miércoles, 14 de abril de 2010

LOS HIJOS DE MELITÓN HABLAN DE SUS SENTIMIENTOS EN EL JUICIO DE SU PADRE



“Nuestro padre dejó de ser un desaparecido”

Miércoles 14 de Abril de 2010 Salta

HERMANOS / SONIA, SANDRA Y RAUL BUSTOS VISITARON AYER EL TRIBUNO.

Sonia (42), Sandra (47) y Raúl (48), los hijos de Melitón Bustos celebraron ayer la condena a 20 años de prisión que la Justicia federal de Salta le aplicó a los coroneles Carlos Alberto Arias y Luis Angel Zírpolo por el secuestro y homicidio de su padre. Los tres nacieron en Salta y tras la desaparición del escribano tuvieron que radicarse en Santa Fe, de donde eran oriundos su padres. “Yo creo que cumplí con Melitón, porque desde los 16 años vengo luchando para que se haga Justicia”, expresó Raúl, quien fue testigo del rapto de su padre. Indicó que “estos 32 años fueron una pesada carga para mi, y ahora siento que puedo planificar mejor las cosas, muchas de ellas dejadas a mitad de camino”. Contó que su padre lo tenía al tanto de las amenazas que venía soportando y que lo preparó por si le ocurría algo grave. “Cuando los secuestradores llegaron a casa dijeron que eran gendarmes, pero cuando a mi padre se lo llevaban alcanzó a decirme que eran del Ejército. Por eso en el juicio dije que Melitón no estaba criando un hijo tonto”.
“Ahora siento una profunda tranquilidad, porque se que el crimen de mi padre no está impune”, subrayó Sandra, quien es docente y vive con su hijo de 10 años luego de haber quedado viuda. Con emoción resaltó la figura de su madre, Juana Bolaños, quien no pudo venir por razones de salud.
“Ella fue la gran artífice de nuestra crianza; gracias a ella pudimos estudiar y pudimos salir adelante”, afirmó. También remarcó que “pasamos muchas necesidades y lo más importante es que nos crió sin odio ni rencores”. Sandra sostuvo que “jamás me pude olvidar de Salta, pero las circunstancia determinaron que tuviéramos que irnos. Quiero expresar mio agradecimiento a toda la gente que tan bien nos recibió, en especial a la familia de Lucrecia Barquet y a los hijos de mi tio Heraldo, quien tanto luchó para ubicar el paradero de su hermano”.
Por último la abogada Sonia Bustos manifestó que se siente orgullosa del padre que tuvo, porque su valores quedaron grabados como una impronta en la retina de quienes lo conocieron. “El eligió Salta para vivir y siempre luchó por sus convicciones”, dijo. Puso de relieve que Melitón era un firme defensor de las instituciones de la República y a pesar del momento que se estaba vivienda en aquella época, siempre creyó en el Estado. “Nunca pensó que ese Estado lo iba a hacer desaparecer, por esa razón decidió regresar de su exilio en Bolivia”, señaló.
Finalmente los hermanos Bustos resaltaron la tarea del fiscal Eduardo Villalba, de los querellantes David Leiva y Tania Kiriaco, de las organizaciones de derechos y de todos aquellos que colaboraron para que se conozca la verdad de lo ocurrido con su padre.


Fuente: Pagina 12

EL PAIS › EL JUICIO POR LA DESAPARICION DEL ESCRIBANO ALDO MELITON BUSTOS EN 1978
La primera condena en Salta
El Tribunal Oral Federal salteño dispuso una pena de veinte años de prisión para los coroneles retirados Carlos Arias y Luis Zírpolo. Familiares y abogados de la víctima destacaron el fallo, pero pidieron prisión perpetua.


Sonia Bustos, hija de la víctima, dijo que se trató de un fallo “a favor de la memoria”.
El Tribunal Oral Federal de Salta condenó ayer a la pena de veinte años de prisión a los coroneles retirados Carlos Alberto Arias y Luis Angel Gaspar Zírpolo, por el secuestro y la desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos en 1978. Se trata de la primera sentencia por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia durante la última dictadura. El tribunal que condujo el juicio durante más de cinco meses decidió no modificar el lugar de detención hasta la confirmación de la sentencia: Zírpolo continuará preso en su casa de Tucumán, y Arias, en la Unidad 34 de Campo de Mayo, a cargo del Servicio Penitenciario Federal, donde ningún juez federal del país realizó nunca una inspección ocular.
Sonia Bustos, hija de la víctima, manifestó su satisfacción por la condena y destacó que se trata de un fallo “a favor de la memoria, la verdad y la justicia”. “Es un triunfo para las organizaciones de derechos humanos, la familia de Bustos y la sociedad”, celebró la abogada querellante Tania Kiriaco. “Es un triunfo, pero a medias. Se probó la participación de dos personas en crímenes de lesa humanidad, el Tribunal debió haber avanzado en la prisión perpetua”, sostuvo su colega David Leiva, quien cuestionó el maltrato a los testigos por parte del presidente del tribunal, Roberto Frías, y la negativa a permitir la filmación de la lectura de la sentencia.
Aldo Melitón Bustos fue secuestrado en su casa de Tartagal en la madrugada del 2 de febrero de 1978. El principal testigo fue su hijo Raúl Federico Bustos, que tenía dieciséis años y reconoció a Arias entre los captores. Un segundo testigo, Juan Domingo Javier, declaró que vio desde treinta metros cuando dos hombres llevaban por la fuerza a un tercero e identificó a Arias y a Bustos, a quienes conocía del bar donde trabajaba. Javier declaró que cargaron a Bustos en un auto Opel amarillo o naranja, similar al que utilizaban los grupos de tareas del Regimiento de Infantería de Monte 28 de Tartagal, que comandaba en forma interina Zírpolo.
Al igual que en los cinco meses que duró el juicio, la jornada comenzó con más de una hora de demora. Ambos imputados hicieron uso del derecho a sus “últimas palabras” antes de escuchar la sentencia. Arias las utilizó para responderle al abogado Leiva y para manifestar su enojo con el fiscal federal Eduardo Villalba. “No soy el Viejo Vizcacha”, aseguró, en referencia a las palabras del querellante, que había criticado su actitud de “buscar un palo en el que rascarse”, por su intento de congraciarse con los jueces durante su indagatoria. Cuando el presidente del tribunal le pidió que se limitara a hablar sobre los hechos que se le imputaron, manifestó que se consideraba inocente. “Voy a seguir reclamando y clamando ante este tribunal mi absoluta inocencia y la prescindencia de todo lo que se me acusa”, sostuvo. Zírpolo habló con menos rodeos: “Lo único que voy a ratificar es mi inocencia total de lo que se me acusa. Y pienso y creo que la actitud de mi coimputado (en referencia a la mala fama que Arias se había ganado por su maltrato sistemático a los conscriptos) ha dado lugar a la incriminación de subalternos que son inocentes”, agregó.
Al mediodía, luego de una breve deliberación, el Tribunal que también integran Jorge Luis Villada y Marta Liliana Snopek dio a conocer el veredicto y anunció que el 20 de abril se conocerán los fundamentos. Los militares escucharon el fallo sin manifestar ningún tipo de emoción, con el gesto adusto que intentaron exhibir durante toda la audiencia. Desde el público se esbozó un tibio aplauso que pronto dio paso al canto que ya es símbolo en los juicios a represores: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.
“Siento una alegría tremenda, aunque esperábamos una condena a perpetua. Queda un largo camino por recorrer porque en Tartagal hubo muchos desaparecidos”, destacó el testigo Javier. Leiva criticó al tribunal por las largas esperas a las que sometió a las partes. “Todo era para desalentar al público”, afirmó, y cuestionó que los jueces no permitieron la transmisión en vivo ni la grabación de la lectura .

Fuente: Nuevo Diario de Salta

Salta

Veinte años a dos represores por la desaparición de Aldo Melitón Bustos
Carlos Arias y Luis Zírpolo, ambos imputados en el caso de desaparición del escribano tartagalense Aldo Melitón Bustos, fueron condenados a 20 años de prisión por privación ilegitima de la libertad como coautores legalmente responsables de ese delito, agravado por el uso de la violencia en concurso real con el delito de homicidio simple en el grado de partícipes necesarios.

El Tribunal Oral Federal y los acusados por la desaparición de Aldo Melitón Bustos.

La sentencia, que dejó un sabor amargo entre los abogados querellantes, familiares e integrantes de organismos de Derechos Humanos, será apelada según lo adelantado por la querella a Nuevo Diario. Esto se realizará tras la lectura de los fundamentos, que se hará el 20 de este mes a las 12.
A pesar de las primeras impresiones, se calificó de "importante" la condena decidida por el Tribunal Oral Federal presidido por el juez Roberto Frías, quien fuera acompañado en el proceso por Marta Liliana Snopek, y Jorge Luis Villada, además de Renato Rabbi Baldi Cabanillas como cuarto juez.Tras la lectura de la sentencia, solo se escucharon algunos aplausos y los cánticos de los integrantes de organismos de Derechos Humanos mientras Zírpolo y Arias abandonaron la sala de audiencias custodiados por los guardiacárceles del Servicio Penitenciario Federal.
Aunque no escucharon lo que esperaban, los familiares de desaparecidos que acompañaron este proceso se mostraron emocionados de que por primera vez en 32 años de espera (al menos en esta caso, ocurrido en febrero de 1978), haya llegado la condena para represores en un juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar."Esto por lo menos, sirve de mensaje a los gobiernos y las generaciones futuras de que estos delitos que cometió el Estado, no quedan impunes", dijo una de las familiares que estuvo en la audiencia.
Entre las causas por delitos de lesa humanidad que deben ser elevadas a juicio oral y público, se indicaba ayer que la próxima podría ser la que investiga el secuestro y asesinato de Eduardo Fronda, a la que le seguiría la que espera esclarecer el secuestro y desaparición del ex gobernador, Miguel Ragone.
Clamando "inocencia"Antes de pasar a deliberar para dar la sentencia, el Tribunal dio a los imputados la posibilidad de decir sus últimas palabras. Arias, el primero en hablar, hizo referencia a la comparación "despectiva" que hizo el abogado David Leiva, querellante de los familiares de Bustos, al encuadrarlo en la figura del "viejo vizcacha", personaje del Martín Fierro. "No es escuché al fiscal decir nada", fue la recriminación que le hizo el imputado a Villalba, sin que se entienda la razón por la cual el letrado tendría que intervenir en los alegatos de Leiva, momento en el que se hizo la comparación aludida. Cuando empezó a ver que sus últimas palabras podrían convertirse en un discurso largo y tedioso, Frías le pidió al imputado que se "circunscriba" al hecho por el cual se hacía el debate.
Arias entonces se dirigió al Tribunal "reclamando y clamando mi absoluta inocencia y presidencia de todo lo que se me ha imputado". Zírpolo por su parte, ratificó su "inocencia total de los hechos". "Pienso y creo que la actitud del coimputado ha dado lugar a la incriminación de subalternos que son inocentes", agregó.




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