Joaquín Guil y a Juan Carlos Alzugaray, en los hechos que terminaron con la vida del hombre de prensa.

Alzugaray, presentó certificados de la Policía Federal que daban cuenta que al momento de la desaparición forzosa de Luciano Jaime y su posterior muerte, se encontraba en uso de su licencia anual.

En el caso de Guil, el fallo señaló que no hay pruebas que lo vinculen con la comisión del hecho en contra del periodista.

Los testigos al momento de prestar declaración señalaron que el trabajo de Jaime en el diario generaba malestar en las fuerzas de seguridad, por su relación con las situaciones policiales.

Sin embargo el magistrado considera que si bien ese podría haber sido ese el motivo de la desaparición y posterior muerte de Jaime, no es extraño suponer que su parentesco con Armando (su primo), haya contribuido para que fuese catalogado como "un enemigo a eliminar", teniendo en cuenta que en esa época esa irracionalidad era motivo suficiente para su ejecución.

Los testimonios

Entre los testigos que prestaron declaración figuran compañeros de trabajo de Jaime que relataron cómo el estado de ánimo y los gestos de Luciano Jaime habían cambiado, en las semanas previas a su muerte y que se quedaba en la redacción del diario más tiempo del habitual.

Meses antes de su desaparición que se produjo el 12/2/1975, ya la policía interrogó a Luciano preguntando por el paradero de su primo, situación que fue contada en el periódico.

El día en que desapareció, alrededor de las 20 horas, Luciano Jaime, atendió un llamado de teléfono de una voz masculina que le provocó malestar y nerviosismo. Esa noche Jaime no llegó a su casa y fue encontrado tres días después, su cuerpo dinamitado en "El Encón chico".

Fuente: Nuevo Diario



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