jueves, 1 de abril de 2010

CASO LA JEFATURA

Caso La Jefatura: "yo le pregunto a Bussi, ¿porqué tanta crueldad a seres indefensos?"
El testimonio de Carlos Soldati fue sólido y conmovedor. Estuvo detenido en la ex jefatura de policías durante diez días en 1976. Tiene una hermana y uno hermano desaparecido. “La justicia debe reestablecer un equilibrio ante el horror de una total desmesura”, expresó. Su relato hizo que Menéndez y Cattaneo traten de justificar lo injustificable.


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El juicio continúa el martes.
Jornada accidentada la del miércoles en el juicio La Jefatura donde se trata de esclarecer la desaparición de 22 personas que pasaron por ese centro clandestino de detención. El inicio se retrasó una hora debido a problemas técnicos. Esto debido a que el imputado Cattaneo, segundo de Bussi, en el 76, en la cadena de mandos, siguió junto con su defensor la audiencia desde su residencia en Yerba Buena, pero la mala calidad del audio e imagen causaron inconvenientes durante toda la jornada.
Carlos Soldati, testigo que permaneció detenido diez días en la Jefatura de Policías y tiene una hermana y un hermano desaparecido fue el primero en tomar la palabra. Su discurso tuvo solidez y pasión lo cual causó conmoción en el público, que esta vez no era masivo, debido a que Bussi fue suspendido de la causa. Menéndez y Cattaneo también se sintieron tocados.
El testigo contó que lo secuestraron personas con la cara cubierta en septiembre de 1976 cerca de Simoca, “solo uno estaba con la cara descubierta y llevaba una pistola”. En aquél entonces tenía 25 años. Durante su cautiverio dijo que había algunos guardias que no lo trataban mal. Sin embargo sufrió torturas y humillaciones. Pero sin duda lo más impactante fue su “necesidad absoluta de relatar los hechos”, como expresó.
De esta manera respondió a una pregunta, que según considera, se generó en algún sector de la sociedad: “¿porqué los militares y policías deben comparecer ante la justicia? Deben hacerlo no porque se batieron a duelo, no porque hubo una guerra, sino porque cuando gobernó Bussi secuestraron tucumanos y miles que pasaron por centros clandestinos desaparecieron en la oscuridad de la noche los fusilaron”.
A medida que el relato tomaba cuerpo, algún lagrimón se piantó entre los periodistas, entre el público.
En otra parte de su testimonio, consternado dijo que “ni siquiera devolvieron los cuerpos. Nadie merecía desaparecer. Cómo puede ser que mis dos hermanos estén desaparecidos”.
“La justicia debe reestablecer un equilibrio ante el horror de una total desmesura”
Comentó Soldati y citando a Tennesse Williams expresó que “el pecado imperdonable es la crueldad deliberada”.
Antes de retirarse, aunque Bussi está apartado del proceso, le preguntó ¿porqué tanta crueldad con seres indefensos? Y también le pidió a los militares que están atravesando sus últimos años de vida que digan la verdad porque “estamos abrumados de tanta tragedia” por eso “necesitamos la justicia como el aire”.
Menéndez y Cattaneo se sintieron tocados
El comandante del tercer cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez quiso explicar lo de siempre, que había que defender las costumbres occidentales y cristianas porque los subversivos asaltaron a la patria con sus ideas. Algo similar dijo Cattaneo. En ambos casos, trataron de justificarse, sin ningún éxito.
La jornada terminó con la declaración de Alejandro Sangenis. El juicio pasó a cuarto intermedio hasta el martes a las 10, debido a que descompuso Cerasuolo uno de los tres testigos que faltó que declaren.

Sangenis aclaró que no fue médico durante la dictadura
El ex legislador Alejandro Sangenis declaró el miércoles, en el caso La Jefatura y dijo que solo realizó prácticas y se desempeñó como enfermero en ese centro clandestino pero dejó de trabajar en 1977. También explicó de qué se trató el informe de la Bicameral, Comisión que presidió durante los '80.

Fue el segundo y último testigo, Alejandro Sangenis quien declaró el miércoles en el caso La Jefatura donde se trata de esclarecer la desaparición de 22 personas. Y tiene como imputados a Menéndez, los hermanos De Cándido y el “tuerto” Albornoz.
El testigo negó haber conocido a Bussi. En este sentido explicó que cuando se realizó el informe de la bicameral, que fue por pedido del entonces gobernador Fernando Riera, se invitó a los militares a que cuenten su experiencia durante el proceso. Entonces Bussi pidió hablar con Sangenis, según relató, pero al momento de hacerlo, se dio cuenta de que había sido un mal entendido. El genocida lo había confundido con un pediatra que se llamaba igual pero trabajaba en Concepción.
El ex legislador explicó que la bicameral se creó para recuperar la confianza de la gente, la idea era que cada uno de los legisladores cuenten los calvarios vividos durante la dictadura. A su vez opinó que lo que se busca con estos juicios es paz pero para ello hace falta justicia, para eso se necesita la verdad.
También aclaró que no fue médico en el proceso y nunca formó parte del escalafón profesional, pero si cumplió funciones como enfermero en la Jefatura de Policías, donde González Nayar era un habitual transeúnte, aseveró. “Renuncié en el 76 y me dieron de baja en el 77”, dijo.
El juicio pasó a cuarto intermedio hasta el martes porque se descompuso el testigo Cerasuolo que prestará declaración desde su casa. Está previsto que declaren ese día Chamatropulos, Demetrio Ángel; Mena, Carlos María; Fote, Juan Antonio; Ortíz, Luis Salvador; Neme, Augusto Leonardo.
Fuente: http://www.tucumanhoy.com.ar/

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