jueves, 8 de abril de 2010

CASO MELITÓN BUSTOS

La defensa de Arias pidió la pena mínima para el militar

El juicio continuará el próximo lunes. Siguen las demoras. A casi cinco meses, el tribunal no puede emitir dictamen.



Jueves 08 de Abril de 2010 Salta Rubén Arenas El Tribuno


Federico Petrina, el defensor oficial de uno de los acusados por el secuestro y desaparición del escribano Melitón Bustos, optó por no utilizar el recurso de la confrontación directa para refutar a la querella y a la fiscalía que pidieron que los coroneles Carlos Alberto Arias y Luis Angel Gastón Zírpolo sean condenados a prisión perpetua. Lo que hizo fue echar mano a los libros para tratar de convencer al tribunal de que, desde el punto de vista jurídico, no hay elementos para que su defendido (Arias) sea condenado. Sin embargo, al final de su alegato el funcionario solicitó a los camaristas que, en caso de que resuelvan alguna condena, al militar le apliquen la más leve; es decir, la de "privación ilegítima de la libertad", y por el tiempo que lleva detenido (desde 2006) consideró que debe disponerse su excarcelación. Petrina no atacó los argumentos de los querellantes Leiva y Kiriaco y del fiscal Villalba, que pidieron la pena máxima para Arias y Zírpolo, sino que cuestionó el procesamiento dispuesto por el juez de Instrucción. "Le dieron importancia hasta a un panfleto, con el agravante de que éste carecía de toda lógica", apuntó. El defensor bajó los decibles hasta con el propio Raúl Bustos, al que calificó como "testigo víctima", luego de haber presenciado el secuestro de su padre en la madrugada del 2 de febrero de 1978 cuando apenas tenía 16 años. "Yo no digo que Raúl Bustos miente, yo digo que está equivocado", aclaró el funcionario, refiriéndose a la imputación de que en todo momento el testigo le hizo a Arias en el sentido de que el militar fue uno de los secuestradores del padre. "A lo largo de todo este proceso a Raúl se lo ha victimizado. Todos somos conscientes de lo mucho que ha sufrido y una prueba de esto es que no pudo continuar con sus estudios. Todos sus testimonios fueron de una innegable emoción", reconoció Petrina, con la mirada clavada en Raúl y su hermana Sonia, sentados en la primera fila de la sala del recinto.Lo que el defensor contrarrestó fue el testimonio del testigo Juan Domingo Javier, quien aseguró que vio cuando secuestraban al escribano de su casa en la calle San Martín 39 de la ciudad de Tartagal, y reconoció a Arias como uno de los autores. Lo propio hizo con Leoncio Rioja, quien fue el que entregó el radiograma que confirma que Bustos fue detenido por el Ejército y entregado al Destacamento de Inteligencia 143, con asiento en Salta. "Estos testigos demostraron tener una memoria envidiable; no aparecieron en la instrucción y lo hicieron 32 años después, contando una historia increíble", fustigó Petrina. También pidió la nulidad del testimonio del docente Héctor Cabot por considerar que éste, ante una pregunta del presidente del tribunal, Roberto Frías, pidió que los dos imputados sean condenados. "El que es mentiroso en parte, es mentiroso en todo", ironizó el patrocinante de Arias, refiriéndose a Rioja y a Javier. Con estos argumentos, y otros de neto corte jurídico, pidió la absolución de Arias. Al mismo tiempo planteó que en caso de que el tribunal se pronuncie por una condena, al coronel se le aplique solamente la de "privación ilegítima de la libertad", con lo cual lograría su excarcelación atento al tiempo que lleva detenido. "No estoy reconociendo que Arias haya sido el secuestrador de Bustos, lo que pedí es que si los jueces deciden una condena, a mi defendido se le aplique la más leve", aclaró Petrina tras su alegato.Conste en actasEl defensor Petrina sorprendió a propios y extraños con su alegato y con el gesto que tuvo al término de su alocución. Se acercó hasta el sitio donde estaban los hermanos Bustos y les estrechó la mano. Antes de iniciarse el debate, al otro defensor, Pablo Tobío, se lo vio conversando con Sonia Bustos."Yo, como abogada, entiendo que éste es su trabajo", le dijo la hija de Melitón.Para los querellantes David Leiva y Tania Kiriaco, el pedido de Petrina para que al coronel Arias se le aplique subsidiariamente la pena más leve tuvo su explicación. "Nosotros creemos que con esto, indirectamente, están reconociendo que el imputado fue el secuestrador del escribano Melitón Bustos, tal como lo afirmó una y otra vez su hijo Raúl", subrayaron.Los familiares de los desaparecidos que siguen de cerca el desarrollo del juicio no ocultaron su malestar por la excesiva demora de este proceso que empezó hace casi 5 meses. "Esto ya es una vergüenza", expresó una mujer. "Yo creo que nos quieren ganar por cansancio; no hay otra explicación", disparó el abogado Leiva, quien debe viajar todas las semanas desde Orán.Otra demoraPara ayer estaba previsto el alegato del abogado Pablo Tobío, defensor de Zírpolo, pero esto no se pudo concretar debido a que la audiencia empezó demasiado tarde. Estas demoras se sucedieron a lo largo de todo el juicio que se inició el 25 de noviembre del año pasado. La convocatoria es para las 9, pero ayer el tribunal abrió el debate pasadas las 12.30 y cuando el defensor Petrina terminó de alegar ya eran cerca de las 14, por lo que ya no hubo tiempo para que hiciera lo propio su colega Tobío.
Fuente: El Tribuno
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Bustos: para la defensa, ya no se pueden juzgar los crímenes de la dictadura
El defensor de Carlos Arias -acusado por el secuestro y desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos en febrero de 1978- señaló que el proceso llevado contra su defendido violó el principio de "prescripción de la acción penal" consagrado en la Constitución Nacional.
Los acusados y su abogado defensor.
Federico Petrina también argumentó que el "Estatuto de Roma" -al que adhirió la Argentina en 2001- prohibió "la pena retroactiva", que se aplicaría en ese caso a su defendido.
Petrina de ese modo siguió ayer en su alegato los mismos argumentos que había utilizado Arias durante su indagatoria la semana pasada.El defensor atacó, sin nombrarlo la posición del fiscal Eduardo Villalba que había sostenido el martes pasado que el Estado argentino se había comprometido ante la comunidad jurídica internacional a juzgar los crímenes de lesa humanidad y que, si no se lo hacía, se habilitaba a cualquier juez del mundo a hacerlo. Villalba también había remarcado que la eliminación física de los opositores por razones ideológicas -tal como sucedió con Bustos- es un crimen de lesa humanidad que es imprescriptible.
En su alegato, en cambio, Petrina aludió a lo que el propio Arias había dicho en su defensa: que no se lo podía juzgar por un crimen de lesa humanidad, porque en el año en que se cometió, esa figura no existía en la Argentina.Esa fue la última argumentación que utilizó el defensor, en un alegato en el que cuestionó todo el proceso que terminó en el juicio de Arias y de Luis Ángel Zírpolo, el entonces jefe del Regimiento acusado como "autor mediato". Además de lamentar que no se hubieran profundizado otras líneas de investigación, Petrina encontró contradicciones en el dictamen que procesó a Arias. Y se quejó del maltrato dado a los testigos de la defensa "sólo por el hecho de que eran militares".
Claro que Petrina sostuvo que su defendido, de todos modos, "no tuvo absolutamente nada que ver" en el secuestro de Bustos, y pidió su absolución.Sin embargo, dedicó gran parte de su alegato para argumentar que si Arias hubiera participado en el secuestro, no hubiera podido saber que el detenido iba a ser asesinado.Como argumento, usó la "nota objeto" por la que el general Felipe Domínguez comunicó a la V Brigada. de Tucumán que Bustos había sido detenido el 2 de febrero de 1978 y puesto a disposición del Destacamento de Inteligencia 146. Si así fue, Arias no hubiera podido tener la menor idea de que Bustos iba a ser asesinado, señaló Petrina.
El propio defensor había calificado la "nota objeto" sólo como una fotocopia.Petrina también puso en duda el asesinato de Bustos tomándose de una declaración del propio hijo de la víctima, Raúl Federico, quien refirió durante la instrucción y en el juicio que el entonces ministro del Interior, Julio Mera Figueroa, le aseguró en los 90 que había podido ver a Bustos en un centro de detención en el sur del país.De ese modo, pidió al Tribunal que si llega a considerar culpable a Bustos del delito de privación ilegítima de la libertad, le aplique la pena menos severa, de dos a seis años de prisión, y que la considere ya cumplido por los años en que Arias está detenido desde su procesamiento en 2006.
Bustos fue secuestrado en la madrugada del 2 de febrero de 1978 en su domicilio de Tartagal. Su hijo Raúl Federico, quien abrió la puerta a los captores, reconoció durante la instrucción a Carlos Arias como el primero que entró y lo redujo, antes de llevarse a su padre en calzoncillos, una característica propia de los secuestros que se hacía con el fin del asesinato, según la querella y el fiscal.El secuestro se produjo cuando Luis Ángel Zírpolo estaba a cargo del Regimiento de Infantería de Monte. El próximo lunes alegará el defensor de Zírpolo, Pablo Tobío. El miércoles, se calcula en el ámbito judicial, podría conocerse la sentencia. Aunque debido al lento ritmo de las audiencias que le impuso el Tribunal, nadie se atreve a asegurar que el juicio concluya la semana que viene.
Fuente: Nuevo Diario de Salta

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