jueves, 31 de marzo de 2016

Investigan al intendente Llaya por delitos de lesa humanidad



                                                                  Silvia Sáez de Vuistaz
El intendente de Embarcación, Alfredo Llaya (PJ), está siendo investigado por su presunta participación en actos criminales cometidos en el marco del terrorismo estatal. Aunque el jefe comunal fue indagado solo en relación al secuestro y desaparición de la docente y militante peronista Silvia Sáez de Vuistaz, varios testigos que han declarado en distintas causas, sostienen que colaboró más ampliamente con la represión aportando vehículos.
La causa contra Llaya está radicada en el Juzgado Federal N° 2, a cargo del juez Miguel Medina, e interviene el fiscal federal Eduardo Villalba. El proceso se inició en 2011 con copias de un expediente, ahora en juicio oral y público, en el que se investigan varias desapariciones en zona del departamento Orán.
La causa contra el intendente de Embarcación está caratulada “Arévalo, José Arturo y otro sobre privación ilegal de la agravada, artículo 142 inciso 5, víctima: Sáez de Vuistaz, Silvia Ruth”. Arévalo es un oficial retirado del Ejército que en la actualidad reside en la ciudad de Tartagal; el marido de Silvia Sáez, Carlos Vuistaz, lo reconoció como integrante del grupo de tareas que la secuestró de su casa, el 2 de septiembre de 1976, y el testigo ex detenido político Miguel Ferreyra (fallecido el año pasado) también refirió que allanó la casa de su madre varias veces.
Aunque en tribunales existe cierto hermetismo sobre este proceso, Nuevo Diario pudo establecer que ambos acusados ya fueron indagados y la causa se encuentra en condiciones de que se resuelva su situación procesal. En el caso de Llaya se supo que fue indagado “recientemente” y que su presentación dio lugar a la realización de nuevas medidas de prueba.
En el noveno juicio por delitos de lesa humanidad que se está llevando a cabo ante el Tribunal Oral Federal de Salta algunos testigos vienen aportando pistas sobre la participación civil en los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad y del Ejército. Uno de los mencionados ha sido Salvador Muñoz, el primer interventor tras el golpe del 24 de marzo de 1976. Muñoz, fallecido hace un año, era un conocido finquero, sobre el que existen versiones acerca de que prestaba vehículos y una finca en Colonia Santa Rosa a los fines de la represión en el norte.
En cuanto a Llaya, cuñado de Muñoz, el testigo Ferreyra afirmó que su madre, Noemí Ferreyra, que era vecina del actual intendente, le contó que el día del secuestro de Sáez de Vuistaz “vio actividad y movimiento en el domicilio de la familia Llaya y que se encontraban presentes (el alférez Mario) Patané y Muñoz”. Ferreyra dijo que su madre no quiso declarar esto porque sentía temor, dado que “Muñoz es un poderoso empresario”.
 
Mención de honor
 
Ya en el Juicio por la Verdad el ex detenido político Víctor Hugo Elías (citado para el próximo lunes) había afirmado que Muñoz estaba involucrado en el secuestro de Sáez de Vuistaz. Consultado por Nuevo Diario, recordó que denunció estas sospechas “hace como diez años”, pero que nunca supo que el ex interventor fuera citado a declarar.
Y sobre Llaya, que es comerciante, aseguró que “los vehículos (en los que fue secuestrada la docente) y la gente que los utilizaba, fueron vistos antes de los mencionados secuestros (de Sáez de Vuistaz y de un matrimonio) estacionados en calle 9 de Julio Nº 627, donde vivía y vive Alfredo Miguel Llaya”. Y añadió que varios compañeros de militancia detenidos en Embarcación, le contaron que fueron trasladados hasta Gendarmería “en vehículos de propiedad de Llaya”, más concretamente un camión amarillo Mercedes Benz 608.
“La gente me cuenta que Llaya prestaba vehículos a Gendarmería y al Ejército, una camioneta Ford y un camión Mercedes Benz, que estaban al servicio de Gendarmería para detener a los compañeros”, sostuvo Elías, quien aseguró que “varios compañeros” fueron trasladados “en vehículos de Llaya”, entre ellos el ex diputado provincial Feliciano González.
Elías estaba detenido cuando fue el secuestro de Sáez de Vuistaz, sin embargo, aportó nombres de testigos, entre ellos el de Miguel Ferreyra. También pidió que se cite a dar testimonio a Oscar Andrés Salazar, quien le contó que había visto una mención de honor otorgada a Llaya por el Ejército Argentino con la firma Domingo Bussi, que el intendente exhibía debajo del vidrio de su escritorio y decía que le había sido entregada por “la inestimable colaboración en la lucha contra la subversión”.

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