Se trata de Elías Arancio, quien estaba viviendo en el complejo Pueyrredón cuando fue arrestado. Es investigado en San Juan en el marco de una causa por más de 30 casos de secuestros, torturas y desapariciones.

 

Por: Jorge Hirschbrand jorgeh@elsol.com.ar

Elías Lucio Arancio fue detenido por orden de la Justicia Federal de San Juan, por estar sospechado en una causa que investiga asociación ilícita y tormentos durante la última dictadura militar en Argentina.

En el momento del arresto, ex militar vivía en el exclusivo barrio privado Pueyrredón, de Chacras de Coria, y hasta allí llegaron los efectivos con una orden para llevárselo.

Durante el período tenido en cuenta para la pesquisa, Arancio se desempeñaba como subteniente de Logística e Intendencia, y se retiró del Ejército Argentino con el rango de coronel de Intendencia.

Su participación está vinculada con la mega causa conocida como "Ripoll", donde se investigan los secuestros, torturas y desaparición de más de 30 personas en esa provincia.

De acuerdo con los datos que aparecen en el expediente, Arancio cumplía el rol de instructor militar en los sumarios que se hacían contra las personas que eran secuestradas. Se cree que esa suerte de declaración indagatoria que se tomaba en los centros de detención clandestinos era durante las sesiones de tortura. Y, de ser así, Arancio era más que un espectador privilegiado: era ejecutor o cómplice de los castigos que se aplicaban.

El caso está a cargo del juez federal Leopoldo Rago Gallo, conocido en Mendoza por su amistad manifiesta con los ex camaristas Otilio Romano y Julio Petra. Aún así, el magistrado sanjuanino fue uno de los que intentó apartar al juez Walter Bento de la investigación contra Romano por delitos de lesa humanidad.

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Cuestionó que no se hiciera lugar a los planteos de prescripción de la acción penal

La Justicia declaró inadmisible un recurso del represor Amelong

Está condenado por la sustracción y sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inadmisible un recurso extraordinario de queja presentado por el represor Juan Daniel Amelong, condenado el año pasado por la sustracción y sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacidos en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978. Amelong llegó hasta el máximo tribunal cuestionando la decisión de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná que confirmó la decisión del juez Gustavo Zonis que no hizo lugar a los planteos de prescripción de la acción penal y trasgresión al plazo razonable. El represor, con patrocinio de la defensora oficial Graciela Liliana Galván, cuestionó el tiempo que se extendió la instrucción de la causa, desde la denuncia presentada en mayo de 2005, hasta su elevación a juicio, a fines de 2010. Sin embargo, los ministros Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda y Raúl Eugenio Zaffaroni consideraron que la presentación resultaba inadmisible y que las cuestiones planteadas resultaban insustanciales o carentes de trascendencia. 

En realidad, el planteo fue efectuado cuando el juez federal de primera instancia se aprestaba a clausurar la instrucción y elevar la causa a juicio. 

En ese momento, Amelong solicitó la prescripción de la acción penal respecto de los delitos que se le imputaban y la trasgresión del plazo razonable. En su momento, los fiscales y querellantes rechazaron sus pretensiones argumentando que se trataba de una causa compleja en la que se investigaban delitos de lesa humanidad y que tenía pluralidad de imputados. Más aún, dijeron que ni la ley ni la jurisprudencia fijan un criterio respecto de cuánto es el tiempo razonable que debe insumir una investigación penal.

Amelong fue condenado a 13 años de prisión por su participación en el robo de los mellizos. En el juicio se probó que fue quien estuvo a cargo de la organización y coordinación del plan para el traslado de Raquel Negro desde el centro clandestino de detención en el que se encontraba y después del parto dejó abandonada a la nena en un convento de Rosario que luego se supo era el Hogar del Huérfano, junto con Walter Pagano, también condenado. El 10 de julio pasado, casi siete meses después de haber sido condenado, Amelong recibió otro cachetazo: la Corte Suprema ni siquiera atendió su solicitud, publicó El Diario.

Fuente: Analisis

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