jueves, 4 de marzo de 2010

CAUSAS DE TARTAGÁL



El ex jefe del Regimiento de Tartagal dijo que nunca supo de la desaparición de personas en la zona norte


Para el fiscal, Ríos Ereñú está involucrado en dos crímenes
Los secuestros y asesinatos de un médico y un dirigente del PJ, en Tartagal y Mosconi, comprometen al militar.
Jueves 04 de Marzo de 2010 Salta Rubén Arenas/ El Tribuno.

SALIDA/ RIOS EREÑU SALUDA AL FOTOGRAFO, AL MOMENTO DE ABANDONAR EL EDIFICIO DEL JUZGADO FEDERAL.

El juez federal Miguel Medina dispuso que el imputado continúe en libertad hasta que se resuelva la causa.
Luego de las dos jornadas de indagatoria al general Héctor Ríos Ereñú, el fiscal federal Eduardo Villalba no tiene dudas de que el militar retirado está involucrado al menos en dos crímenes de lesa humanidad ocurridos en el norte de la provincia durante la última dictadura. De traje azul y apoyado en un bastón, el ex jefe del Regimiento de Infantería de Monte 28 Tartagal ingresó al edificio del juzgado del doctor Miguel Antonio Medina, en donde permaneció hasta pasadas las 12, bajo una estricta custodia.
Con el patrocinio del defensor oficial Martín Bomba Royo, Ríos Ereñú fue indagado sobre el secuestro y la desaparición de cinco personas, ocurridos entre la noche del 2 y la madrugada del 3 de septiembre de 1976 en Orán, Embarcación y Rivadavia.
El militar argumentó que como titular de la unidad castrense de Tartagal no tenía competencia sobre esas jurisdicciones y, por lo tanto, negó en forma terminante los cargos.
Dejó entrever que esa área era controlada por la Guarnición Ejército Salta, que en esa época estaba a cargo del coronel Carlos Alberto Mulhall, otro de los imputados en el terrorismo de Estado que imperó en el país.
"La verdad es que sobre estos hechos no tengo nada que decir; nunca supe que hubieran existido", manifestó el hombre que manejó los hilos del Ejército durante la gestión del presidente constitucional Raúl Alfonsín.
En idénticos términos se refirió el día anterior cuando lo indagaron por el secuestro y asesinato del médico cardiólogo Pedro Urueña, ocurrido en la ciudad de Tartagal, y del dirigente peronista de General Mosconi Jorge René Santillán. Pese a haber sido la máxima autoridad del Ejército en esa zona, Ríos Ereñú aseguró que nunca se enteró de esos hechos y que ningún familiar de las víctimas fue a reclamarle algo durante los dos años que permaneció en Tartagal.
"Es imposible que no haya sabido nada. En una estructura verticalista como la militar, nada se hace sin el conocimiento de un superior", expresó el fiscal Villalba. El representante del Ministerio Público sostuvo que "es posible que no haya sabido mucho de las desapariciones en la zona de Orán, pero no puede decir lo mismo de lo que pasaba en Tartagal y Mosconi". Y agregó que "tampoco puede decir que no se enteró de dos hechos que tuvieron mucha repercusión. A mi juicio, de estas causas no puede zafar".
"No di órdenes"
En su descargo desmintió haber dado órdenes de eliminar a Santillán, aseveró que de eso pueden atestiguar todos sus subalternos y como prueba pidió que sean convocados a declarar para probar su verdad. Entre ellos, citó al entonces mayor Luis Angel Zírpolo, uno de los militares que está siendo juzgado en Salta por el secuestro y desaparición del escribano Melitón Bustos, ocurrido días después de que Ríos Ereñú se alejara del regimiento norteño. Cabe recordar que según testimonios vertidos en este debate, el militar le había garantizado al profesional que mientras él estuviera al frente del regimiento nadie lo molestaría. Días después de que Ríos Ereñú se fuera de Tartagal, Bustos fue secuestrado de su domicilio y nunca más se supo de él.
Al término de su declaración, Bomba Royo pidió que el general siguiera gozando de su libertad, lo que le fue concedido por el juez Medina. El defensor dijo que oportunamente solicitará el sobreseimiento o la falta de mérito del imputado. Sin embargo el fiscal Villalba está convencido de que eso no ocurrirá "porque en su condición de jefe del Regimiento 28, Ríos Ereñú jamás pudo haber estado ajeno a estos aberrantes crímenes".
El militar eludió a la prensa por un ascensor que lo condujo directamente a la playa de estacionamiento del juzgado, donde había una fuerte custodia policial. Se retiró muy sonriente, a bordo de un auto particular por la calle España."Yo respondía directamente a las órdenes del general Bussi"
Ríos Ereñú reconoció durante su indagatoria, a la que tuvo acceso El Tribuno, que él respondía a las órdenes del general Domingo Bussi, uno de los generales del proceso condenado por aberrantes crímenes. "Le pedí a Bussi que no quería tener bajo mi control a la Policía ni a la Gendarmería. Tampoco quería tener coordinación ni subordinación con el Destacamento de Exploración 5 ni con el Destacamento de Inteligencia de Salta", expresó como para deslindar su responsabilidad de los crímenes que ahora se le imputan. Argumentó que no era necesario realizar ninguna operación en Tartagal "porque era una ciudad tranquila". Respecto de las 300 personas detenidas el día del golpe, Ríos Ereñú argumentó que "no fueron detenciones. Las citamos para hacerles saber de la situación, pero que no tomaríamos represalias con nadie". Insistió que todo lo hizo con el consentimiento de Bussi. Sin embargo sus dichos se contradicen con los casos de Bustos, Urueña, Montilla y de otras personas detenidas y desaparecidas durante su gestión como jefe del Regimiento 28.

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