lunes, 15 de julio de 2013

RENE AHUALLI "ES HORA DE LA VERDAD"




JUICIO LA ESMA

RENE AHUALLI

"ES HORA DE LA VERDAD"

Buenos Aires .- La caída de la estructura de finanzas de la organización Montoneros comenzó a ser ventilada hoy durante la audiencia del juicio por los crímenes cometidos en la ESMA, a partir de los dichos de una ex militante cuyo compañero desaparecido fue visto en ese centro clandestino en 1977.
Emma Rene Ahualli, la única ex militante de Montoneros que sobrevivió a los hechos que rodearon el crimen del poeta y escritor Francisco Paco Urondo en Mendoza, relató cómo su compañero Emilio Carlos Assales, alias "Tincho" y el abogado mendocino Conrado Gómez fueron secuestrados en esta capital, por un grupo de tareas el 11 de enero de 1977.
Según explicó ante el Tribunal Oral 5, Gómez fue secuestrado días antes que su marido, quien al ir a efectuar una consulta en su estudio "cayó en una ratonera" que le tendieron los militares en una oficina de la calle Montevideo.
Ahualli, Assales y la hija de ambos, de tan solo 24 días habían logrado trasladarse desde Mendoza a Buenos Aires en la clandestinidad, y se alojaban en hoteles de pasajeros.
Sus movimientos tenían horarios fijos de encuentro, ante la posibilidad de ser secuestrados.
Testigos del secuestro de Assales dijero que éste fue sacado del edificio donde funcionaba el estudio de Gómez en una camilla "como si le hubieran aplicado Pentonaval" y trasladado en una ambulancia "sin patentes".
"Cuando Tincho desaparece tenía 29 años. Nunca tuve noticias de él hasta que las tres mujeres que salen de la ESMA, Sara Osatinsky, Ana María Martí y María Alicia de Pirles denunciaron en Europa lo que ocurría en la ESMA", señaló.
Assali fue incluido en uno de los llamados "vuelos de la muerte" en los que los prisioneros eran arrojados vivos al mar previa aplicación de una inyección de Pentotal, que los represores de la ESMA había rebautizado como "Pentonaval".
La situación fortuita que a Assali no le hubiera surtido efecto y su gran contextura física hicieron que estando a bordo de uno de los aviones, salvara su vida y lo regresaran a la ESMA.
"Te salvaste, ahora te necesitan más en Mendoza", le habría dicho a Assali uno de los más temidos guardias de la ESMA, Pedro Bolita.
A su regreso, y después de dormir durante dos días, el prisionero dio detalles a sus compañeros de cautiverio acerca de en qué consistían los "vuelos de la muerte" o "traslados" y éstas los denunciaron luego en los organismos internacionales en Europa y la OEA.
Respecto de ese hecho, la mujer presume que su compañero pudo haber brindado bajo tortura datos acerca de "algunos lugares que él conocía", pero nunca tuvo más información sobre su destino final.
La testigo dijo haber conocido a "Tincho" en la casa de Victorio Cerrutti, propietario de la finca "Chacras de Coria", que fue apropiada durante su cautiverio por el ex jefe de la Armada, Emilio Massera.
Ahuali confirmó que en la casa de Cerrutti se llevaban a cabo reuniones de la Juventud Peronista, en tanto, ante una consulta, ratificó que tanto Gómez como su compañero formaban parte de la estructura de finanzas de Montoneros.

Fuente: La Mañana

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 Ahualli a Urondo:  Ampliar foto  imagen cuando declaró en el juicio por el asesinato de Paco Urondo



24 06 2013 | TESTIMONIOS
Día 64. "Es hora de la verdad: es un viento fresco en el alma", dijo René Ahualli
Su compañero Emilio Assales estuvo secuestrado en la ESMA y sigue desaparecido. Además declararon Osvaldo Cheula, sobreviviente, y Nidia Agosti, hermana de Hugo, quien sigue desaparecido.

El caso de Emilio Carlos Assales

“Tincho” fue secuestrado el 11 de enero de 1977. Era cordobés y militaba en Córdoba. Después se mudó a Mendoza y formó pareja con Emma. Ambos militaban en la JP (Juventud Peronista). Emilio fue llevado a la ESMA y sigue desaparecido.

El testimonio de Emma René Ahualli, esposa de Emilio

“Tuvimos que abandonar Mendoza cuando ocurrió el hecho de Paco Urondo. Soy sobreviviente de ese hecho. Nos vinimos a Buenos Aires, vivíamos en hoteles, no podías quedarte mucho en hoteles por la persecución del Estado a militantes”, dijo René
La testigo contó que esa era la situación a mediados de 1976, cuando “mi hija (Dolores) tenía 24 días de nacida. Nació en Mendoza”. Los tres estaban juntos, protegiéndose del terrorismo de Estado. “Vivíamos en un hotel y nos dábamos horarios tope para el regreso. Ese día Tincho debía hablar con un abogado, Conrado Gómez (caso nro. 181), quien tenía un Estudio en Montevideo al 600. Nuestro hotel no era lejos. Él salió a las 10:00 y había salido sin documento. Salí con mi pequeña hija para llevarle el documento, conocía ese Estudio. Cuando salía del hotel, él regresaba porque se había dado cuenta. Nos cruzamos, me quedé en la plaza con la niña. Tenía el presentimiento de que algo pasaría. Pasaba que había una ratonera. A Conrado Gómez lo habían secuestrado el día anterior y esperaban secuestrar a cualquiera que fuera. Tincho fue y lo secuestraron. Por el relato del portero, a Tincho lo sacaron en camilla, supongo que le pusieron pentotal, y lo pusieron en una ambulancia sin chapa. Cuando se cumple la hora dejo el hotel, llamo a mi suegro para presentar el hábeas corpus, aunque no teníamos ilusiones. Al día siguiente vino mi suegro a presentarlo”.

La clandestinidad

Emma continuó el relato: “mi suegro hizo los trámites. Yo ya tenía captura en Tucumán, me habían allanado la casa, vivía en la clandestinidad. Nosotros no habíamos contraído matrimonio por eso. Tincho trabajaba legalmente, no tenía problemas con su documentación. Cuando lo desaparecen tenía 29 años”.

La búsqueda

“Mi suegro hizo muchos trámites, trabajó con Madres y Padres de la Plaza, llegaron hasta la OEA y nunca tuvimos información, hasta que salieron estas tres mujeres, Sara Osatinsky, María Alicia Pirles y Ana María Martí y ahí se conoció la historia de Tincho, que lo llevaban al traslado famoso que lo llevaban a los genocidas y le pusieron la pentotal y no le hizo efecto como al resto”, relató René Ahualli.

El vuelo de la muerte que no pudo ser

La compañera de Emilio contó sobre ese hecho, en el que “Tincho” iba a ser trasladado en uno de los vuelos, pero no pudo ser adormecido para ser arrojado al mar. “Él ya tenía su pentotal anterior y el efecto era retardado y no queda inhabilitado como otros. Cuando está sentado en el avión lo llamó Pedro Bolita (Carlos Galián) y le dice: ´te salvaste, pibe, te necesitan en Mendoza´. Dicen las compañeras que Tincho durmió un día entero. Tengo distintas versiones”.
El Ministerio Público Fiscal le preguntó a la testigo si Emilio pudo haber sido llevado a Mendoza y ella dijo que “sí, se supone que estos asesinos trabajan en combinación con la Marina, la Policía Federal y el Ejército, era una sociedad que funcionaba… Ese campo donde dicen que lo llevaron a Tincho son Las Lajas, que están cerca de la cordillera y que podía ser de la Fuerza Aérea. Era un equipo que funcionaba con toda impunidad, que sacaba a los prisioneros de donde quería. Habrá sobrevivido hasta mayo o junio, no tengo más datos de hasta cuándo estuvo con vida”.

Los diarios

“En esa época los diarios hacían el mismo papel que hacen ahora: poner las noticias que quiere el poder que manejan los monopolios”, dijo Emma, y agregó: “sé la metodología de los diarios, porque fui protagonista con Paco Urondo. Estábamos en el auto con Ángela y los diarios decían que íbamos a tomar una comisaría usando como escudo a una niña. Esa era la perversión que tenían y la impunidad con la que se manejaban. El diario era cómplice, como con los enfrentamientos que no eran. Como el caso de los presos que se fugaban en Palomita”.
Los abogados defensores le preguntaron a qué diarios se refería y la testigo mencionó a Clarín, La Nación y Los Andes.

Las Chacras de Coria

La fiscalía le preguntó a Emma por Victorio Cerutti (caso 191): “lo conocí militando en Mendoza, los ladrones genocidas se apropiaron de su propiedad. En esa casa nos vimos cuando todavía no estábamos en pareja. Hacía ñoquis y yo metí mi cuchara en la salsa y por poco me corta la mano. No le gustaba que le tocara la comida cuando cocinaba. Mi hija salió así, aunque tenía seis meses, ella es así: no le gusta que toque cuando cocina, deben ser los genes. Tincho andaba resfriado y estaba con frazada caminando por la casa y en las reuniones del Partido le decían que parecía un armado tapado”.
“Me enteré de los negocios que hicieron los genocidas (con los terrenos de Cerutti). Malvenden con escribanos truchos, se la apropian los hijos de Massera, no sé claramente, pero ellos la tuvieron y la vendieron. Ahora se está aclarando lo de Papel Prensa, es increíble la impunidad de tantísimos años. Ahora la estamos conociendo. Armamos rompecabezas. 37 años para armar historias coherentes, para deducir por lo poco que conocíamos y los pocos genocidas que hablaron. Se apropiaron de nuestros hijos, de nuestros bienes, se robaron hasta los clavos de nuestros cuartos”, agregó la testigo.
“Nunca nos sacamos una foto los tres juntos”

“Tengo la obligación como compañera de Tincho de que esté presente. Nuestra obligación como militantes es dar testimonio, nuestra militancia hoy es buscar verdad, tratar de conseguir memoria. Es increíble cómo aparece la memoria y va rearmando esas historias. Es obligación para los sobrevivientes traerlos a la vida y pedir justicia para ellos y que se termine la impunidad que viene de mucho tiempo antes. Es hora de la verdad: es un viento fresco en el alma. Esta lucha no termina: siguen los hijos. Queremos hacer homenaje a Laura Bonaparte, impulsora de esta lucha con todo el coraje de estas madres, coraje que no tienen los genocidas, quienes deben ser condenados como corresponde, en cárcel común, como todos los delincuentes”, así concluyó el testimonio de René

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EL PAIS › MARTA VASQUEZ, DE MADRES LINEA FUNDADORA, DECLARO EN LA CAUSA ESMA
“Exijo saber qué pasó”

Su hija y su yerno fueron secuestrados y llevados a la ESMA, donde nació su nieto. El ex marino Adolfo Scilingo reconoció a su hija en una foto que le mostró. “No perdemos las esperanzas de que algún día la verdad nos llegue”, dijo ayer.

Marta Vásquez es dirigente de la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (Fedefam).

Marta Vásquez es Madre de Plaza de Mayo porque a su hija mujer, María Marta, la secuestró un grupo de tareas de la Armada en mayo de 1976, cuando tenía 23 años y un embarazo de dos meses. Ayer, ante el Tribunal Oral Federal número 5, en el marco del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA, habló de la desaparición de su hija, de la de su yerno, César Lugones, y de la búsqueda de su nieto, cuyo nacimiento se habría dado en ese gran centro de terror y muerte durante la última dictadura cívico-militar. “Exijo saber por qué se la llevaron, quién dio la orden, quién la ejecutó, qué pasó con ella, dónde están sus restos”, concluyó su relato.
Vásquez, que integra la Línea Fundadora de Madres, comenzó su testimonio con un agradecimiento “a todos los que han hecho que llegue este momento”, en referencia al juicio del que participó, el tercero que analiza las responsabilidades de 67 represores por los crímenes de lesa humanidad contra más de 700 víctimas en la megacausa ESMA. Mostró unas fotos y comenzó a narrar: “Es María Marta, mi hija desaparecida el 14 de mayo de 1976 junto a César Amadeo Lugones. Ella tenía 23 años, era psicopedagoga. El tenía 26, era médico veterinario”, describió la Madre. El secuestro de la pareja ocurrió de madrugada. El grupo de tareas 3.3.2 de la Armada se los llevó de la casa ubicada en Emilio Mitre 1258 de la ciudad de Buenos Aires. Permanecieron detenidos de manera clandestina en la ESMA.
“Nunca voy a poder olvidar aquella llamada telefónica del 15 de mayo del ’76 a las 5 de la mañana”, ingresó en el momento en el que se enteró de lo que había ocurrido con su hija y su pareja. “Yo residía con mi marido (José María Vásquez) y un hijo menor en México, mi marido era diplomático. Cuando atiendo, mi hijo Alberto me dice: ‘Mamá, se llevaron a María Marta y César’. No entendía qué pasaba. Ahí le di el teléfono a mi marido y me fui a buscar a mi hijo Gustavo. Fui al otro teléfono. Era inútil, no sabíamos qué quería decir que se los habían llevado. No pudimos saber lo que era el horror que venía atrás”, continuó.
Ante el TOF número 5, detalló que la búsqueda la inició, sin éxito, su hijo mayor junto con Emilio Mignone, fundador del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuya hija también permanece desaparecida. Su marido regresó al país para aportar manos al rastreo. “Hizo numerosas entrevistas, gestiones, pero no consiguió nada. Me acuerdo cuando el coronel (Leopoldo) Roualdes recibió a Mignone y a mi marido en el Comando 1. Les dijo: ‘Acá abajo, en esta mazmorra, tengo a los hijos de los compañeros y se van a pudrir, no van a salir nunca más’. Nos pareció una bestialidad, un horror”, sostuvo Marta. Ella, en tanto, se unió a la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, con la que viajó y conoció a sobrevivientes de la ESMA. “Todos me dijeron que no tuviera esperanza”, mencionó, aunque remarcó que nunca abandonó la lucha: “Algo adentro mío me decía: ‘No abandones, tenés que seguir, si no recuperás a tus hijos vas a salvar a otro y abrir el camino para tus nietos y bisnietos, abrir el camino para el futuro, por eso he seguido hasta hoy en Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”, dijo respecto de su integración al grupo.
María Marta estaba embarazada de aproximadamente dos meses. El parto se produjo dentro de la ESMA y fue atendido por Jorge Luis Magnacco, imputado en la causa. Al día de hoy, Marta Vásquez tampoco sabe qué fue del bebé ni dónde está. El dato más certero de su existencia, no obstante, lo obtuvo de la boca misma del terror. En el marco de una filmación de la BBC, Marta participó en una entrevista con Adolfo Scilingo, el genocida que reveló la existencia de los vuelos de la muerte y fue juzgado y condenado en España. En esa ocasión, la Madre le mostró fotos de María Marta y su pareja. “A la de César la miró un momentito y dijo ‘nunca lo vi’. Cuando vio la de Marta se le cambió la cara, se puso pálido. La seguía mirando y no me decía nada. Fue un segundo de espera intensa, de miedo, y de pronto me dijo: ‘Usted sabe ya que ella no está, pero su nieto sí’. Yo me enteré un tiempo después de que María Marta estaba embarazada. Me insinuó que ella había sido llevada en los vuelos (de la muerte). Me dijo algunos nombres para averiguar sobre mi nieto. Salí temblando”, recordó.
Hacia el final de su relato, Vásquez reiteró su insistencia en saber qué ocurrió con María Marta, César y el hijo de ambos: “No perdemos las esperanzas de que algún día la verdad nos llegue, de que alguien comprenda el horror que han cometido y lo den a conocer. Sean responsables y valientes por lo que han hecho: hasta ahora no demuestran valentía”, remarcó y concluyó: “Les digo a todos que los detenidos-desa-parecidos no se han ido: están con nosotros, son quienes nos han dado fuerza y apoyo”.
Fuente: Pagina 12
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La agencia de noticias de DH se edita desde 2007, y a partir de ahora con la nueva designacion por Memoria, Verdad y Justicia

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