miércoles, 14 de abril de 2010

CONDENA CASO MELITÓN BUSTOS

Los primeros condenados en Salta
por la represión de la dictadura

Son los coroneles retirados Carlos Alberto Arias y Luis Angel Gaspar Zírpolo. Fueron condenados a 20 años de prisión. Es por el secuestro y desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos. La condena llegó 32 años después de ocurrido el hecho, y tal vez no cubrió las expectativas de los familiares y militantes de derechos humanos, pero alcanzó una significación importante, porque es la primera en esta provincia y porque tenía un valor simbólico para muchos familiares que no podrán reclamar un juicio por sus caídos.

Finalmente, tras cinco meses de idas y vueltas, de lento andar, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Salta dio su sentencia hoy (13 de abril) en el primer juicio llevado a cabo en esta provincia norteña por crímenes cometidos durante la dictadura militar que detentó el poder entre 1976 y 1983.
El fallo se conoció poco después del mediodía, cuando el nerviosismo dominaba las manos, los rostros y los movimientos de los asistentes. “Condenando a Carlos Alberto Arias (…) a la pena de veinte años de prisión e inhabilitación absoluta por el término de la condena como autor penalmente responsable del delito de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia en concurso real con el delito de homicidio simple en el grado de partícipe necesario”. Sentenció el Tribunal integrado por los jueces Roberto Frías, Jorge Luis Villada y Marta Liliana Snopek. La condena a Luis Angel Gaspar Zírpolo es calcada de la de Arias.
El Tribunal resolvió posponer la definición sobre la modalidad en que los ahora convictos cumplirán su condena. Dispuso que eso lo decidirá el juez de ejecución de sentencia, cuando la sentencia quede firme. El Salta el juez de ejecución de sentencia es un integrante del Tribunal Oral, en este caso, la jueza Snopek. Hasta tanto el fallo quede firme, Arias y Zírpolo seguirán con prisión preventiva. Durante el debate ambos estuvieron alojados en la cárcel federal Nº 16, con sede en Cerrillos, pero antes Zírpolo estaba beneficiado con la prisión domiciliaria, que cumplía en Tucumán; mientras que Arias estaba detenido en Buenos Aires.
El Tribunal resolvió también enviar a la Fiscalía Penal de turno los pedidos de que se investigue a testigos por presunto falso testimonio. Y precisó que el 20 de abril dará a conocer los fundamentos de la sentencia.
Los condenados escucharon el fallo sin demostrar emociones, con el gesto adusto que trataron de exhibir durante toda la audiencia. Entre el público surgió un tibio aplauso que enseguida dio paso al canto bandera de las organizaciones de derechos humanos: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. Arias y Zírpolo se retiraron seguidos por el coro.

Triunfo a medias
“Es un triunfo, pero un triunfo a medias. Se probó la participación de dos personas en crímenes de lesa humanidad, pero el Tribunal tenía que haber avanzado en la prisión perpetua”, sostuvo más tarde el abogado David Leiva, que junto a Tania Kiriaco representó al querellante, Raúl Federico Bustos, hijo del escribano secuestrado en la norteña ciudad de Tartagal el 2 de febrero de 1978.
“Hemos logrado quebrar parte de la impunidad que se tiene en la Justicia Federal”, añadió Leiva ante un público integrado mayoritariamente por jóvenes militantes del Movimiento Libres del Sur y del Partido Obrero, que habían llegado hasta la calle Deán Funes para alentar con sus banderas y cánticos.
Leiva criticó también al Tribunal por su falta de respeto “a la condición humana”. No solo por los maltratos, sobre todo de parte del presidente del Tribunal, Roberto Frías, a testigos y al querellante, sino también por las largas esperas a las que se sometió al público y a las partes. “Todo esto era para desalentar al público”, razonó el letrado, que interpretó también en este sentido el hecho de que el Tribunal limitara y entorpeciera el trabajo de los periodistas al no permitir la transmisión en vivo de la lectura del fallo, y no autorizar la grabación de este momento.
Kiriaco por su parte, adelantó que la querella va a apelar el fallo. Aunque Bustos hijo respondió: “Estoy conforme”, cuando se lo consultó sobre su opinión respecto del fallo. Raúl Bustos dijo que para su familia significó una reivindicación el hecho de que se hablara del secuestro de su padre, que la sociedad se enterara de lo que había pasado, y agradeció la difusión y la presencia de los medios de comunicación.

No soy el viejo Vizcacha
Como cada una de las jornadas de este debate, la de hoy también empezó tarde: había sido convocada para las 10 pero se inició recién a las 11 y 18 minutos.
El presidente del Tribunal hizo la formal pregunta a los acusados: ¿querían decir algo más antes de que pasaran a deliberar? Ambos quisieron.
El primero en hablar fue Arias. Empezó por contestar una afirmación del abogado David Leiva (y de paso aprovechó para pegarle al fiscal federal Eduardo Villalba, otro blanco de sus enojos).
El abogado de la querella había molestado al coronel retirado porque en su alegato dijo que Arias había hecho como el viejo Vizcacha: buscar un palo en el que rascarse, en alusión al intento del acusado por congraciarse con los jueces mediante un relato literario que hizo durante su indagatoria.
Arias quiso aclarar que no es el viejo Vizcacha, y que no buscaba congraciarse con el Tribunal, pero el presidente no lo dejó terminar, le pidió que se limitara a decir algo sobre la acusación. “En ese caso voy a seguir reclamando y clamando ante este tribunal mi absoluta inocencia y la prescindencia de todo lo que se me acusa”, sostuvo.
Zírpolo fue más directo: “Lo único que voy a ratificar acá es mi inocencia total de lo que se me acusa. Y pienso y creo que la actitud de mi coimputado (en referencia a la fama de cruel que se había ganado Arias entre los conscriptos) ha dado lugar a la incriminación de subalternos que son inocentes”, agregó.
Tras una corta deliberación, el Tribunal volvió a la sala para dar a conocer el veredicto. Entre el público escuchaba el ministro de Trabajo de Salta, Rubén Fortuny, hijo del legendario ex jefe de la Policía homónimo, que como funcionario del ex gobernador Miguel Ragone emprendió una reforma sin precedentes en la Policía de Salta, al punto de encarcelar a los torturadores, y fue luego asesinado por un ex policía represor y torturador.
También escuchó el fallo la secretaria de Derechos Humanos de Salta, María Pace, y un enviado del Programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia de la Nación, Manuel Pedreira.
Elena Corvalan, directora de Radio Nacional Salta

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