sábado, 14 de julio de 2012


LOS VINCULOS ENTRE EN INGENIO LEDESMA Y LA GENDARMERIA

Un transporte privado

Uno de los represores que están siendo juzgados en Jujuy dijo que camionetas de Ledesma llevaban a los gendarmes al penal de Villa Gorriti. Intentó despegarse de las acusaciones en su contra.



El represor Mariano Braga fue el primer acusado interrogado en el juicio por violaciones a los derechos humanos en la provincia de Jujuy. Durante su declaración indagatoria negó toda participación en desapariciones o torturas, pero dijo una frase llamativa: “Una vez tuve un incidente con una camioneta de Ledesma que trasladaba a gendarmes”. De esa forma explicó que su auto casi choca con un vehículo del ingenio de Pedro Blaquier. La camioneta, según contó, se dirigía al penal de Villa Gorriti. Para la fiscalía y las querellas, el hecho refuerza la hipótesis del vínculo entre la empresa y los ejecutores del terrorismo de Estado.
Braga está acusado por el secuestro y asesinato del estudiante Julio Rolando Alvarez García. Ayer buscó desligarse de la represión en Jujuy y afirmó que sólo desempeñaba funciones “administrativas” como auxiliar del jefe del área 323, el coronel Carlos Bulacios, en “la atención a familiares” de presos políticos y detenidos desaparecidos. Además, definió como “técnico” su cargo de jefe de inteligencia en el GAM 5, una de las dos unidades del Ejército en Jujuy. Así, responsabilizó a Bulacios –ya fallecido–, con quien, dijo, tenía una “mala relación” . En ese sentido afirmó que el represor “era, en sentido figurado, dueño de vidas y haciendas en Jujuy. Le teníamos miedo”. En cambio, se describió a sí mismo como un inocente subordinado. Aseguró que como oficial de inteligencia se dedicaba en 1976, a mediciones topográficas, cartografía y otras actividades para “adquirir blancos” hipotéticos de la artillería. También dijo que en los ratos libres era el bibliotecario de su unidad.
“Desconozco”, “jamás supe” y expresiones similares repitió una y otra vez en una declaración de casi seis horas, cada vez que fiscales y querellantes le preguntaron sobre la represión de la última dictadura. El alegó que era “sólo un teniente”.
Sobre el centro clandestino de detención de Guerrero, en el sudoeste provincial, afirmó que supo de su existencia sólo después del retorno de la democracia pero que en 1976, al hacer cortes de ruta, le había llamado la atención la cantidad de vehículos de Gendarmería y de la empresa Ledesma que circulaban por sus inmediaciones: “Una vez tuve un incidente con una camioneta de Ledesma que trasladaba a gendarmes”, dijo. Y la frase se consideró un aporte al vínculo entre la empresa y el terrorismo de Estado. Si bien el rol del ingenio de Blaquier no está siendo juzgado en este expediente en particular, las declaraciones permiten reforzar la hipótesis de que la complicidad empresarial con el terrorismo de Estado por parte de Ledesma no se circunscribió a un episodio en particular, como la Noche del Apagón, sino que hubo una cooperación que se extendió en el tiempo.
Braga está acusado por el secuestro y homicidio del dirigente de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) Alvarez García. “Lo más interesante de la indagatoria va a ser analizarla con los testigos que vienen después”, dijo Ariel Ruarte, abogado de Inés Peña, la esposa de Julio Rolando Alvarez García y querellante en la causa. Ruarte consideró que Braga intentó “desvirtuar lo que, por medio de testimonios durante la instrucción, se pudo establecer claramente”. “Estamos abocados a presentarle al Tribunal mediante testigos lo que fue la verdad real, con el fin de que podamos lograr lo que es el fin de esta causa que, aunque lenta, es poder aportar al esclarecimiento de lo que pasó con Alvarez García.”
Fuente: Pagina 12



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El ex jefe de inteligencia en una unidad del ejército en Jujuy

Complicó a Blaquier el testimonio de uno de los represores acusados


Braga buscó despegarse de las imputaciones, pero reconoció que camionetas del Ingenio Ledesma trasladaban a efectivos militares.



Por: 

Tiempo Argentino

 Mariano Braga fue jefe de Inteligencia en dos dependencias del Ejército en la provincia de Jujuy, en el Área 323 de la represión del Estado. Por su accionar está acusado en la causa por el secuestro y asesinato del estudiante Julio Rolando Álvarez García.
Braga buscó ayer tomar distinacia de los hechos al declarar en el histórico juicio que comenzó esta semana en la provincia. Sin embargo, al brindar su testimonio, complicó a uno de los citados a indagatoria, el empresario Carlos Pedro Blaquier, ya que reveló que en 1976 vio camionetas del Ingenio Ledesma que "trasladaban gendarmes" desde la localidad de Guerrero, en el sudoeste provincial.
Braga afirmó que sólo desempeñaba funciones "administrativas" como auxiliar del jefe del Área 323, el coronel Carlos Bulacios, en "la atención a familiares" de presos políticos y detenidos desaparecidos, a la vez que definió como "técnico" su cargo de jefe de Inteligencia en el GAM 5, una de las dos unidades del Ejército en Jujuy.
Según dijo, como oficial de Inteligencia se dedicaba en 1976 a mediciones topográficas, cartografía y otras actividades para "adquirir  blancos" hipotéticos de la artillería, y que en los ratos libres era además el bibliotecario de su unidad.
"Desconozco", "jamás supe" y expresiones similares repitió una y otra vez el acusado, en su declaración de casi seis horas, cada vez que fiscales y querellantes le preguntaron sobre la represión terrorista de Estado y se escudó en que era "sólo un teniente". 
Sobre el centro clandestino de detención de Guerrero, en el sudoeste provincial, aseveró que supo de su existencia sólo después del retorno a la democracia, pero que en 1976, al hacer cortes de ruta, le había llamado la atención la cantidad de vehículos de Gendarmería y de la empresa Ledesma que circulaban por sus inmediaciones. "Una vez tuve un incidente con una camioneta de Ledesma que trasladaba gendarmes" desde Guerrero, relató en el juicio que unificó cinco causas, dos de las cuales implican a esa empresa del grupo económico que encabeza Blaquier.
También aludió a una "mala relación con Bulacios" y agregó sobre el jefe del Área 323, ya fallecido: "Era, en sentido figurado, dueño de vidas y haciendas en Jujuy. Le teníamos miedo." Braga sostuvo que las preguntas que le formularon fiscales y querellantes debían haberlas respondido los jefes de la represión como el propio Bulacios o Antonio Domingo Bussi, jefe de la V Brigada en Tucumán, de quien dependía el Área 323 de Jujuy, entre otras. "Ustedes tienen el obstáculo insalvable de los que se murieron", dijo a sus acusadores.
Braga es inculpado en la primera causa que se juzgará en Jujuy y la única con una sola víctima, el dirigente de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), Álvarez García, en la que está imputado por privación ilegítima de la libertad y homicidio, entre otros delitos.
"Lo más interesante de la indagatoria de Braga va a ser analizarla con los testigos que vienen después", dijo a la agencia Télam Ariel Ruarte, abogado de Inés Peña, la esposa de Julio Rolando Álvarez García y querellante en la causa.
Ruarte consideró que Braga intentó "desvirtuar lo que, por medio de testimonios durante la instrucción, se pudo establecer claramente". El letrado prefirió no hablar de los testimonios que serán ofrecidos en el debate pero recordó que, en la etapa instructoria, los testigos "han ubicado a este hombre en una posición muy diferente a la que habla él, en un sitio de poder" en el aparato represivo



Fuente: Tiempo Argentino



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