martes, 17 de julio de 2012


RUBEN YAÑEZ PRESENTE!!




                                


PALABRAS DE SANDRA YAÑEZ  EN EL ACTO DE RESTITUCIÓN DE LOS RESTOS DE SU PADRE RUBEN YAÑEZ


Buenos días mi nombre es Sandra, soy la hija mayor de Rubèn Yañez, quiero agradecer su presencia en este homenaje, porque significa muchísimo tanto para mí, como para mi familia. Queremos agradecer el apoyo y el auspicio de la Cámara de Diputados de la Provincia de Salta, la Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno de la Provincia de Salta, la Asociación Dr. Miguel Ragone, la Comisión de la Megacausa, el Sindicato de Luz y Fuerza; y a  todas las autoridades presentes, como así a las asociaciones de defensa DDHH que hoy se convocaron para acompañarnos Quiero agradecer en forma personal a quien hoy ya no se encuentra entre nosotros, pero fue mi apoyo y compañía  en la gestión inicial de la reivindicación de mi padre, la Sra. Lucrecia Barquet. Queremos, agradecer la permanente colaboración del Fiscal Federal de la Provincia de Jujuy  el Dr. Domingo Batule y  de manera especial a Ariel, a Elia,  a Germán y a Fernando, personas que trabajaron a nuestro lado conteniéndonos y enseñándonos con paciencia, a transitar este duro proceso de reencuentro familiar.


Mi padre desapareció el 8 de noviembre de 1975. Pasaron décadas sin saber de su paradero.
El 16 de marzo de 2012 el  Equipo Argentino de Antropología Forense, representado por el Lic. Miguel Ángel Nieva, nos comunicó la identificación fehaciente de sus restos. La peor noticia se confirmaba: un amplio informe detallaba las lesiones físicas que provocaron su muerte. Por cierto revelaba la saña  de sus ejecutores. Fue este Equipo, que con mucha perseverancia y por el trabajo mancomunado con el Proyecto de Iniciativa Latinoamericana para la identificación de Desaparecidos, el que hizo posible devolverle la identidad a mi padre, y con ello, la nuestra. Gracias Miguel, por tu tacto, comprensión y delicadeza.



Cómo cuesta, a esta altura y a la luz de los acontecimientos, escuchar frases detractoras y anacrónicas, validando todo el horror, la crueldad y la imposición del terror en forma organizada. Nos quisieron convencer que Rubén Yañez, mi padre, no estaba vivo… no estaba muerto… a decir del genocida Videla: “era un desaparecido”. Mi pregunta siempre fue qué significaba ese término, más allá de una estigmatización social. Fueron muchos años de mutismo y oscuridad. Ahora, mi familia y yo tenemos el privilegio de contar con sus restos, y podremos iniciar el duro proceso de cerrar una herida muy grande y armar ese gran rompecabezas que significó su desaparición. Ahora todos podemos hablar, sabemos quienes fueron sus sicarios, cuándo y dónde murió.

De a poco, nuestro país va recuperando su historia, para que todos los que vienen puedan contar con la Verdad y no se repitan los errores cometidos.


También estamos aquí presentes para recordar a Rubén Yañez, más allá del hecho puntual de su muerte. Fue un hombre multifacético (deportista, periodista, poeta, cantor, relojero, cazador, pescador, gremialista, amigo, hijo… hermano… esposo y padre). En su juventud practicó muchos deportes, destacándose en el futbol llegando a jugar en la liga salteña. En ese contexto - específicamente en el club Libertad- conoce al Dr. Miguel Ragone con quien comparte de inmediato sus inquietudes políticas y desarrolla una buena amistad. Fue corresponsal del diario “El Mundo”, militaba en el Frente Revolucionario Peronista, cursaba la carrera  de abogacía en la Universidad Católica de Salta hasta la fecha de su desaparición.
Como hija es un  privilegio poder contarles que fue un padre afectuoso, responsable, muy presente. Nos llevaba a eventos infantiles y disfrutaba de nuestra compañía. Al repasar mis recuerdos, al acordarme de nuestras charlas, de sus anécdotas, de su sonrisa, pareciera que nunca se fue… es que realmente nunca se fue… él sigue viviendo en mí y en todos aquellos a los que cuya lucha y trayectoria dejo una huella imborrable. La impronta  que El me legó: el  germen del bien y del mal están en el hombre, uno elige,  nunca dejes de luchar por Tus ideales.



Hoy tengo sentimientos encontrados: Por un lado la tristeza de su muerte y, por otro, la alegría de tenerlo entre nosotros nuevamente. Me siento orgullosa de ser una de sus descendientes. Obviamente que en estos largos años, lo extrañe, lo esperé y no pude llorarlo hasta ahora.

Mi padre y toda esa generación no están perdidos. Viven en mí y en cada uno de los que cotidianamente apostamos a la construcción de una sociedad diversa, libre y justa.
Este acto de homenaje, esta actitud social de negarse al olvido, me hace tomar nuevas fuerzas en la lucha por la Reivindicación, la Memoria, la Justicia y la Verdad de Rubén Yañez. Y es mi deseo profundo que todos los familiares de desaparecidos  puedan encontrar a los suyos y  las abuelas a sus anhelados nietos.

Muchas Gracias.

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