miércoles, 14 de abril de 2010

FUENTE: EL TRIBUNO

caso melitón bustos
La Justicia determinó que los coroneles son culpables

Luego de casi cinco meses de debate, concluyó ayer el primer juicio por un crimen de lesa humanidad en Salta.




Miércoles 14 de Abril de 2010 Salta Por Rubén Arenas

ARENGA / EL ABOGADO DAVID LEIVA HABLA ANTE LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS FRENTE AL TRIBUNAL

“Hubo condena, pero con sabor a poco...”, expresó el querellante David Leiva luego de que el Tribunal Oral Federal anunciara ayer la condena a 20 años de prisión para los coroneles Carlos Alberto Arias y Luis Angel Zírpolo, a quienes encontró culpables del secuestro y eliminación física del escribano Melitón Bustos. De esa manera la Justicia de Salta inscribe el primer capítulo de esta página de horror que se vivió en esta provincia durante la última dictadura, con la condena efectiva a los primeros acusados por un crimen de lesa humanidad. Tras el veredicto hubo emociones de todo tipo: aplausos, abrazos, llantos y desconsuelo. También hubo bronca entre los representantes de las organizaciones de derechos humanos que esperaban una condena a perpetua. Pero la síntesis, sin duda, la marcaron los hermanos Raúl, Sandra y Sonia Bustos, los hijos del profesional, que se estrecharon en un interminable abrazo. “Esperábamos la pena máxima, pero igual estamos conformes porque se probó que los dos imputados tuvieron activa participación en la desaparición de nuestro padre”, manifestó Sonia, quien es abogada y docente.
Ante una sala colmada, con la presencia del ministro de Trabajo, Rubén Fortuny; la secretaria de Derechos Humanos, María Pace, y el presidente del Colegio de Abogados, Pío Castellani, el Tribunal abrió la audiencia a las 11.25 para cumplir con la última etapa de rigor antes de pasar a deliberar. El presidente Roberto Frías les dio la oportunidad a los militares para que dijeran sus últimas palabras y así lo hicieron, expresando ambos que eran inocentes.
Eran las 12.05 cuando los camaristas Frías, Jorge Villada y Liliana Snopek ordenaron al secretario Luis Casares que diera lectura al veredicto. Los hermanos Bustos, sentados en la primera fila, se tomaron de la mano, mientras Arias clavó su mirada felina en el funcionario, en tanto que Zírpolo optó por escuchar el fallo con la cabeza gacha. Fueron segundos de interminable suspenso, pero suficientes como para graficar las sensaciones de una parte y de otra. La distensión para los herederos del escribano llegó cuando se anunció para los coroneles el monto de la condena por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, en concurso real con el de homicidio simple en el grado de partícipes necesarios. Luego de casi cinco meses de interrumpidos debates, se cierra una parte de este capítulo que viene a echar luz acerca de lo ocurrido con Bustos, quien fue secuestrado delante de su hijo Raúl en la madrugada del 2 de febrero de 1978, en la ciudad de Tartagal. “Hoy mi padre deja de ser un desaparecido para convertirse en un asesinado por la dictadura”, sentenció Sonia Bustos. Las dudas que quedaron planteadas es por qué el Tribunal descartó la figura de la alevosía cuando está probado que la víctima estaba indefensa y que sus ejecutores actuaron sobre seguro. Tampoco se tomó en cuenta la pluralidad de personas al tratarse de un crimen cometido en el marco de un plan generalizado y sistemático.
“Yo creo que hubo demasiadas concesiones para los represores a lo largo de este proceso y por eso llegamos a esta condena”, se quejó Hugo Tapia, representante de las organizaciones de derechos humanos de Orán. José Cortez, con la foto de su hermano José Antonio, desaparecido en 1997, también expresó su desacuerdo con el fallo. “De todas maneras, esto de algo sirve para encaminar los juicios por Ragone, Palomitas y otros ocurridos en nuestra provincia durante el Proceso militar”, señaló.


No hay comentarios:

Publicar un comentario