domingo, 15 de septiembre de 2013

El agujerito…una Crónica ficcionada de una historia real de la resistencia en Orletti, el Centro Clándestino para la Operación Condor



El agujerito…una Crónica ficcionada de una historia real de la resistencia en Orletti, el Centro Clándestino para la Operación Condor

Cuando despertó, aturdido por la sirena del tren, todo era oscuro y sucio frente a sus ojos.
El derecho no lo pudo abrir, pero con el izquierdo apenas si pudo divisar una ligera claridad que entraba por debajo de la capucha y activaba su pupila.
Ver no veía, pero de a poco empezó a sentir los golpes en la espalda, las quemaduras en los huevos y un corte profundo en la ingle.
Se enderezó como pudo y apoyó la cabeza contra la pared sobre la que lo habían tirado y se sintió un poco mejor.
Preguntó si había alguien con él y como no contestaron, se puso a pensar en su hermana, la única que estaba en la casa cuando lo chuparon y rogó al Dios que no existía, que no se la hubieran llevado; volvió a repetir lo que había gritado con desesperación a los hombres armados que irrumpieron como salvajes por delante y por detrás de la vieja casa con jardín al fondo: ella no tiene nada que ver, ella no tiene nada que ver.
Alcanzó a decirlo dos veces antes que un culatazo lo dejará medio desmayado y le pusieran una remera como capucha, le ataran las manos con un alambre con púas y a patadas lo subieran al auto.
Anduvieron por varios lados; paraban, bajaban y volvían a subir pero entre la capucha y lo mareado que estaba no alcanzaba a entender lo que decían.
Finalmente, subieron el auto a la vereda, esperaron que se levantara una cortina metálica y entraron el auto a un garaje o algo así.
Lo bajaron a patadas en el culo y a patadas en la espalda lo llevaron al primer piso para darle el primer tratamiento.
Pegaban y preguntaban por todo, pero poco a poco se fue dando cuenta que estaban detrás de los dólares que había traído el Leandro de Europa, y que debían llegar a Montevideo para aportar al sustento de los familiares de los presos y preservar lo poquito que quedaba de la organización.
Entonces se quedó tranquilo porque ellos ya sabían que había sido el Leandro el que entró al país en un vuelo de Panam, pero él no sabía donde se había escondido el cumpa, así que por más que pegaran o el aflojara….no le podrían sacar nada importante.
-- para leer el relato completo   http://cronicasdelnuevosiglo.wordpress.com/2013/09/10/el-agujerito-una-cronica-ficcionada-de-una-historia-real-de-la-resistencia-en-orletti-el-centro-clandestino-para-la-operacion-condor/

José Ernesto Schulman
Secretario nacional de la   Liga Argentina por los Derechos del Hombre

publica en cronicasdelnuevosiglo.wordpress.com



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