jueves, 11 de julio de 2013

CINE › NORITA, NORA CORTIñAS, SOBRE LA TITULAR DE MADRES DE PLAZA DE MAYO LINEA FUNDADORA





Miércoles, 10 de julio de 2013
CINE › NORITA, NORA CORTIñAS, SOBRE LA TITULAR DE MADRES DE PLAZA DE MAYO LINEA FUNDADORA
“Yo recogí las banderas de mis hijos”

El film de Miguel Mirra gira alrededor de dos entrevistas realizadas a la protagonista, que revela detalles de su juventud, de su familia y de sus hijos. Es un relato conmovedor, pero atravesado también por la alegría. La cámara registra viejas y nuevas luchas de Nora.


El documental Norita... se estrenará mañana  ( por hoy) en el cine Gaumont.


Pequeña e inquieta, sencilla y sonriente, Norita habla de política, militancia y música. Orgullosa, muestra el estudio de radio que lleva su nombre, ubicado en el edificio de la organización Servicio, Paz y Justicia, presidida por Adolfo Pérez Esquivel. En una de las paredes, revestidas con paneles acústicos, se encuentra su imagen junto a un retrato del Subcomandante Marcos. Nacida hace 83 años, en el barrio porteño de Monserrat, la titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora vio cómo su vida cambió de forma definitiva el 15 de abril de 1977, cuando su hijo Carlos Gustavo Cortiñas fue secuestrado por la dictadura militar y nada más se supo de él. Pronto, el dolor devino fortaleza, voluntad de acción y afán colectivo de transformación. Su pañuelo blanco, como el de tantas madres, se convirtió en un símbolo de la página más triste del pasado y en un ejemplo inspirador de coraje, esperanza y dignidad. Muchos años después, el cineasta Miguel Mirra, decidió documentar esta historia y dirigió Norita, Nora Cortiñas, testimonio fiel de esa vida militante, que se estrenará mañana en el cine Gaumont.
El largometraje gira en torno de dos entrevistas realizadas a la protagonista, quien revela detalles de su juventud, de su familia y de sus hijos. En un relato conmovedor, Nora habla de la militancia social de Gustavo y de la búsqueda desesperada que emprende junto a las otras Madres de la Plaza. La cámara, testigo de esa trayectoria política coherente, de ayer, de hoy y de siempre, registra las primeras marchas alrededor de la Pirámide de Mayo, las manifestaciones actuales, su visita a Haití y hasta su apoyo solidario a la comunidad Qom y a su líder Félix Díaz. Un homenaje que toma posición y, como define Mirra, con justas palabras: “un documental para la alegría”.
–¿Cómo surgió el proyecto de Norita...?
Miguel Mirra: –Mi anterior documental fue sobre Darío Santillán, y desde ese momento surgió la idea de relatar historias de vida. Un día, hablando con Susana Moreira, mi compañera de vida y andanzas cinematográficas, con quien siempre encaro proyectos, se me ocurrió hacer este documental. Me dije: “si algún día nos falta Nora, lo vamos a lamentar, así que tenemos que hacerlo ya”. Con Nora nos conocemos desde hace mucho; para mí es una referente y un ejemplo de coherencia y de perseverancia.
–¿Por qué es necesario contar su vida?
M. M.: –Porque es un ejemplo que nos trae el pasado y que nos trae el futuro, para problematizarlo. Norita tiene una perspectiva de futuro y está viva para contarlo. Lo que a mí más me interesó no fue que contara el pasado, porque ya es bastante conocido, sino que nos hablara de lo que viene, de lo que esperamos, de lo que podemos y debemos ser. Uno la escucha, la ve, aquí y allá, en diferentes lugares; donde hay una lucha o una situación que necesita apoyo y solidaridad, ahí está. La idea del documental no era solamente que hablara de su vida, que también es importante porque hay cosas que no se conocen, sino que hablara de su presente, de lo que piensa, de lo que siente, más allá de la lucha por la aparición con vida o el reclamo para que se abran los archivos. Nora tiene un presente, que no se ha quedado en el pasado y que siempre está hablando del futuro. Por otro lado, no se había hecho hasta el momento ningún documental sobre su vida.
–En el documental cobra una fuerza notable el testimonio de la protagonista.
M. M.: –Fue una decisión consciente de que fuera Nora quien contara su vida, porque nadie podía hacerlo mejor que ella. Por otra parte, querer realizar un documental apologético de Norita, para ensalzar su figura, y poner gente que hable bien de ella, no tenía ningún sentido. En otros casos, cuando uno cuenta la vida de alguien que ya no está, sí es necesario recurrir a otros testimonios que te hablen de esa persona, pero en este caso no. Hice dos entrevistas, una exclusiva para esta película y otra que ya había hecho y de la cual se había exhibido una parte en el documental que filmé sobre Adolfo Pérez Esquivel.
Nora Cortiñas: –Yo me resistía al principio a que se hiciera un documental sobre mi historia, pero viví dos experiencias que me hicieron cambiar de opinión. En una oportunidad, viajé a un acto en Paraná, donde se realizó un homenaje a Amanda Mayor, una de las Madres que había fallecido. En ese acto, sus hijos pusieron un video que habían realizado sobre ella y me pareció interesante el testimonio. Luego, vi la película Sol de Noche, que sirvió para el juicio por la Noche del apagón, en Ledesma. Los testimonios que se recogieron sirvieron para que se revelara lo que había sucedido esa noche. Después de esto, ya acepté, sin dudar, la idea de Miguel. Todo lo que sale en el documental es verdad, no hay nada inventado, no hay ficción. De todas formas, mi lucha, desde que salí a la calle, fue y es colectiva. Pienso que cada Madre tendría que tener su testimonio porque así no van a poder tergiversar la historia. “Todo está guardado en la memoria”, como dice la canción de León Gieco. Mi deseo es que este documental sirva como testimonio para seguir reclamando verdad, memoria y justicia.
–¿Cómo se sigue después del dolor que significó la desaparición de su hijo, para luchar y seguir con el reclamo de justicia por los derechos humanos de ayer y de hoy?
N.C.: –Yo he recogido las banderas de lucha de mis hijos. Marcelo, mi otro hijo, no fue militante social, pero tiene los mismos ideales que tuvo Gustavo, ideales que surgen de una vida familiar sencilla y de los deseos de tener el país que soñaron antes muchos miles de hombres y mujeres. Hoy seguimos esa lucha para que la Argentina tenga el estado de bienestar que tuvo en algún momento y que la gente pueda vivir feliz; para que no veamos chicos y familias enteras durmiendo en la calle, que tienen hambre y viven situaciones de necesidad extremas. Es el amor a mis hijos y mi familia lo que pudo sostener mi lucha, durante años, de la mañana a la noche. Es el amor que ellos dejaron, como hicieron Darío (Santillán) y Maxi (Kosteki), que eran dos jóvenes que levantaron también esas mismas banderas.

Para completar el recuerdo

Nora Cortiñas es una referente indiscutible de la batalla por Memoria, Verdad y Justicia, y el recuerdo de su hijo Gustavo y los 30.000 hombres y mujeres desaparecidos viven en ella: “Me parece importante recuperar la historia de cada mujer y varón desaparecidos, y para completar ese recuerdo hay que buscar quiénes son los responsables de esas desapariciones. Es necesario que se abran todos los archivos y no dejar impune ningún crimen del terrorismo de Estado. El mejor homenaje es que trabajemos todos para que la justicia sea completa, y no transicional. Tampoco puede hablarse de reconciliación, porque no hay nada que perdonar. Se tendrían que levantar nuestros hijos y nuestras hijas del fondo de los ríos y los mares donde fueron arrojados, y de las tumbas NN, que están por todos lados, y ser ellos y ellas los que den el perdón. Nosotras, las Madres, no podemos reconciliarnos con los genocidas, y por eso pedimos justicia y no venganza”.
Informe: Candela Gomes Diez.

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CINE › PROYECTARAN  FUEGO ETERNO, CORTOMETRAJE SOBRE RAYMUNDO GLEYZER
La memoria desde el exilio

La película de Cynthia Sabat muestra el regreso a Buenos Aires de Juana Sapire, viuda de Gleyzer, para testimoniar en el juicio por la desaparición de su compañero de vida y militancia. Luego de la proyección habrá un debate con el público.


Gleyzer con Diego. El hijo de Raymundo participó del film con un testimonio que sorprendió a muchos.

Por Oscar Ranzani
La periodista y productora televisiva Cynthia Sabat está en pleno proceso de escritura del libro Compañero Raymundo, sobre la vida, militancia y obra del cineasta desaparecido Raymundo Gleyzer. No está sola en el proyecto: es un texto que se está escribiendo a cuatro manos. Las otras dos son de Juana Sapire, la viuda de Gleyzer, quien también fue sonidista durante los años que duró esa experiencia de cine político que Gleyzer fundó y bautizó como Cine de la Base. El libro se publicará en 2014. Para darle forma al trabajo, Sabat viajó a Nueva York, donde Sapire se exilió y vive actualmente junto a Diego, el hijo que tuvieron con Gleyzer. En ese viaje, Sabat pudo conocer más profundamente a Juana y Diego y filmó diversos momentos que pudieran servir de apuntes audiovisuales para recordarlos a la hora de escribir. Pero cuando regresó a Buenos Aires se sentó a observar las imágenes y encontró “que había una película, y que podía transmitir mi experiencia de viajar allá, llegar en ese momento tan fundamental para la vida de la familia Gleyzer y conocerla tan de cerca”, explica Sabat en diálogo con Página/12. Así surgió Fuego eterno, un cortometraje de media hora que Sabat presentará hoy a las 19 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), luego de la proyección de Me matan si no trabajo y si trabajo me matan, una de las obras fundamentales de Gleyzer. Todo terminará en un debate con el público.
Fuego eterno muestra el regreso de Sapire a Buenos Aires –ciudad que tuvo que dejar en 1976– para testimoniar en el juicio por la de-saparición de su compañero de vida, militancia y proyectos. El film arranca en Nueva York, donde también se encuentra Diego, quien brinda diversas opiniones sobre su particular modo de ver la vida. Sapire y Sabat llegan a Buenos Aires y, entonces, puede verse la imagen de la viuda de Gleyzer en la Radio de las Madres de Plaza de Mayo hablando un día antes de su testimonio en el juicio. Y anticipando lo que va a leer en el recinto judicial: un texto escrito por Diego, dedicado a la memoria de su padre. Fuego eterno es una película que refleja justamente la memoria de Raymundo Gleyzer, pero desde la intimidad de su círculo familiar.
–¿Esto fue una manera de mostrar las secuelas del terrorismo de Estado en la cotidianidad de una familia?
–Claro, eso es lo que surge naturalmente al conocer a la familia. Es, de alguna manera, mostrar también una familia en representación de todas las familias. Algo fundamental que me pasó fue que en la convivencia del día a día era insoslayable el tema. Surgía en la mesa cuando estábamos comiendo, surgía de algo totalmente trivial: encontrar un libro, ir por la calle y ver algo. Siempre surgía la memoria de Raymundo y del exilio.
–En relación con eso, el film muestra también cómo vive hoy la familia de un desaparecido en otro país. ¿Cómo buscó reflejar ese exilio, un hecho que marcó a toda la familia Gleyzer?
–Cuando uno habla de exilio, piensa que se va a tratar de una película de época, de los que volvieron con la democracia o con la historia del que regresa. Sin embargo, Juana y Diego no volvieron. Ellos intentaron volver después de la recuperación de la democracia, con toda la intención de vivir acá porque Juana quería que su hijo conociera a toda su familia, pero tuvieron muchos problemas para adaptarse. Dicen que en ese momento no los miraban a los ojos, que no se hablaba de los desaparecidos. Incluso que los culpaban y también había sentimientos de culpa de quienes no habían vivido eso porque, de alguna manera, habían callado. Tuvieron la mala suerte de que coincidió ese momento con el tema de la revuelta carapintada. Entonces, Juana comentó un episodio en el que Diego estaba en la casa, prendió la tele, vio los tanques y le preguntó: “¿Qué es esto mamá? ¿A dónde volvimos?”. Yo hablé mucho con Diego sobre esa transición democrática. La experiencia de él fue la de ver una democracia en pañales.
–Juana y Diego tienen posturas diferentes en cuanto al perdón. La de Diego no es la típica opinión de un hijo de un desaparecido, ya que él está a favor del perdón a los genocidas. ¿A qué lo atribuye?
–Diego y Juana son muy diferentes. Juana es una persona muy terrenal, muy pragmática. Y tiene su pensamiento, además de que ella misma recorrió ese terror, fue perseguida, tuvo que salvar a su hijo de la persecución. Lo salvó yéndose a Perú y después a Estados Unidos. Perdió todo lo que tenía, tuvo que dejarlo todo. Ella siempre dijo que quería que murieran en la cárcel como ratas y ése fue siempre su pensamiento. Diego, de alguna manera, creció con algunas influencias pasajeras que lo llevaron a tener una vida más espiritual. El habla desde una postura muy espiritual donde se combinan las vidas pasadas con la marihuana como forma de abrir el pensamiento y el alma a otros mundos y otras dimensiones. Cuando habló de eso, lo puse en la película porque me pareció que es parte de su filosofía de vida, que le permitió pensar que el perdón es posible.
–¿Cómo evalúa la obra de Gleyzer en la actualidad? ¿Qué cree que perdura?
–Perdura con una luz inédita. Pocas obras como la de Raymundo Gleyzer tienen vigencia hoy. Cuando una persona, ya sea un adolescente o un señor mayor, se sienta a ver una película de Gleyzer, se queda totalmente conmovido y pensando: “Esta película se podría haber filmado ayer”. Hubo algunos cambios, pero la injusticia, el sometimiento, etcétera, siguen vigentes en nuestra sociedad. Y otra cosa es que él filmó desde un lugar muy visceral, tomando la antorcha y haciéndose cargo de su visión política en cada fotograma. Mi crítica sería que hay muchos directores que no hacen eso, que no logran hacerse cargo de su visión política en cada fotograma.
–¿Por eso trascendieron tanto sus películas?
–Claro. Y también fueron su condena. También lo condenaron por eso. Si uno ve hoy Los traidores y es una película que escandaliza, ¿cómo puede imaginar la potencia de eso en 1974? Está atravesada por el humor, por la sátira, pero ahora uno dice: “¿Cómo alguien pudo haber hecho una película tan brillante sobre la burocracia sindical?”. Sin embargo, eso se hizo en el año ’74. Cómo habrá hecho temblar los cimientos de muchos con eso, ¿no?.

Fuente: Pagian 12



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La agencia de noticias de DH se edita desde 2007, y a partir de ahora con la nueva designacion por Memoria, Verdad y Justicia


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