miércoles, 7 de abril de 2010

causa MELITÓN BUSTOS

Fuente: Pagina 12

El paísMiércoles, 7 de abril de 2010
Pedidos de perpetua para coroneles
El caso Melitón Bustos
El fiscal federal Eduardo Villalba pidió ayer la pena de prisión perpetua para los coroneles retirados Carlos Alberto Arias y Luis Angel Gaspar Gastón Zírpolo, imputados por el secuestro y la desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos, ocurrida en la madrugada del 2 de febrero de 1978 en Tartagal. La misma condena habían solicitado los abogados de la familia de la víctima, quienes reclamaron que cumplan su pena en una cárcel común. El primer juicio por crímenes de lesa humanidad de Salta continuará hoy con la palabra de los defensores de los militares.Melitón Bustos fue secuestrado por un grupo comando en su casa de Tartagal, en el norte salteño, frente a su hijo, que entonces tenía dieciséis años. Raúl Federico Bustos reconoció entre los captores a Arias, ahora imputado como autor material del secuestro. Un segundo testigo, Juan Javier, relató que vio a poco más de treinta metros cuando dos hombres llevaban por la fuerza a un tercero y dijo haber identificado a Arias y al escribano Bustos, sujeto de los hombros, a quienes conocía con anterioridad. Javier declaró que cargaron a Bustos en un Opel color amarillo o naranja. El dato coincide con uno de los autos que utilizaban los grupos de tareas del Regimiento de Infantería de Monte 28 de Tartagal, principal guarnición militar de la región, comandada entonces por Zírpolo, imputado como autor mediato de los delitos.Los abogados de Sonia y Raúl Bustos, hijos de la víctima, alegaron el lunes. “Lo hicieron desaparecer por sus ideales”, afirmó Tania Kiriaco, quien hizo una semblanza del escribano. David Leiva describió las pruebas y destacó que Zírpolo, como jefe interino del Regimiento 28, dio su apoyo logístico para que se consumara el secuestro del profesional. Citó como testigo al ex jefe de la unidad militar, Roberto Felipe Domínguez, quien declaró que al asumir el cargo, trece días después del secuestro, Zírpolo le informó que Bustos había sido “detenido” y entregado al Destacamento de Inteligencia 143 del Ejército, con sede en Salta. Los letrados acusan a los militares por violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, secuestro y vejámenes, en concurso real con homicidio.El alegato del fiscal Villalba conmovió a la sala, repleta de familiares de Bustos y de dirigentes de organismos de derechos humanos. El representante del Ministerio Público recordó el testimonio del hijo de la víctima, quien relató que “no había nadie que me ayude”. “No había nadie porque en realidad nadie lo podía ayudar. Durante treinta años no hubo nadie”, destacó, en referencia a la impunidad que imperó durante décadas. Villalba expresó “la certeza de la responsabilidad de los imputados”, reclamó cadena perpetua y motivó los aplausos de la sala de tribunales, donde se desarrolla el juicio desde fines de noviembre.Luego comenzó a alegar el defensor oficial de Arias, Federico Petrina. Calificó a su defendido como “chivo expiatorio” y sugirió que “estamos creyendo que en la persona de Arias está un Videla, un prototipo del genocida”. Luego barajó dos hipótesis sobre posibles secuestradores: oficiales de Gendarmería o miembros del Destacamento 143. Hoy Petrina concluirá su alegato. Luego será el turno de Pablo Tobío, defensor de Zírpolo.

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Para el representante del Ministerio Público, Melitón Bustos fue víctima de un crimen de lesa humanidad
El fiscal también pidió prisión perpetua para los coroneles

El alegato del funcionario emocionó hasta las lágrimas a los familiares y amigos del escribano desaparecido.
Miércoles 07 de Abril de 2010 Salta Rubén Arenas, El Tribuno


“Nos sentimos reivindicados. Esto es lo que quería escuchar. Me siento orgulloso del padre que tuve”, expresó, emocionada, la abogada Sonia Bustos, la hija menor del desaparecido escribano Melitón Bustos, luego de escuchar el categórico alegato del fiscal Eduardo Villalba, quien, al igual que la querella, pidió que los coroneles (r) Carlos Alberto Arias y Luis Angel Gastón Zírpolo sean condenados a prisión perpetua.
Con la firme convicción de no tener duda acerca de quiénes son los principales autores del secuestro y desaparición del profesional, el representante del Ministerio Público rompió de entrada con el tradicional esquema de los alegatos. “Excelentísimo tribunal tengo probada la responsabilidad de los imputados Arias y Zírpolo en este hecho, el que fue ejecutado dentro del plan estratégico del Gobierno militar para la eliminación de las personas”, disparó Villalba. Y remarcó que a lo largo de este proceso quedó demostrado que la desaparición de Bustos, ocurrida el 2 de febrero de 1978 en la ciudad de Tartagal, fue dispuesta por razones ideológicas. “Por eso lo cesantearon como docente, le negaron la matrícula de escribano, lo amenazaron y lo obligaron a exiliarse”, subrayó.
También ayer inició su defensa el representante legal de uno de los imputados en este proceso.ç
Villalba le dio un valor fundamental al testimonio de Raúl Bustos, quien presenció el secuestro de su padre y reconoció a Arias como uno de los autores. “No hay ningún motivo para pensar que un chico de 16 años acuse gratuitamente a una persona”, dijo. Recordó que en el careo Bustos hijo fue patético cuando le dijo al militar: “Fue usted... no puedo olvidar su rostro, señor”. Para el fiscal, esta frase sintetiza lo que ocurrió aquella madrugada cuando dos personas armadas irrumpieron en su casa y se llevaron a su padre en ropa interior. “La víctima nunca olvida a su captor”, graficó.
Respecto a Zírpolo, Villaba le atribuyó igual responsabilidad que el anterior, porque en su carácter de jefe interino del Regimiento Tartagal proveyó todos los elementos para que se consumara el hecho. Al mismo tiempo, consideró valioso el testimonio del ex jefe de esa unidad militar, Roberto F. Domínguez, quien declaró que fue Zírpolo quien le informó de lo sucedido con la víctima. “Aunque lo niegue, es imposible pensar que no sabía nada”, apuntó. Por lo expuesto, el fiscal pidió que los imputados sean condenados a prisión perpetua. A Zírpolo le adjudicó el rol de “autor mediato” y, subsidiariamente, el de partícipe necesario de homicidio. La misma calificación, pero como autor material, le atribuyó a Arias, “porque prestó una colaboración indispensable para lograr el resultado de muerte del escribano”.

“Son los hijos del dolor y del horror”

El fiscal Eduardo Villalba no solo reivindicó lo figura de Melitón Bustos como hombre público, sino la de su hijo Raúl, quien presenció el secuestro de su padre. “Para un chico de apenas 16 debe haber sido terrible ver cómo se llevaban encapuchado y a punta de pistola su padre”, expresó el funcionario. A su juicio el entonces adolescente “fue víctima de uno de los casos más atroces”. Subrayó que en medio del horror a Bustos hijo le quedó grabada para siempre el rostro del coronel Arias, por eso cuando lo vio casi treinta años después del suceso, inmediatamente lo reconoció. Al mismo tiempo el fiscal lanzó un mensaje para quienes proponen “dar vuelta la página” de esta triste historia que vivió el país. “Los Bustos son los titulares de los derechos humanos y estos son hijos del dolor y del horror”, sentenció.Villalba también ponderó el trabajo realizado por Heraldo Bustos, quien no escatimó esfuerzos en golpear todas las puertas para localizar a su hermano, con todos los riesgos que eso implicaba entre 1976 y 1982. “Lo suyo ha sido muy valioso y murió triste sin lograr su objetivo”, dijo. De igual manera valoró los testimonios de Héctor Cabot, Roberto Avellaneda, Mario Mimessi, Román Salim, Marcelo O’Connor, entre otros. Todos ellos coincidieron en que Bustos sufrió permanentes amenazas y que todas ellas provenían del Ejército. Además pidió que se inicien acciones legales por falso testimonio contra los militares Petricich, Roqué y Zotlotterer y del ex comisario Nicolás Villalba. En relación a este juicio, Villalba recordó al tribunal que “hay que empezar a cumplir con el compromiso asumido por nuestro país frente a la comunidad jurídica internacional de juzgar los delitos de lesa humanidad”
Fuente: El Tribuno
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Para el fiscal, hay "certeza absoluta" que Zírpolo y Arias son culpables
"Tengo certeza absoluta de que Carlos Arias fue partícipe necesario del secuestro de Aldo Melitón Bustos -el 2 de febrero de 1978 en Tartagal- con la finalidad de eliminarlo físicamente y de que Luis Ángel Zírpolo fue el autor mediato del crimen", concluyó ayer el fiscal Eduardo Villalba, antes de pedir para ambos la prisión perpetua.
Fiscal Eduardo Villalba.

En poco más de una hora Villalba alegó ayer ante el Tribunal que el escribano fue víctima de un plan sistemático de eliminación física de los opositores políticos que llevó adelante el gobierno de facto.
"Cesanteado en sus horas de clase, rechazada su titularidad en el registro notarial, exilado, amenazado, siempre por razones políticas, y finalmente secuestrado y desaparecido. Sufrió una persecución ideológica entre 1976 y 1977 que agentes del Estado nacional realizaban contra los que consideraban oponente políticos. Fue un crimen de lesa humanidad", señaló el funcionario.
Pero Villalba se preguntó porqué Bustos fue considerado un oponente, si hubo testigos que describieron su bondad y solidaridad. Y respondió que parte de la perversidad del plan era la absoluta discrecionalidad para decidir quien era enemigo.Enseguida, consideró que la dictadura militar de entonces consideraba opositor a toda persona que activa o potencialmente se opusiera a la toma del poder por parte de los militares o a su ejercicio. "Bustos eran simpatizantes del MID y los integrantes del MID estaban sindicadas como opositores potenciales.".Luego, describió la metodología de las "desapariciones", descrita por la misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitó la Argentina en 1979 y más tarde por la misma Conadep. "En el 62 por ciento de los casos los secuestros se produjeron en las viviendas de los desaparecidos y en horas de la madrugada. Es decir, quienes secuestraron a Bustos lo hicieron con el manual en la mano".De allí, Villalba focalizó en el secuestro y desaparición de Bustos. "No puede haber sucedido de otra manera. Probada la metodología, probado los autores", dijo refiriéndose a los entonces teniente Arias, oficial del Regimiento de Infantería de Monte y el mayor Zírpolo, que estaba a cargo de la unidad.
En su alegato, el fiscal resaltó la calidad del testimonio de Raúl Federico Bustos, hijo del escribano, quien abrió la puerta a los captores y reconoció, un día después, a Arias como el que lo encañonó y lo puso contra la pared, antes de llevarse a su padre.Villalba enfatizó que no puede decirse que Raúl Federico acusó a Arias por revancha. "Si hubiera querido tomarse revancha habría sindicado a Arnaldo Bruno, a quien su padre le había señalado alguna vez como responsable de las amenazas que sufría. O hubiera el nombre de otros dos. Pero sólo dio el nombre de Arias, porque sólo vio a Arias", insistió."Está probado que las víctimas nunca olvidan la cara de sus captores. En cambio los captores sí olvidan las de sus víctimas, que siempre son una más en un asqueroso día de trabajo", añadió después.
El alegato de Villalba buscó además responder porqué los familiares de la víctima no dieron el nombre de Arias desde el primer momento, una pregunta que lanzaron desde el primer momento los defensores de los acusados. Y citando a Graciela Fernández Meijide, aseveró que muchas familias ni siquiera hacían las denuncias por temor a que se la sindique como comunista. "¿A quién podía recurrir si eran agentes del Estado los responsables? Por eso estos delitos son imprescriptibles".Sin embargo, resaltó la denuncia en la policía producida por Eva Ruth Carrillo, la compañera de Bustos, y del propio Raúl Federico. Y el posterior habeas corpus en la que la madre Raúl Federico dijo que su hijo estaba en condición de reconocer a sus secuestradores.
Villalba dedicó después algunos minutos contra Zírpolo. "El hecho se produjo cuando era el jefe del Regimiento y en una organización vertical como el Ejército un operativo de esta envergadura -según reconocieron incluso testigos militares- no podía hacerse sin su consentimiento".Recalcó el testimonio del entonces teniente general Felipe Domínguez, quien declaró en la instrucción que el propio Zírpolo le dijo que Bustos había sido detenido por personal del Regimiento de Infantería que estaba a su cargo. "Podría haberlo negado pero, a pesar de que iba a terminar imputado, Domínguez lo dijo. Y lo dijo porque era verdad".
Villalba desacreditó las objeciones que la defensa hizo sobre la fotocopia de la "nota objeto" en la que Domínguez informó a la V Brigada de la suerte de Bustos. "Se dijo aquí que no tenía el sello escalera en la que debían figurar todos los que intervinieron en su elaboración. Y no hubo sello escalera porque se sabía de qué se trataba nadie quería quedar involucrado". "Señores jueces, concluyó Villalba, los derechos humanos no son de derecha ni de izquierda. Son hijo del dolor", remarcó. Y la mayoría de la sala lo aplaudió.
Fuente: Nuevo Diario de Salta

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