jueves, 21 de abril de 2011



POR ELENA CORVALAN



Causa Ragone

Testigo habló de un plan para
secuestrar al ex gobernador


El sacerdote Carlos Escobar Saravia, presidente del club de gallos que frecuentaba Miguel Ragone, sabía días antes del 11 de marzo de 1976 que el ex gobernador iba a ser asesinado. El dato se lo había pasado el entonces juez federal Ricardo Lona. Así lo aseguró hoy (20 de abril) el testigo Damián Mendoza, quien declaró en segundo término en la séptima jornada del juicio contra ocho represores acusados por este hecho, y por el homicidio de Santiago Catalino Arredes y las lesiones Margarita Martínez de Leal.
Mendoza es la persona que la noche antes del secuestro fue a la casa de Ragone a advertirle que debía huir, porque lo iban a secuestrar. Durante la investigación de este hecho iniciada en 2004 declaró con identidad protegida. Hoy, con dificultades de audición y tenso, contó que este dato se lo pasó un militar, amigo suyo y de Ragone, que provenía de Córdoba pero que por entonces estaba prestando servicio en la Guarnición Ejército Salta.
Mendoza conocía al ex gobernador desde hacía años, la amistad había nacido por la afición que ambos compartían por la riña de gallos. Al cura Escobar Saravia, que era párroco del Ejército en Salta, lo conocían porque frecuentaban el mismo club de gallos.
Mendoza relató que el militar, cuyo nombre se negó a brindar debido a que dio su palabra de que no lo iba a “meter en problemas”, le avisó: “Salvá a tu amigo, porque va a suceder esto” y le contó que existía un plan para secuestrar a Ragone. Incluso le dijo que para apoyar a los que iban a cometer ese hecho desde Córdoba estaban viniendo dos comandos, “en una Chevy roja”.
El testigo dijo que se apresuró a advertir a su amigo. Llegó a su casa alrededor de las 23 del 10 de marzo, pero Ragone lo desalentó: “No te olvidés que yo he sido gobernador. Yo tengo mejor información que vos, a mí nadie me va a hacer nada”, le dijo antes de recomendarle que se tranquilizara.
Tiempo antes de que se cometiera el secuestro, en el club de gallos, mientras buscaba agua para los gallos que criaba, Mendoza había escuchado que Escobar Saravia le comentaba a otro hombre, de apellido Leonardi y residente en El Quebrachal, “que sabía por Lona que a Ragone lo iban a asesinar”. “Escobar Saravia sabía muchas cosas por la información que le daba Lona”, añadió el testigo. El ahora ex juez está imputado precisamente por no haber investigado el secuestro de Ragone, entre otros delitos de lesa humanidad que se le atribuyen.
Mendoza tiene presentada una denuncia por amenazas contra el sacerdote. Es porque cuando en el Juzgado Federal Nº 1 se reabrió la causa por el secuestro y desaparición del ex gobernador, Escobar Saravia le dijo al hijo del testigo: “Decile a tu tata que no se meta en la causa Ragone”.
El testigo relató que el 19 de noviembre de 1976 fue secuestrado, encapuchado y golpeado y que tras negociar con sus captores ofreciéndoles entregas de dinero, lo liberaron en Pampa Blanca. Dijo que desde entonces lo expoliaron.
Por el secuestro de Ragone están siendo juzgados el ex jefe del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez; el ex jefe del Ejército en Salta, Carlos Alberto Mulhall; el ex jefe de la Policía de Salta, Miguel Gentil; el ex jefe de Seguridad de la Policía provincial, Joaquín Guil; los ex policías Andrés del Valle Soraire, Javier Herrera y Pedro Herrera, y el civil Héctor Zanetto.


Procedimiento anormal

El policía retirado Silvio Mariscal, que inició el sumario por el ataque contra el ex gobernador Miguel Ragone, el comerciante Santiago Arredes y Margarita Martínez de Leal, reconoció hoy (20 de abril) que hubo situaciones “anormales” en el procedimiento que se siguió.
Entre ésas, contó que estuvo poco tiempo a cargo del sumario porque le ordenaron “rápido” que lo enviara a la Jefatura de Policía. Y, mientras tuvo a su cargo el sumario, el entonces juez federal Ricardo Lona se hizo presente cuando tomaba declaración a testigos. El hecho es llamativo porque se trataba de una investigación a cargo de la policía de la provincia de Salta, es decir que debía intervenir un juez de la provincia, no el juez federal, que finalmente se quedó con la causa y la cerró prácticamente sin llevar a cabo diligencias.
En el sumario realizado por Mariscal consta también que el cuerpo de Arredes fue entregado a sus familiares sin realizar pericia alguna. Esto fue consentido por su hermano, el oficial de Policía Roberto Arredes, que por entonces tenía un alto rango en la fuerza.
Otro hecho que el testigo calificó como “anormal” fue que el radiograma a toda la provincia informando sobre los automóviles en los que habían huido los captores de Ragone recién fue transmitido a las 18,40, más de diez horas después de ocurrido el hecho, cuando se suponía que se trataba de cerrar las salidas para atrapar a los secuestradores. Hoy también declararon el médico Julio Montellano, que atendió a Margarita Martínez de Leal en el Hospital San Bernardo; y quien fuera secretario de Prensa de Ragone, Juan Carlos Villamayor, que tuvo que truncar su testimonio debido a una descompostura

No hay comentarios:

Publicar un comentario