sábado, 2 de abril de 2011


Procesaron a Guil por el crimen del periodista Luciano Jaime


El ex jefe de Seguridad de la Policía de Salta, Joaquín Guil, una figura emblemática de las violaciones a los derechos humanos en la provincia, deberá responder también por el secuestro y homicidio del periodista Héctor Luciano Jaime, hecho cometido posiblemente en la noche del 12 de febrero de 1975, día en que fue secuestrado, a la salida de su trabajo, en el diario El Intransigente.



Guil fue procesado ayer por el juez federal subrogante Julio Leonardo Bavio, por el delito de "homicidio agravado por haberse cometido con alevosía y por el número de personas intervinientes", en concurso ideal con "privación ilegítima de la libertad", por su presunta participación en el crimen del periodista. El magistrado, que en diciembre pasado había dictado la falta de mérito a favor de Guil, tomó ahora una nueva resolución, de procesamiento. Lo hizo tras incorporar nuevas pruebas que apuntan a la participación criminal del ex policía. Entre esa nueva prueba se destacan los testimonios de la periodista Silvia Troyano, que fue compañera de trabajo de Luciano Jaime, y de Armando Jaime, primo hermano de la víctima y que fuera dirigente del Frente Revolucionario Peronista (FRP). El juez también ordenó la prisión preventiva de Guil, con la modalidad de arresto domiciliario, situación en la que ya se encuentra por las otras acusaciones en su contra. Y le trabó embargo por 400 mil pesos. Cuando fue indagado en relación a este hecho Guil mantuvo la misma postura de siempre: negar cualquier participación en violaciones a los derechos humanos. El magistrado no le creyó. Para el juez, Guil tenía una "enemistad" con Jaime, provocada por las investigaciones y publicaciones que el periodista realizaba en el diario. Según los testimonios incorporados, esa enemistad provenía de vieja data. Armando Jaime recordó que cuando asumió en el gobierno Miguel Ragone, en 1973, el entonces jefe de Policía, Rubén Fortuny, desplazó a los policías acusados de apremios ilegales y torturas (entre ellos Guil), el propio Jaime le señaló el lugar donde se guardaban los legajos de los ciudadanos a los que la policía represiva perseguía. Como posteriormente estos policías fueron sumariados y dados de baja, se considera que también eso contribuyó a generarle odios entre estos policías. El testigo también recordó que Jaime realizó otras coberturas en las que desnudó el accionar represivo. Luciano Jaime fue asesinado un mes después de que narrara el homicidio del militante justicialista Eduardo Fronda, que fue acribillado a balazos luego de sufrir torturas. Jaime contó este hecho con una descripción detallada y comenzó a recibir amenazas en su trabajo. Compañeros de trabajo como Rodolfo Plaza, Néstor Quintana y Roberto Gareca contaron en la justicia que tras esta cobertura Luciano Jaime, que era de carácter alegre, entró en un mutismo. Plaza recordó que poco Jaime policías que andaban en un patrullero le dijeron que dejara de "andar en cosas raras". Troyano contó que el propio Luciano Jaime había señalado a Guil como el autor de las amenazas: "Si mañana no vengo, Sylvia, búsquenme en cielo y tierra, porque Joaquín Guil me va a matar". Y Armando Jaime recordó que Luciano le había contado que recibía amenazas y daba por seguro que provenían de Guil. Fuente: Nuevo Diario de Salta

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