sábado, 19 de mayo de 2012


MULTITUDINARIA MARCHA EN JUJUY PARA RESPALDAR LA INVESTIGACION SOBRE LA COMPLICIDAD DE LEDESMA CON LA ULTIMA DICTADURA

En la calle para que el tribunal no afloje

Hubo alegría por los avances registrados en la causa en el último tiempo y preocupación por la ausencia de Pedro Blaquier y su salida del país. El presidente de la asociación de ex presos políticos denunció el intento de secuestro de su nieto.

Por Alejandra Dandan
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Una multitud se movilizó desde las afueras de San Salvador hasta la plaza del centro de la ciudad.
Desde San Salvador de Jujuy
Desde una vasija, al frente de la marcha, se expandía una columna de humo con romero, coba e incienso. Los que estaban ahí decían que esa combinación de distintas plantas, mezcladas entre el humo, adelante de los marchantes, subía para llamar a los ancestros del pueblo de Jujuy. “Se los convoca a la manifestación. Con esto volvemos a las ceremonias en las que pedimos a nuestros espíritus que en cada acción que hagamos nos acompañen”, dijo el hombre de la vasija, Diego Ruiz, delegado del pueblo guaraní de la Tupac Amaru, intendente del Talar.
Detrás de ese humo que subía entre la montaña hasta el cielo, decenas de miles de jujeños (cien mil según los números de las organizaciones nucleadas en torno de la Tupac Amaru de Milagro Sala, eje del movimiento) caminaban siete kilómetros desde las afueras de San Salvador hasta la plaza central.
En el día de ayer se repitió la experiencia del 24 de marzo: una marcha en la que confluyeron las organizaciones políticas y sociales con los organismos de derechos humanos. Aquella vez se juntaron para reclamar por la impunidad en el avance de los juicios por delitos de lesa humanidad y, en especial, por la causa de la Noche del Apagón. Esta vez, la marcha era distinta: para apoyar los avances que sí hubo, pero sobre todo a lo que advierten como el fin del período de impunidad para el presidente del ingenio, Pedro Blaquier.
“Es un día de celebración”, se escuchó en el final de la marcha, sobre el escenario. “Blaquier arrugó”, se dijo. “Lo hicimos dejar el país.” Ese nombre que, como quedó dicho allí, tiene el poder de reunir las deudas del pasado y del presente, explica la potencia que vienen teniendo las movilizaciones. “Blaquier defiende sus intereses a costa de la vida de miles de jujeños –dijo Milagro Sala en el escenario–: por eso es posible esta unidad y por eso es posible que seamos miles.” Habló Irma Peña, de Madres de Jujuy, y explicó que estaba “triste y preocupada”, que entendía que éste era un día histórico porque proponía un nuevo “reto para luchar contra la impunidad”, pero a la vez marcó esa sensación de “estar convencida de que estos cobardes, civiles del terrorismo de Estado, una vez más han tomado el camino de ampararse en artilugios legales”.
Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que llegó desde Buenos Aires para sumarse a la marcha, encuadró el presente en una celebración. “Hoy estoy acá –dijo–, y los veo, los toco, los siento, estoy acá representando a los treinta mil detenidos desaparecidos que están levantando los pulgares diciendo: no se desanimen, llegó el día, ya se sentará Blaquier, ya se sentarán tantos otros, no se desanimen.”
En el escenario también habló Hugo Condorí, presidente de la asociación de ex presos políticos. Condorí, que fue compañero de los dirigentes obreros de la obra social de Ledesma que están desaparecidos, denunció que el jueves por la tarde intentaron secuestrar a su nieto a la salida del jardín. Por un hecho fortuito, el secuestrador, que tomó al niño por detrás y salió corriendo, tropezó en un pequeño desnivel y cayó al suelo, lo que le permitió al nieto de Condorí escapar y volver a la escuela.
La marcha con forma de larga caminata empezó con una concentración en la cancha de Gimnasia y Esgrima y la autopista de entrada a la ciudad, vecina a los barrios cooperativos de viviendas de la Tupac que sirvieron de punto de encuentro. Los jóvenes, miles de ellos, llevaban los estandartes sostenidos por las cañas de los cañaverales. Había logos del Ingenio Ledesma con la gorra  militar y la palabra genocidas multiplicados en cada cuerpo. Fotos de Blaquier con el traje a rayas. Una remera que decía: “Campesino, tu patrón no comerá más de tu pobreza”. Muchos pibes. Muchos. Uno de ellos, en un carromato tirado por otros, agitaba a los que venían detrás con las canciones de protestas celebradas en tono de fiesta.
“... Y dale alegría, alegría a mi corazón, la sangre de los caídos se revelooó / y vas a ver las balas que vos tiraste van a volver...” Y luego, el “Olé olé olá a donde vayan los iremos a buscar”. Y otros. Y más.
Una mujer con una pechera sostenía en un tramo la bandera de doscientos metros con las imágenes de los treinta mil desaparecidos que entraba en la ciudad. Estaba ahí decía, por Ledesma, la empresa responsable de los 400 secuestros, de la sucesión de noches de julio de 1976 recordadas como la Noche del Apagón. “Tienen que caer todos”, explicaba Dolores Isaguirre y razonaba: “Porque imagínese otra persona, un pobre, roba una gallina o un pedazo de pan y va preso: ¿Por qué esta persona no?”.
Había banderas de la Textil del Carmen, Copas de Leche, cooperativas de viviendas que son partes de las 26 organizaciones que confluyen en la Tupac. Pero no eran las únicas. También confluyeron una de las escisiones de la Corriente Clasista y Combativa, el grupo de Quique Mosquera y había representaciones políticas del PC, del PCR y del Partido Humanista. Luego, a la tarde, cuando la primera marcha ya había terminado, se lo vio al Perro Santillán con las organizaciones que lo acompañan también caminar hacia la plaza.
Durante el día, así como llegó Taty Almeida, los organismos de derechos humanos recibieron los llamados de Remo Carlotto, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, y del fiscal Jorge Auat, de la Unidad de Coordinación de las causas de lesa humanidad de la Procuración, a quienes agradecieron haber sostenido en los últimos meses el proceso que terminó con los pedidos de indagatorias. Más tarde llegaron los diputados de La Cámpora Horacio Pietragalla y Marcelo Santillán.
El gobernador Eduardo Fellner hizo ayer un comentario público sobre el caso y puso a disposición a su gobierno por las denuncias de espionaje ilegal de Ledesma. Los organismos de derechos humanos habían criticado su silencio. Inés Peña también le habló a él en su discurso: “Exhortamos al gobierno de Jujuy –dijo– a tomar las medidas necesarias para que cesen estas políticas contra nosotros”.
Arriba del escenario se marcaron los hitos del proceso: la marcha del 7 de marzo en la que las organizaciones se plantaron frente al juzgado de Carlos Olivera Pastor para reclamarle una reunión. Y la marcha del 24 de marzo que reunió a 70 mil personas y que “precipitó”, dijeron, la renuncia de Olivera Pastor. Luego asumió un nuevo juez, Fernando Poviña, que en sólo dos semanas ordenó allanamientos que nunca se habían realizado a la empresa de Blaquier y promovió los pedidos de indagatorias para él y su gerente de administración, Alberto Lemos. En ese momento, cuando Raúl, el esposo de Milagro, hacía el repaso, se escuchó la respuesta de la plaza: “Y dale, dale al bombo –cantaron–, si no va preso va a haber quilombo”.
EL JUEZ PIDIO DATOS A MIGRACIONES Y ADMITIO UN PERITO DE PARTE

Marche un médico para Blaquier

Por Alejandra Dandan
Durante el día hubo nuevos movimientos en torno de la causa judicial que involucra al presidente del Ingenio Ledesma, Pedro Blaquier. El juez federal Fernando Poviña envió un pedido a Migraciones para conseguir oficialmente los datos que indicarían que el empresario dejó el país el último 15 de abril con destino a Uruguay y no regresó. Además, aceptó el pedido de los querellantes, que quieren incorporar un perito particular para acreditar las supuestas afecciones de salud del empresario. En esa línea, las querellas supieron que el certificado que presentaron sus abogados indica que Blaquier sufre un problema cardíaco y que necesita hacer una interconsulta casualmente muy lejos del país: Inglaterra y Francia.
Por otro lado, se conocieron los detalles del descargo que presentó el jueves en el juzgado federal el ex administrador de Ledesma Alberto Lemos, señalado como el brazo ejecutor de los secuestros de la Noche del Apagón. Lemos rechazó las acusaciones. Y también habló de los vehículos que se vieron en la Noche del Apagón con el logo de la empresa Ledesma secuestrando a la gente. Luego de argumentar que las Fuerzas Armadas tenían móviles propios y no necesitaban los de Ledesma, dice que “de ninguna manera tenía yo el control sobre cada una de las camionetas que integraban el parque automotor

Pedirán la captura internacional de Blaquier

El dueño de Ledesma no fue a declarar ante el Tribunal. Cien mil personas reclamaron justicia.

Si el informe de Migraciones que debe pedir el juez confirma la versión de que Carlos Blaquier salió del país, pediremos también su captura internacional”, señaló ayer a Tiempo Argentino el abogado Pablo Pelazzo, querellante por los organismos de Derechos Humanos de Jujuy. La huida del presidente de Ledesma el 15 de abril, confirmada extraoficialmente ayer, no frenó la masiva marcha que llevó a casi 100 mil personas a la Plaza Belgrano de San Salvador de Jujuy para reclamar que se investigue al poderoso empresario por su complicidad con la última dictadura cívico militar. 
A diferencia de su ex empleado, Alberto Lemos, quien realizó un descargo por escrito en el que negó su participación en la Noche del Apagón, el presidente de la compañía azucarera ni siquiera se presentó ante la justicia de Jujuy. 
Sus abogados, el ex juez federal de Jujuy Horacio Aguilar y Diego D’Andrea, argumentaron el martes pasado que su defendido no iba a poder comparecer. Para eso presentaron un certificado que data del 12 de abril donde un médico porteño confirma que sus problemas cardíacos lo incapacitaban para viajar a Jujuy y declarar. 
La fecha en que se realizó el certificado revela que la salida de Blaquier se preparó con tiempo ya que el 12 de abril todavía no había un pedido de indagatoria ni siquiera había un juez nombrado en la jurisdicción, ya que el subrogante Federico Poviña asumió recién el 16 de abril en remplazo del apartado Carlos Olivera Pastor. 
Si bien el médico no le permitía movilizarse a la provincia norteña, en Migraciones figura su salida del país el pasado 15 de abril, tres días después de realizado el certificado. Mientras se resuelve la situación de Blaquier, ayer se conoció la declaración del ex administrador de Ledesma, Alberto Lemos, quien en un escrito de once carillas rechazó todas las imputaciones que se le realizan a él y a la empresa por el secuestro de 400 personas durante la Noche del Apagón, de las cuales 30 permanecen desaparecidas. 
Lemos se presentó sorpresivamente el jueves por la mañana para entregar un escrito en el que descartó “por completo la existencia de una prueba directa, seria y concluyente” que pueda vincularlo con los hechos que se investigan. 
“Uno de los embustes que con más insistencia han circulado es que Ledesma prestaba sus vehículos a las fuerzas armadas y de seguridad para que pudieran trasladar personas detenidas”, comienza su descargo. 
A pesar de los testimonios de los sobrevivientes que relataron como fueron secuestrados en vehículos con el logo de la empresa, el imputado negó “enfáticamente” haber autorizado esa medida: “No precisaban los vehículos de Ledesma. Nadie los pidió. Nadie los entregó.” 
También se refirió a Luis Aredez, entonces intendente de Libertador San Martín, quien antes de su secuestro había aumentado los impuestos a la emblemática empresa. Consideró “absolutamente falso” que haya habido un enfrentamiento entre Aredez y Ledesma. En el mismo sentido, Lemos negó haberle dicho a la ex esposa del intendente, la fallecida Olga Aredez, que con la colaboración habían intentado “limpiar al país de indeseables”



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