viernes, 1 de octubre de 2010

Palomitas: una acusación pide que sea considerada parte de un genocidio
La masacre de Palomitas debería ser juzgada en el marco de un genocidio al momento de dictarse sentencia, sostuvo el abogado David Leiva en la acusación elevada al juez Carlos Olivera Pastor, en la que pidió presión perpetua para Luciano Benjamín Menéndez, Joaquín Guil, y Juan Carlos Alzugaray.
Joaquín Guil.
En un escrito de cerca de cincuenta hojas, Leiva, representante de víctimas de la masacre de Palomitas perpetrada en la noche del 6 de julio de 1976, detalló el operativo que -con modalidades similares a los realizados desde el golpe militar de ese año- terminó en el fusilamiento de once internos del penal que había sido sacados pocas horas antes con la excusa de un traslado.
Menéndez, Guil y Alzugaray son juzgados en el marco de la causa de Palomitas II, mientras que Carlos Muhall, Miguel Gentil, y Hugo César Espeche estén a punto de recibir sentencia en Palomitas I

"No se trata aquí de hecho ilícitos aislados, sino de crímenes de lesa humanidad y los imputados cometieron los delitos aprovechándose de su calidad de funcionarios y valiéndose del Estado, último garante de los derechos fundamentales del individuo", sostuvo Leiva en su acusación.
El escrito es un informe detallado del operativo del que incluso quedó registro en el juzgado federal, donde el entonces jefe de la Guarnición Ejército Salta comunicó del operativo de traslado "por órdenes de la superioridad" y, un día después, de la muerte de todos los trasladados, en un enfrentamiento con "elementos subversivos".
"La forma en que fueron encontrados los cuerpos de las víctimas, el lugar, la cantidad de munición recogida, las perforaciones de los automotores cercanos, la dirección de los impactos sobre la humanidad de las victimas, las fracturas que sufrió Ávila, impiden siquiera considerar la posibilidad de un enfrentamiento", sostuvo Leiva en su acusación.
El abogado querellante sostuvo que "la gente que intervino en el operativo no fue elegida al azar, al contrario debió ser gente experimentada en la eliminación de los oponentes políticos, sin escrúpulos, fanáticos como Joaquín Guil, Alzugaray y los imputados del expediente conocido como Palomitas I, como para encomendarle la misión de acribillar a sangre fría a 11 personas desarmadas que se encontraban privadas de la libertad, encapuchadas/tabicadas y maniatadas".
Para probar que hubo un plan premeditado para eliminar a los presos que fueron sacados del penal, Leiva citó el testimonio de Juan Antonio Pasayo, quien describió ante la Justicia cómo recibió la orden de secuestrar vehículos que después fueron usados en Palomitas para simular el enfrentamiento, y que había podido identificar a Guil como el que coordinaba esa operación.

"El múltiple crimen necesariamente fue coordinado por oficiales del ejercito, que tenia bajo dependencia operativa a las fuerzas policiales y penitenciarias, lo que le permitió sacar a los presos políticos del penal en medio de la oscuridad, encapuchados y maniatados", sostuvo el abogado.
Fuente: Nuevo Diario de Salta

No hay comentarios:

Publicar un comentario