miércoles, 16 de mayo de 2012

 › ASUMIO EL ABOGADO MARTIN FRESNEDA EN LA SECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS

Por los derechos del pasado y del futuro

Miembro fundador de HIJOS Córdoba y ex delegado de la Anses en esa provincia, el nuevo funcionario definió que trabajará por “más memoria, verdad y justicia” y también en una agenda vinculada con la inclusión social.
Juan Martín Fresneda es hijo de desaparecidos y busca a un hermano.
 
Por Victoria Ginzberg
“Qué golazo, qué golazo, en la secretaría, los hijos del Cordobazo.” El canto se compuso en el auditorio Emilio Mignone de la Secretaría de Derechos Humanos un rato antes de la asunción de Martín “Ñato” Fresneda en el cargo. Y se escuchó fuerte mientras se esperaba que el ministro de Justicia, Julio Alak, le tomara juramento. Cumplido el ritual, Fresneda tomó la palabra. De su discurso se puede deducir qué impronta quiere darle a su gestión. Habló de “dar vuelta la página con más memoria, verdad y justicia y no con reconciliación e impunidad”, dijo que “esta etapa nos exige nuevos desafíos en materia de derechos humanos” y, en esa línea, definió “una agenda para el futuro, pensada para los que todavía están postergados, que nos permita seguir profundizando el camino de la inclusión y la justicia social”.
Varios cánticos sirvieron como bienvenida al cargo para el hijo de desaparecidos, fundador de HIJOS Córdoba y abogado de causas sobre el terrorismo de Estado. Fue coreado con entusiasmo: “Vení Menéndez, vení mirá, Martín Fresneda en el gobierno nacional” o su segunda versión, que termina “los subversivos cada día somos más”. La voz cantante la llevaban los HIJOS cordobeses, que viajaron para acompañar a Fresneda. Pero el auditorio estaba repleto. Fue una ceremonia con el espíritu del “no nos han vencido”, con el que termina otra canción.
En el escenario, junto a la bandera argentina, un afiche de HIJOS y un cartel de la Jauretche, la agrupación juvenil del kirchnerismo cordobés, resumían la identidad política de Fresneda, quien hasta anteayer era delegado de la Anses en la provincia que lo adoptó.
Después de jurar, el nuevo secretario se acercó al micrófono y se emocionó antes de empezar a hablar, mientras escuchaba “se siente, se siente, Otilia está presente”. Otilia Argañaraz, abuela de Fresneda, fue dirigente de Abuelas de Plaza de Mayo hasta su muerte.
Fresneda comenzó agradeciendo a la Presidenta y recordó a Néstor Kirchner. Contó que se había reunido con Cristina Kirchner y que, en ese encuentro, él se había comprometido a “hacer todo lo posible”... “No, vas a hacer lo imposible”, le retrucó CFK.
El flamante funcionario recordó y homenajeó a su antecesor en el cargo, el fallecido Eduardo Luis Duhalde, y marcó dos directrices. Una vinculada con las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar y otra relacionada con una “nueva agenda ligada al futuro, para seguir incluyendo a los que están pasando necesidades, a los que todavía padecen el frío de la impunidad, para hacer este soñado país para todos”.
Sobre el terrorismo de Estado, habló de su historia personal, que es también la historia del país. “Soy el orgulloso hijo de Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz”, marcó. Sus padres fueron secuestrados en julio de 1977 en Mar del Plata, durante la llamada Noche de las Corbatas, como se conoce a la desaparición de un grupo de abogados laboralistas. Su mamá estaba embarazada de cinco meses, por lo que él sigue buscando a un hermano o una hermana. “Lo vamos a encontrar, Martín”, le gritó Pablo Díaz, sobreviviente de la Noche de los Lápices desde su asiento.
Fresneda, entonces, se refirió a la búsqueda de los nietos desaparecidos y también hizo hincapié en la política de identificación de los restos de las víctimas de la última dictadura. “El Equipo Argentino de Antropología Forense hace una maravillosa tarea de recuperar esas almas para que las Madres y las Abuelas puedan despedir a sus hijos y nosotros a nuestros padres”, dijo.
Lo escuchaban las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo sentadas en las primeras filas. Luego, se mezclaban funcionarios y miembros de otros muchos organismos de derechos humanos. Horacio Verbitsky encabezaba una delegación del CELS, estaba Hugo Cañón, de la Comisión Provincial por la Memoria; Lita Boitano, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y Luis Fonderbrider, del Equipo Argentino de Antropología Forense. El abogado Rodolfo Yanzón, el fiscal Félix Crous, Claudia Carlotto, de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad; Eduardo Jozami, director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, y los subsecretarios de derechos humanos Luis Alén y Marita Pérceval. Estaban algunos dirigentes de La Cámpora, como los diputados Eduardo Wado De Pedro y Horacio Pietragalla, el legislador Juan Cabandié y el secretario de Justicia Julián Alvarez. Los diputados Remo Carlotto y Diana Conti y muchos integrantes de HIJOS. Además de Alak, también participaron el ministro de Defensa, Arturo Puricelli y la Defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez.
Antes de los saludos y abrazos, Fresneda señaló que trabajará con quienes están colaborando desde la gestión anterior, que las transformaciones se hacen “entre todos” y resumió: “Fui uno de los tantos chicos que criados en los locales de los organismos de derechos humanos. Esa es mi lucha. Pero también siento que debemos ir por más”.
OPINION

Fuerza, Ñato


Por Horacio Verbitsky
Derechos Humanos estuvo asociado desde el golpe de 1976 con la generación de los progenitores de las personas detenidas-desaparecidas, y sus emblemas fueron las Madres y las Abuelas. Recién en 1995, luego de la confesión del capitán Scilingo, que terminó para siempre con las versiones contrapuestas sobre lo sucedido, la generación de los hijos se mostró a la luz pública. Hasta entonces vivían aislados y escondidos, como si no fueran víctimas sino culpables de algo. Criados con la consigna del silencio y el disimulo, cada uno sobrellevó como pudo su tragedia, en forma individual y en muchos casos sin conciencia de la historia de la que eran parte. El primer gobierno posdictatorial impulsó el juicio a los ex comandantes y eso bastará para asegurarle un sitial destacado en la historia argentina. Su objetivo no ostensible era poner a las Fuerzas Armadas a la defensiva para que no jaquearan a su gobierno como hicieron con todos los anteriores, y el declamado, establecer una cultura de la juridicidad, que descartara el recurso a la violencia. Pero nunca tuvo un solo gesto de reconocimiento a las víctimas de la barbarie que ellos desataron, lo cual prolongó su estigmatización y el aislamiento de sus hijos. Al confirmar desde la propia experiencia aquello que las víctimas venían denunciando, Scilingo les permitió liberarse de esa cárcel virtual en la que seguían enclaustrados. Por entonces eran pibes que en pocos casos llegaban a los veinte años. Hoy se aproximan a los cuarenta y con Martín Fresneda ocupan desde ayer la Secretaría Federal de Derechos Humanos. Los padres de Martín Fresneda y de su hermano Ramiro, Tomás y María de las Mercedes Argañaraz, fueron secuestrados hace 35 años en Mar del Plata y no volvió a saberse de ellos ni del bebé que ella gestaba desde hacía cinco meses. Inmune a las presiones de la línea burocrática de la secretaría, Cristina eligió a Fresneda, abogado en las causas por los crímenes cometidos en Córdoba bajo el mando del ex general Luciano Menéndez. Lo hizo como una más de las señas que viene emitiendo desde su reelección a favor del tan saludable recambio generacional. Pero, además, Fresneda anunció que entre las prioridades de su gestión estará acelerar el proceso de búsqueda e identificación de los restos de los detenidos-desaparecidos, una tarea que iniciaron en soledad hace dos décadas el camarista Horacio Cattani y el Equipo Argentino de Antropología Forense y que ahora recibirá el respaldo del Poder Ejecutivo. También se hará cargo de otro tipo de violaciones a los derechos humanos que ocurren en democracia, no por voluntad de un gobierno como en tiempos del Estado terrorista, pero sí gracias a un activismo insuficiente de su parte para impedirlas. La puesta al día de una agenda fundamental para la sociedad argentina y para el propio gobierno nacional no podría tener mejor intérprete que el Ñato Fresneda. No estará solo en el esfuerzo para que los derechos humanos además de pasado tengan presente y futuro.
Fuente: Pagina 12
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martín fresneda ocupa el cargo vacante tras la muerte de eduardo luis duhalde

Asumió el nuevo secretario de DD HH

El referente de HIJOS Córdoba juró acompañado por representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La prioridad de su gestión, dijo, serán “aquellos argentinos que siguen padeciendo el frío de la impunidad”.

Por:
Tiempo Argentino
Acá estamos Néstor querido, con el coraje y la fuerza de los 30 mil”, dijo con voz firme Martín Fresneda al asumir ayer por la tarde como titular de la Secretaría de Derechos Humanos en remplazo del fallecido Eduardo Luis Duhalde. Rodeado por los organismos de Derechos Humanos, el militante de HIJOS adelantó que va a hacer “lo imposible” como le pidió la presidenta Cristina Fernández al comunicarle la noticia de su nombramiento.
“Estamos orgullosos de quienes conducen los destinos de esta patria y nos invitan a un trasvasamiento generacional real, no como en otros tiempos en el que hubo jóvenes que fueron el maquillaje del futuro”, manifestó Fresneda, quien aludió así a la corta edad con la que asume el cargo (37 años).
El flamante funcionario dio su primer discurso en el Salón Emilio Mignone luego de que el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, lo pusiera en funciones y destacara la designación de un “joven brillante y valiente, que sufrió en carne propia las atrocidades de la dictadura pero convirtió el dolor en lucha y militancia”.
Frente a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y sus compañeros de la agrupación HIJOS, Fresneda se refirió en primer lugar al desafío que tendrá en su gestión para “dar vuelta una página de esta historia con más memoria, verdad y justicia, y no con reconciliaciones, ni olvidos ni impunidad”.
Señaló que serán su prioridad “aquellos argentinos que están pasando necesidades, que siguen padeciendo el frío de la impunidad”, y señaló que los Derechos Humanos “son la matriz filosófica y política que debe ser transversal a todas las agencias y organismos del Estado”.
En otro tramo de su discurso, el flamante secretario también se refirió a su historia personal. Recordó a sus padres, Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz como “dos luchadores sociales y populares”, y destacó que todavía continúan desaparecidos: “Se los llevó este país a algún lado al cual todavía los hijos no podemos tener el derecho de saber dónde es, para recuperarlos de esa desaparición.”
Sus padres fueron secuestrados en Mar del Plata durante la denominada Noche de las Corbatas, en julio de 1977. Tenían dos hijos pequeños, Martín y su hermano Ramiro, y su madre tenía un avanzado embarazo, que habría llegado a término en el centro clandestino de detención La Cueva. 
Al hablar en su asunción, Fresnedas destacó que encontrar a los desaparecidos es otra de las tareas que tendrá prioridad. “Esa es la tarea que debemos empezar a concluir porque le sigue doliendo al país. Para suspender los efectos de esa maldita desaparición forzada”, destacó y para que las Abuelas y las Madres puedan despedir a sus hijos y nosotros a nuestros padres”, expresó.
Durante el acto junto a Fresneda estuvieron Alak, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli; la defensora General, Stella Maris Martínez y el secretario de Justicia, Julián Álvarez, entre otros. 
Fuente: Tiempo Argentino

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Fresneda prometió una "nueva agenda" sobre los postergados

El dirigente cordobés asumió en la secretaría nacional. Presenciade organismos.

Tarea pendiente. Fresneda dijo que hay que terminar de encontrar los restos de los desaparecidos (Télam).
Tarea pendiente. Fresneda dijo que hay que terminar de encontrar los restos de los desaparecidos (Télam).
Buenos Aires. Un trasvasamiento generacional, de significación política. Así cabe entender la designación por la Presidenta del cordobés Juan Martín Fresneda, de 37 años, al frente de la Secretaría de Derechos Humanos, en el lugar que desde su creación en 2003, hasta su muerte el mes pasado, ocupó Eduardo Luis Duhalde.
Ayer mismo, horas después de la publicación en el Boletín Oficial del decreto 725 que lo designó, Fresneda juró “por la Patria” ante Julio Alak, titular de Justicia, del que depende la secretaría. Sucedió en el auditorio Emilio Mignone de la planta baja de la Secretaría, desbordado de público hasta la calzada de la calle 25 de Mayo de la city porteña, con numerosa -y jubilosa- presencia de cordobeses.
Si bien el hecho político sobresaliente estuvo dado por la elección presidencial de Fresneda, “El Ñato”, como lo llaman, aportó lo propio. Durante su discurso, y como parte de “la sintonía fina” postulada por la jefa del Estado, convocó a elaborar “una nueva agenda hacia el futuro” sobre los derechos humanos, que esbozó en general: “Seguir impulsando los derechos de los argentinos con necesidades… Responsabilidad hacia los sectores humildes postergados”. También cuando, a partir del llamado presidencial de “ir por más”, definió la actual como una “etapa fundamentalmente cultural: la agenda exige resolver otros conflictos de derechos humanos”.
Qué golazo, qué golazo/ llegaron a la Secre/ los hijos del Cordobazo” y “Vení Menéndez/vení y mirá/ los subversivos/cada día, somos más”, saludaron la asunción desde la platea grupos de jóvenes de La Jauretche a la que Fresneda pertenece y de Hijos de detenidos-desaparecidos, de la que fue cofundador en Córdoba, además de querellante en varios de los juicios por crímenes cometidos por el terrorismo de Estado en Córdoba.
Discurso. En su discurso, el flamante secretario de Derechos Humanos, hasta el lunes a cargo de la Anses en Córdoba, también asumió su compromiso con el pedido de la Presidenta de dar “una vuelta de página” a las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura para cuando finalice su mandato. “Será con memoria, verdad y justicia, no con renuncia, ni olvido ni impunidad”, dijo.
Planteó también la “tarea a concluir” de localizar los restos de los detenidos-desaparecidos, “sin lo cual difícilmente puede haber paz”. Y lanzó, por fin, un llamado por la aparición de su “hermano o hermana, en manos de quienes asesinaron a mis padres”. Al momento de la detención-desaparición de sus padres Tomás y María de las Mercedes Argañaraz, en Mar del Plata, en julio de 1977, su madre estaba en el quinto mes de embarazo de su tercer hijo. Su abuela, Otilia Argañaraz, presente, recibió su reconocimiento, y el más emotivo de todos los saludos del público.
La designación de Fresneda contó con un fuerte consenso de todas las organizaciones de derechos humanos, a juzgar por las asistencias. Dijeron presente Abuelas y Madres, éstas en sus dos sectores; Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas; la Asamblea Permanente y el Centro de Estudios Legales y Sociales, entre otras. Las presidentas cordobesas de Abuelas, Susana Torres, y de Familiares, Emilia D’Ambra, compartieron lugares con la cantante Teresa Parodi, mientras en el estrado también estuvieron el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, y el diputado camporista Juan Cabandié, entre otros.
DD.HH. y política

Representación. Martín Fresneda es abogado de la agrupación Hijos Córdoba y, como tal, fue querellante en los juicios que se ventilaron en Córdoba contra represores de la dictadura.
Víctima. Es hijo de padres desaparecidos durante la dictadura.
Política. Además de su tarea en organismos de derechos humanos, Fresneda es el principal referente en Córdoba de la agrupación kirchnerista La Jauretche. En las pasadas elecciones, fue en el quinto lugar como candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria. No entró. Estaba hasta ahora al frente de la delegación local de la Anses.

Hijos filial Córdoba y Abuelas celebraron la designación de Fresneda

Abuelas de Plaza de Mayo resaltaron que es un joven criado “en la lucha por los derechos humanos” y que eso garantiza el avance de las garantías sociales.

FRESNEDA. El nuevo secretario de DDHH de la Nación (La Voz / Archivo). 

Las Abuelas de Plaza de Mayo celebraron hoy el nombramiento de Martín Fresneda como secretario de Derechos Humanos de la Nación.
Fresneda es nieto de Otilia Algañaraz, "una de las Abuelas históricas de la institución, a quien hoy recordamos con especial orgullo y cariño", escribieron en un comunicado.
Desde la fundación remarcaron que "además de ser uno de los fundadores de H.I.J.O.S. de Córdoba, Martín, junto a su hermano Ramiro, busca incansablemente a su otro hermano o hermana, nacido cuando su madre se encontraba secuestrada por el terrorismo de Estado".
Respecto de la abuela del flamante funcionario, señalaron que "luchó hasta sus últimos días para conseguir justicia por sus hijos y conocer el paradero de su nieto o nieta nacido en cautiverio", durante la última dictadura militar (ver Martín Fresneda asumió como nuevo secretario de DDHH de la Nación).
"Las Abuelas creemos que la designación de Martín, un joven criado en la lucha por los derechos humanos, garantizará el avance de las garantías sociales para todos los argentinos y argentinas", concluye el comunicado.
Qué dijo Hijos. Tras conocida la noticia de la asunción de Fresneda, Hijos filial Córdoba expresó a través de un comunicado que siente "por estos días la emoción de acompañar a uno de los miembros cofundadores de esta organización en su nombramiento en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación".
"Con este cargo, el Gobierno reconoce en la figura de nuestro compañero la experiencia y la historia de una generación que supo rescatar desde el horror las banderas de lucha de sus padres (...)".
"Por su vasta trayectoria en materia de derechos humanos, su coherencia en cada una de las luchas que emprendió y por su importante aporte como dirigente de la militancia joven, Martín representa el recambio generacional con compromiso, el desafío de la renovación, la juventud que retorna contundentemente a la participación política", indicó la agrupación.
Fuente: La Voz del Interior
 

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Identificaron los restos de una estudiante paranaense

María Victoria Gazzano Bertos había sido inhumada como NN en un pueblo del interior santafesino. Los restos fueron recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense y serán restituidos a sus familiares. La joven era bisnieta de José Gazzano y tenía 21 años cuando fue asesinada, presuntamente, por la Policía de Santa Fe.
Viernes 9 de Diciembre de 2011  El Diario de Paraná.-

Amaneció gris ese 15 de septiembre en Pueblo Andino. No era uno de esos días en los que el invierno jugaba a ser primavera. El clima estaba enrarecido en ese poblado tranquilo de calles enripiadas y árboles frondosos al que solía escaparse algún que otro rosarino, caña en mano, en búsqueda de carpas, patíes, moncholos, surubíes y codiciados dorados que habitaban el río Carcarañá.
El millar de habitantes todavía no alcanzaba a digerir el triste final de esa chica joven que unos días antes huyera de su casa y había encontrado la muerte en forma violenta a pocos kilómetros del ingreso al pueblo, a la vera de la autopista Rosario-Santa Fe, cuando la muchachita se apareció como un fantasma que no volvía de ninguna muerte sino arrepentida a su casa. ¿Pero entonces quién estaba en el cajón de muerto? Atónitos y sin respuestas, los andinenses la sepultaron como NN.
María Victoria Gazzano Bertos había sido marcada el día anterior desde un Ford Falcon mientras caminaba a pocas cuadras de su casa en Rosario. El sol del mediodía calentaba la acera, ella llegó a la esquina, miró hacia los costados y tal vez alcanzó a ver a quien la señalaba, pero no alcanzó a reaccionar porque un grupo de hombres vestidos de civil se le abalanzaron y la empujaron dentro del tenebroso auto verde.
Mientras Pueblo Andino velaba a la jovencita rebelde, a las 5 de la mañana del día siguiente, un grupo de uniformados que se presentaron como “de la policía” irrumpieron en la casa familiar, enfrente del Parque Gazzano, en Paraná, y se llevaron a su padre y su hermano. Estuvieron un rato revolviendo la casa. La dieron vuelta. Al mediodía, cuando ya no estaban, una voz en el teléfono le advirtió a la madre de María Victoria lo que había pasado en Rosario, sin saber que para esa hora ella ya estaba muerta.
De familia
. María Victoria tenía 21 años cuando fue secuestrada el 14 de septiembre de 1976. Vivía con cuatro compañeras de la Facultad de Arquitectura en una casa que le habían comprado sus padres. No hay registro de su paso por ningún centro clandestino de detención, aunque es posible que hubiera sido trasladada al Servicio de Informaciones, la siniestra casa de torturas que dirigía la Policía santafesina.
Había nacido en Paraná el 26 de agosto de 1955 y era la mayor de dos hijos de José Alejandro Gazzano y Lidia Argentina Bertos. Su padre era uno de los 29 nietos del fundador del parque que lleva su apellido y uno de los preferidos de aquel italiano que llegó cargado de sueños, vivió 96 años, formó familia, un barrio, un parque y mantuvo siempre vivo el espíritu de niño. Heredó de él algo más que esos rasgos de mujer alta, de contextura grande, regordeta, piel blanquísima, cara redonda, frente amplia, grandes ojos pícaros ávidos de mundo, sonrisa permanente y cabellos negros, lacios, largos.
Sus compañeros la recuerdan como una joven de bajo perfil, tremendamente estudiosa, lúcida, inquieta, servicial y con afanosos deseos de conocimiento, a través de las más diversas lecturas que atravesaban los libros de política, pero también de literatura y filosofía. Eso también lo habrá heredado del viejo Gazzano.
La distinguía su risa, de una picardía casi infantil. “Se reía como se ríen los niños”, recuerda la psicóloga Adriana Beades, que compartió con ella un taller de teatro en los últimos años del colegio secundario en el Instituto Cristo Redentor.
De bajo perfil
. El paso por la secundaria le abrió una gran inquietud por conocer el mundo, por entenderlo y por cambiarlo. Eran tiempos de gran efervescencia política y social y los jóvenes estaban muy influidos por los cambios propuestos por el Concilio Vaticano II, con la Teología de la Liberación, y la irrupción del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Eso también se reflejó en una serie de actividades extracurriculares de las que participaba con compañeros de otras escuelas católicas.
Ester Brafa era entonces catequista en el Instituto Cristo Redentor y en el Colegio La Salle. A partir de sus inquietudes artísticas conformó un taller de teatro y expresión corporal con un grupo mixto de alrededor de veinte alumnos. “En aquel momento trabajábamos todo de manera intuitiva, pero con un formato y un sustento ideológico, que era esta cuestión de que el arte no es solo una forma de expresión sino que constituye también una manera de conocimiento”, contó a EL DIARIO.
El de 1973 fue el año más activo para ese grupo porque presentó dos obras de teatro de creación colectiva: en la primera mitad del año, una que se llamó Latinoamérica, quién eres; y en la segunda parte, Navidad según hoy. “María Victoria tenía un perfil muy bajo y no quería estar arriba del escenario, pero sin ella no se hubiera podido hacer nada, porque manejaba el sonido y las filminas (diapositivas) que proyectábamos en cada obra; era de las que estaba donde había que estar, de esas personas que no aparecen pero sin las cuales nada funciona”, la recuerda Brafa. “Ella no aparecía, estaba escondida, pero le daba sustento a lo que hacíamos”, se emociona.
Beades, por su parte, acotó que “la obra de teatro fue una experiencia muy linda, en la que se proponía un análisis del momento histórico que vivíamos en América Latina, con una posición muy crítica de ese tiempo y las cosas que siempre sacuden a los jóvenes, delatando la indiferencia y la hipocresía del mundo. Eso era lo que transmitíamos”.
La psicóloga remarcó que ese tipo de actividades extracurriculares “marcaron a toda una generación” y apuntó que “eran años de mucha discusión en el país, todos nos sentíamos muy involucrados en pensar, sentir y debatir sobre lo que estaba pasando; y además teníamos las ansias de transformación que siempre tienen los jóvenes”.
María Victoria era parte de esa generación. Las influencias de su formación religiosa y las inquietudes por los conflictos sociales terminaron marcando sus rasgos de personalidad: inquieta, lúcida, ávida de conocer y ayudar.


El oficio de identificar


La identificación de María Victoria Gazzano Bertos fue posible a partir del cruce de información de los archivos policiales y judiciales correspondientes a la instrucción que se realizó a raíz de la aparición de un cadáver NN. En esos documentos constaban las huellas dactilares de la estudiante paranaense y otros elementos sobre las circunstancias en que había sido hallado el cuerpo, a un costado de la autopista Rosario-Santa Fe. A partir del relevamiento y análisis de esa información, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizó la exhumación de los restos del cementerio municipal de Pueblo Andino, una localidad ubicada a 55 kilómetros de Rosario, y tras cotejar con las muestras de sangre donadas por su familia confirmó la identidad.


Hombres de hierro


Ester Brafa recuerda un hecho que muestra esa avidez de conocimiento permanente: “Un día María Victoria apareció con un long-play y me dijo: ‘Escuchá a este tipo, es genial’. Era Hombres de hierro, de León Gieco; y esa canción fue parte de una de las obras de teatro, en una escena donde una diapositiva, con unas líneas blancas, proyectaba la idea de unos barrotes y detrás dos chicas hacían trabajos de movimiento corporal tratando de zafarse”. Así era ella.
Juan Cruz Varela



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