La Iglesia será la principal protagonista en el juicio de lesa humanidad de San Rafael
El lunes declarará el vocero de la diócesis por los dichos que publicó El Sol y un ex capellán militar que ha sido señalado por varios testigos.
DANIEL CALIVARES daniel.calivares@elsoldiario.com.ar
Falso testimonio
En la jornada de ayer se produjo un careo entre Armando Dauverné y Sergio Loyola debido a que este negó haber dicho que en una yesera de El Nihuil se habían tirado cuerpos. Dauverné, durante el careo, aseguró haber tenido esa conversación con Loyola en varias oportunidades, mientras que Loyola volvió a negarlo. En tanto, se produjo una nueva compulsa por falso testimonio, la tercera en lo que va del debate, contra Raúl Calixto Ávila, un policía jubilado. Asimismo, declaró Cecilia Centeno, que, según una investigación propia, señaló que, salvo dos casos, el resto de los desaparecidos eran pobres o marginales.
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La verdad sale a la luz
Un “caramelo” no perecedero
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2010-08-19 - Por Alexis Oliva - Prensared “Salí de la cárcel con una voluntad bastante entera y la convicción, después de todo lo que había visto en las cárceles, que de alguna manera había que tratar de que terminara ese gobierno y volviera la democracia. Me generó un fuerte impacto ver el país que habían dejado. En la calle Rivadavia, los jóvenes que antes buscaban trabajo hacían números para ver cuánto podían ganar si compraban dólares. En la campaña “Luche y se van” me tocó organizar una olla popular en Villa La Maternidad, donde toda esa plata que iba al circuito especulativo le había sacado el trabajo hasta la gente que hacía changas. Un chiste de (Alberto) Cognini en La Voz del Interior mostraba esa olla popular como un hecho que contradecía el optimismo…”. Fue uno de los escasos párrafos en que Gerardo Ricardo Otto, ex preso político de la Unidad Penitenciaria Nº 1 (UP1), se permitió, ante la pregunta de uno de los jueces, formular una opinión política condimentada con una pizca de nostalgia. Durante el resto de su exposición, el testigo número 37 del juicio a Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y otros 29 represores, sostuvo un relato preciso, claro y puntilloso de sus vivencias en la cárcel de barrio San Martín, que incluyó la lectura de una carta que pudo hacer llegar a su familia, en febrero de 1977, a través de los familiares de un preso común, en un "caramelo" (nota escrita en un papel de cigarrillos). El entonces militante de la Juventud Universitaria Peronista en la Facultad de Agronomía de Córdoba refirió que fue detenido la madrugada del 22 de mayo de 1976 y estuvo preso hasta julio de 1982, acusado de “una causa inventada: tenencia de armas de guerra y munición de guerra”. Otto había cursado el Liceo Militar General Paz y egresado en la promoción 1972, de la que formaba parte el imputado ex militar Pablo D’Aloia. A principios de su estancia en la UP1 -donde estuvo desde el 28 de mayo de 1976 hasta el 28 de marzo de 1977, cuando fue trasladado a la cárcel de La Plata-, el entonces subteniente D’Aloia apareció un día en su celda: “¿Qué hacés vos acá?”, le preguntó. “Me trajeron…”, le contestó Otto. “El estaba rodeado de suboficiales y se dirigió directamente a mí. Fue un encuentro formal, reja de por medio”, recordó el testigo. Su testimonio apuntala así lo narrado por Eduardo De Breuil, quien ubicó a D’Aloia entre los victimarios de su hermanoGustavo, Higinio Toranzo y Hugo Vaca Narvaja. El 5 de julio de 1976, durante una requisa y golpiza colectiva en el patio de la cárcel, vio un despliegue de soldados: "De alguna manera me tranquilicé, porque pensé que estando ellos presentes no iba a pasar nada grave. Pero estaba muy equivocado”. Y repitió las palabras con que el militar a cargo se dirigía a los conscriptos: “Estos son los violadores de mujeres. Estos son los asesinos de niños”. “Yo pensaba: qué pobre sería la causa de este militar, que necesitaba mentir de esa manera, porque los presos políticos no éramos eso", expresó el testigo. Ese día, fue uno de los testigos de la ejecución del prisionero Raúl Bauducco. “Un soldado muy exaltado gritó: ‘¡Ese, mi teniente, ese se mueve!’ -narró Otto-. Entonces escuché un disparo y después supe que lo habían matado al compañero Bauducco. Se generó un desconcierto, pero no hubo en sí una reacción. Esa noche, escuché la misma voz que había escuchado en la arenga. Decía: 'Esto que pasó es porque le quisieron arrebatar el arma a un suboficial'. Me quedó la sensación de que querían inventar una nueva justificación. Como en esto de los traslados, que decían que era un intento de fuga y en realidad iban a asesinar a los compañeros. Así iban a justificar las muertes dentro de la cárcel, pero en un estado de impunidad tan grande que así quería cubrirse este oficial". Luego de describir las distintas modalidades de traslado -entre ellas las que terminaban en supuestas fugas que encubrían fusilamientos-, las sistemáticas golpizas y los fraudulentos consejos de guerra, el testigo recordó una amenaza que las autoridades le transmitieron al preso Eduardo José Schiavoni, el 23 de febrero de 1977. Fue entonces que extrajo una carta, que él mismo escribió en el penal y su familia conservó intacta durante más de 33 años. Así lo revivió el testigo, ante el asombro del público: “Con un compañero de celda decidimos sacar esta información a mis padres, con lo cual tuvimos que recurrir a los escondites que teníamos, con papeles metalizados de cigarrillos y una birome, con lo que escribí una nota a mis padres. Eso se dobla con el papel metálico para afuera para que no se perjudique lo escrito, es un caramelo, que se pasa con un hilo a otra celda, para que a través de los familiares de los presos comunes pudiera salir y llegar a mis padres. Ellos lo guardaron y si usted me permite lo voy a leer. Está dirigida a mis padres: 'Yo estoy físicamente bien y anímicamente excelente, pero preocupado al igual que todos aquí, pues el 23 de febrero a la noche sacaron a un compañero de cada uno de los tres pabellones de presos políticos (incluyendo el 14 de mujeres). El director de la cárcel en su despacho les comunicó que por cada bomba que se ponga van a matar a diez de nosotros y si a Videla le pasa algo cuando venga a la fiesta nacional del trigo en Leones nos matan a todos. El director hizo la aclaración que él era solo un intermediario de lo dicho por el Tercer Cuerpo. La preocupación viene que en julio del 76 hicieron una amenaza parecida: iban a matar a cinco por cada militar que cayera muerto y tres por cada civil y la cumplieron al pie de la letra. Yo les pido que comuniquen esto a todos los familiares de presos políticos, a la Iglesia (Primatesta, etc) y al consulado alemán para lograr de esta forma una difusión nacional e internacional. Cuando contesten, díganme qué novedades hay sobre visitas y traslados para los presos políticos. Sobre mi caso en especial dijeron que el Servicio Penitenciario estableció un régimen de vida carcelaria que contempla visitas y que su aprobación está en manos del Tercer Cuerpo. Quiero que averigüen al respecto y si me van a trasladar. En el próximo paquete mandame un desodorante, un jabón Rexina, un dentífrico y un calzoncillo, exclusivamente. Aquí seguimos encerrados con las ventanas totalmente clausuradas, salimos una vez por día al baño cinco minutos y donde tendría haber cuatro personas hay ocho amontonados. Saludos y besos de Gerardo para papá mamá, Irma, Peter (mis dos hermanos), Gloria, (mi cuñada), Numa, (un perro que teníamos), y a todos'. Puse algunos símbolos. 'Saludos y besos a papá y mamá' los puse en idioma alemán. La única manera que tenían los familiares de saber si seguíamos vivos, era llevando papel higiénico y jabón a la cárcel. Si el Servicio Penitenciario los recibía, era que seguíamos vivos. El pedirle esas cuatro cosas, era como una contraseña, para cuando las recibiera saber si habían recibido la carta”. El aporte fue uno de los motivos por los que el testigo se retiró aplaudido. |
El juez federal Alejandro Sánchez Freytes fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura por “mal desempeño de sus funciones”, acusado de haber ordenado el pago de una jubilación extraordinaria al represor Luis Alberto Manzanelli, por la “incapacidad” que, aduce, le produjeron sus actividades represivas .
La denuncia fue presentada ayer por el titular de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN) y secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato, y fue apoyada por la representante de las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Taty Almeida.
“El hecho es sumamente grave porque Sánchez Freytes está subrogando todas las investigaciones de derechos humanos en la provincia de Córdoba. Es como poner el lobo a cuidar al gallinero”, aseguró Piumato en declaraciones a la prensa.
Según consigna la denuncia, el magistrado -a cargo del Juzgado Federal Nº 2 de Córdoba y subrogante del 3- otorgó en el año 2002 una jubilación extraordinaria de 100% a Luis Alberto Manzanelli, procesado con prisión preventiva e involcurado en 10 causas relacionadas con delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
“Mientras por una puerta se establecían las responsabilidades penales, por la otra, este magistrado indemnizaba el perjuicio psíquico que les causaba a los militares que el pueblo conociera las actividades desarrolladas por ellos durante la dictadura militar”, indica la presentación. “A la justicia tenemos que seguir lavándola y desinfectándola. Es un horror que existan estos jueces que le faltan el respeto a la memoria de nuestros hijos”, dijo la dirigente de Madres de Plaza de Mayo.
Fuente: Comercio y Justicia
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Polémica por la domiciliaria a Menéndez
La abogada Martínez dijo que fue decisión de Díaz Gavier y no de Casación.
La resolución que favoreció a Luciano Benjamín Menéndez con la prisión domiciliaria sigue generando polémica. Ayer, la abogada María Elba Martínez, querellante en el juicio al condenado militar y al ex dictador Jorge Videla, dijo que la medida no fue emitida por la Cámara Nacional de Casación ni por la Cámara Federal de Córdoba, sino que Menéndez volvió a su casa por una orden del presidente del Tribunal Oral Nº 1, Jaime Díaz Gavier.
La letrada agregó que en sendas comunicaciones que tuvo con Casación y la Cámara de Apelaciones, le negaron que haya salido de esos despachos la orden de beneficiar a Menéndez. Díaz Gavier había dicho el miércoles que el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército accedió a la prisión domiciliaria en función de una resolución de Casación.
Además, Martínez se quejó porque no fue notificada sobre el informe médico que aconsejaba que Menéndez no permaneciera en el penal de Bouwer.
"Si Menéndez volvió a su casa por razones de salud, el Tribunal tiene que informarnos para que, si lo consideramos conveniente, pongamos un perito médico de control", afirmó la abogada. Y reclamó que Díaz Gavier le haga llegar la resolución y la fundamentación sobre el beneficio a Menéndez.
Imputado en problemas. En tanto, ayer durante el juicio un testigo ex preso de la Unidad Penitenciaria Nº1, ubicó al imputado Pablo D’Aloia en el interior de la cárcel, contradiciendo la versión del acusado.
Se trata de Gerardo Otto, de 55 años, quien se presentó como empleado público y que dijo que había sido compañero de D’Aloia, un ex veterano de Malvinas, en el Liceo Militar.
Según declaró Otto, cuando estaba detenido dentro de la UP1 el militar le preguntó qué hacía allí dentro. "Me trajeron", recordó Otto que respondió.
En las audiencias iniciales, al hacer uso de la palabra, D’Aloia había insistido en que sólo había cumplido tareas en "el perímetro" de la cárcel.
El militar está imputado por los homicidios de tres presos políticos: Hugo Vaca Narvaja, Arnaldo Higinio Toranzo y Gustavo Adolfo de Breuil. El testigo, -que también estuvo detenido en el D-2- contó que estaba con los ojos vendados aquel 12 de agosto de 1976 y sólo llegó a escuchar que alguien nombraba a un tal "D’Aloia" en el lugar de los hechos.
"Cuando yo escucho los argumentos de que esto -las desapariciones y asesinatos- fue una guerra, no me puedo imaginar eso, porque no hubo ningún respeto por la vida de los presos argentinos; pero para los prisioneros ingleses que cayeron en la guerra de Malvinas sí se respetó la Convención de Ginebra y ellos adhirieron", comparó Otto las situaciones.
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