"¿Dónde está el rubio?", la pregunta que retumba en la cabeza de las víctimas
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Pachy Reynoso/MDZ
El juicio se reanudará el jueves.
Antes de llevarse a Juan Carlos Romero, los secuestradores le preguntaron insistentemente por el paradero de "el rubio". Así lo recordaron sus hijos, durante la quinta jornada del juicio de lesa humanidad. Se confirma la principal hipótesis de la desaparición de nueve personas.
El paradero de Juan José Galamba. De acuerdo con investigaciones previas a cargo del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), éste fue el hilo conductor de nueve desapariciones que se analizan en el juicio por delitos de lesa humanidad. Entre éstas, la de los hermanos Juan Carlos y Daniel Romero.
Ayer, durante la quinta jornada del juicio, los hijos de Juan Carlos Romero reforzaron esta hipótesis. "Buscaban a un tal Rubio", comenzó Elena Romero, a lo que su hermano Juan Carlos Romero (hijo) precisó: "Preguntaban dónde está el rubio". El testigo agregó que posteriormente supo que "el rubio" era Galamba, también apodado "El Ruso".
Los hijos de Romero presenciaron el secuestro, el 28 de mayo de 1978, cuando un grupo de tareas integrado por militares y policías irrumpió violentamente en el domicilio de Las Heras, preguntó por el paradero de Galamba y se llevó al padre de familia. Además, según recordaron, los secuestradores robaron mercadería y otros objetos de valor.
Cuatro días antes, el 24 de mayo de 1978, los testigos relataron que se produjo un operativo similar donde los mismos policías habían indagado a sus padres. La hija de Juan Carlos Romero dijo que también preguntaron por "un tal Rubio". Aquel día, un grupo de tareas secuestró a Daniel Romero en una despensa de su propiedad.
Lo curioso es que el secuestro de Juan Carlos Romero se produjo después de la captura de Galamba (26 de mayo de 1978), quien representaba el fin último de un mismo operativo. Previamente, desaparecieron Margarita Dolz, Raúl Gómez, Víctor Hugo Herrera, Ramón Sosa, Gustavo Camín y Mario Camín, todos vinculados a Galamba.
Galamba, el más buscado
Además de Elena y Juan Carlos, ayer declaró otro hijo de Romero, Dante. A diferencia de sus hermanos, contó que conoció personalmente a Galamba, quien trabajaba en el horno de ladrillos de su padre. "Con mi hermano mayor íbamos a ayudarle a mi papá para no quedarnos solos en la casa", manifestó ante el Tribunal.
Durante su testimonio, habló de la última vez que vio al "flaco, alto y rubio" Galamba. "Me llamó la atención porque en un momento descendió un helicóptero al terreno y esta persona se escondió entre la viruta. Después no lo vi más", recordó, y agregó que ese episodio se produjo alrededor de un mes antes del secuestro.
Galamba, dirigente montonero y una de las personas más buscadas por la dictadura en Mendoza, llegó al horno de ladrillos de Romero después de estar oculto en una cantera de San Juan, entre otros refugios, cuyo propietario también desaparecería (Gustavo Camín y su hijo, Mario, fueron secuestrados el 22 de mayo de 1978).
"Daniel fue a hablar con mi padre para que le diera trabajo al rubio (Daniel Romero era hermano de Juan Carlos y amigo de Galamba). Entonces, el rubio empezó a trabajar y a vivir en el horno, paraba ahí hasta que pasó lo del helicóptero. Mi padre y mi tío discutían muchas veces, eran discusiones políticas", completó el testigo.
Por su parte, el hijo mayor (Juan Carlos) recordó: "Cuando se llevaron a mi papá yo salí corriendo atrás de ellos. Vi cómo lo subieron a un Falcon verde que iba escoltado por dos Falcon grises. De ahí hicieron la rotonda y tomaron el camino que llega hasta San Juan". Romero vivía en Acceso Norte, a metros del antiguo aeropuerto.
Juan Carlos Romero fue concejal de Las Heras durante dos períodos y director Obras Públicas hasta mayo de 1976, cuando fue cesanteado por la dictadura. Con la indemnización, levantó el horno de ladrillo que administró hasta el momento de su desaparición. Por su parte, Daniel Romero trabajaba en una empresa constructora de Godoy Cruz, donde era delegado gremial.
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El juicio contra ex represores se reanudará el 3 de septiembre
Así lo decidió el Tribunal Oral Federal de La Rioja, luego de que el hospital ‘Vera Barros’ le informe que Luciano Benjamín Menéndez está apto para seguir afrontando el juicio en su contra, junto a los otros imputados (Luis Estrella y Domingo Vera), por el crimen de los curas Longueville y Murias, ocurridos en nuestra provincia durante la última dictadura militar en el año 1976.
El Tribunal Oral Federal de La Rioja reanudó este viernes el juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en esta provincia, en donde son juzgados Luciano Benjamín Menéndez, Luis Fernando Estrella y Domingo Benito Vera. Estos tres ex represores están acusados puntualmente de haber asesinado a los curas Carlos Murias y Gabriel Longueville en 1976.
A su vez, a través de un comunicado, el tribunal informó que Menéndez fue sometido en las últimas horas a un examen médico que había sido solicitado por los jueces, para verificar si podía continuar asistiendo a las audiencias de debate en forma presencial.
Asimismo, se indicó que Menéndez recibió el alta médica otorgada por la Unidad Coronaria del Hospital ‘Enrique Vera Barros’ y que se ordenó su traslado desde el nosocomio en el cual se encontraba internado, a la sede del tribunal capitalino a fin de dar inicio a la audiencia del juicio oral en la jornada de este viernes.
Pero luego, tras unas horas de debate y varios planteos de nulidad ejecutados por los abogados defensores de los ex represores, los magistrados decidieron pasar a un cuarto intermedio hasta el 3 de septiembre próximo a las 9 horas.
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