miércoles, 31 de julio de 2013


                                                          MARIA ELENA GOMEZ
Testigo 96: Declara Yamila Argañaraz

Comienza agradeciendo la situación de justicia que representa el juicio: "Tengo mucho para hablar, no se si son cosas importantes, pero no quiero dejar de agradecer la posibilidad de estar acá, es un dia histórico para mí y mi familia, que estén en el banquillo de los acusados los asesinos de mi madre. Agradecer a los organismos de Derechos Humanos por la lucha por la búsqueda de justicia y la lucha y gracias a la decisión política de un presidente que permitió que esto sea posible".
Un testimonio que deja registro de los efectos de la desaparición en una familia que fue desvastada por la dictadura. Yamila tenía 8 años cuando secuestraron a su mamá, una tarde de junio de 1976.
"Para entonces la familia estaba destruida, muertos, desaparecidos, presos y un bebé, el hijo de mi tía Mechi, que mi abuela Otilia buscó hasta la muerte. Qudamos mis primitos Martin y Ramiro, de 2 y 3 años; y mi hermano Ernesto y yo, de 10 y 8. Ese era el panorama en el año 1978"


11:06 El secuestro

Yamila tenía 10 años cuando secuestraron a su mamá. Era el 1 de junio de 1976, y les había dicho que si se demoraba en buscarlos de la escuela la esperaran en la casa de la abuela, que vivía al frete de su casa. "Mi madre era una artista, era muy detallista, nos había puesto de punta en blanco para ir a la escuela ese día.
Según lo que la familia pudo reconstruir mas adelante, salió de la casa en dirección a Barrio Alta Córdoba donde debían retirar un mueble o algo así. La secuestró una patota de policías o militares, ella se encontraba junto a un compañero en una casa donde participaba de reuniones de militancia.


11:08 Elena y "el Chechi"

Yamila trajo a la audiencia una foto de su mamá: hermosa, de cabello oscuro enmarcando un rostro que parece pintado por un artista. "Mi madre era ya grande, una mujer de 37 años, que llamaba la atención por su belleza". Muestra la foto al Tribunal. Ella espera que los imputados la reconozcan, le digan algo de lo que pasó con ella, y que así, pueda dejarde estar tan desaparecida, "aunque sea un poco"
"A partir dela muerte de mi padre, para reivindicar su lucha, mi madre abraza la mlitancia en la parte de prensa del PRT, haciendo volantes" cuenta Yamila, y agrega que su padre, Cesar Justino Argañaraz, fue asesinado en una acción del Ejercito Revolucionario del Pueblo en Villa María, en 1974.
Ambos eran militantes de izquierda.

11:11 Embarazada

Una de las testigos afirma que Maria Elena Gomez estaba embarazada, de un embarazo incipiente. "En principio creíamos que era una confusión, creíamos que estaba confundiéndola con mi tía Mechi, desaparecida en Mar del Plata, de quien sí sabíamos estaba embarazada, en estado avanzado. Pero al mostrarle fotos, al reconstruir su pas por La Perla, no quedan dudas que era ella", afirma con firmeza Yamila.
Elena llegó muy malherida, y contó que hacía poco habían matado a su marido en Villa María. Por ello "en su estado anímico estaba muy lastimada".


11:20 Hija de desaparecidos

"No se si se puede explicar lo que significa vivir toda la vida con la mamá desaparecida, que no es la mamá muerta. La vamos a buscar siempre, eso se transforma en un modo de vida. No sólo fue victima mi mama que murio torturada y tirada en algun lado. Nosotros somos víctimas permanentes hasta que aparezca"
Ante la pregunta de la Dra Lyllan Luque, de la querella de H.I.J.O.S. y Familiares, sobre cómo fue posible reconstuir su vida, a Yamila le atraviesa la mirada un destello de memorias que mezclan sensaciones. Seguramente se ve a la distancia entre primos, con su abuela, con los tíos que quedaron. Recuerda las ausencias pero también la fortaleza de una familia que siguió adelante a pesar del dolor.
"Fue muy difícil para nosotros. Mi hermano no pudo ni siquiera venir hoy, pero cada uno lo canalizó como pudo. Yo me hice contructora de casas, creo que fue por mi convicción de que tenemos que construir la verdad siempre. Mi hermano se hizo médico, para sanar las heridas que nos dejó tanto dolor. Mis primos se hicieron abogados, entre otras cosas para meter presos a los responsables.
El dolor está, pero vamos recuperando cosas. Con la justicia estamos recuperando la confianza en nuestro país. El orgullo de saber que nuestros padres tenían razón, luchaban por una causa justa. Y levantamos las banderas de todos los miembros de mi familia que encabezaron esta lucha. Especialmente mi abuela."


No hay comentarios:

Publicar un comentario