miércoles, 20 de abril de 2011

de esta causa es el de Rojas y que lo declarado por otras personas no tienen entidad.

La causa por la desaparición de Brizzi y Aramayo, en sus tramos finales

La Cámara Federal de Apelaciones de Salta fue ayer sede de una nueva audiencia en el marco de causas en las que se investigan delitos de lesa humanidad. Esta vez fue por apelaciones de las defensas del ex segundo jefe de la Guarnición Ejército Salta, Joaquín Cornejo Alemán, de los ex instructores Fernando Chaín y Diego Marcelo Gatto, y del civil Juan Manuel Ovalle.

La Cámara dará a conocer su resolución el 28 de abril. Ya hay un pedido del fiscal Eduardo Villalba para que la causa sea elevada a juicio.

Cornejo Alemán, Chaín, Gatto y Ovalle están imputados en la causa en la que se investiga la desaparición del soldado Víctor Brizzi, el 8 o 9 de marzo de 1976, y de la docente Silvia Benjamina Aramayo, secuestrada de su casa en septiembre de ese mismo año.



El abogado de Cornejo Alemán, Martín Diez, sostiene que no hay elementos para procesar a su defendido por el delito de homicidio doblemente calificado, en relación a Brizzi, y pide que se dicte una falta de mérito y que la causa vuelva para que, en todo caso, se aporte más prueba.

Lo del defensor oficial Martín Bomba Royo, que asiste a Chaín, Gatto y Ovalle, es un poco más complicado y viene siendo motivo de discusión: el defensor apeló el rechazo a un pedido de sobreseimiento que había realizado a favor de los acusados. Ocurre que sobre los tres pesan procesamientos confirmados por la Cámara Federal de Apelaciones. A Chaín y a Gatto se les imputa ser partícipes secundarios de privación ilegítima de la libertad (por Brizzi) y a Ovalle, ser partícipe del secuestro de Aramayo.

En teoría la cosa debía terminar con la confirmación de los procesamientos y a los acusados solo les quedaba esperar llegar a juicio para tratar de hacer caer la acusación que pesa en su contra. Sin embargo, el defensor pidió el sobreseimiento con el argumento de que se habían agregado nuevas pruebas luego de que la Cámara confirmara el procesamiento. Como el juez de primera instancia lo rechazó, fue en apelación.

Esto motivó cruces con el fiscal general, José Pérez, quien consideró que en realidad el defensor estaba intentando que se volviera a revisar la prueba.

La expresión de agravios (de los argumentos) de las apelaciones, y los motivos para rechazarlas, se realizan de manera verbal, en audiencias públicas. En este caso hubo audiencias, el lunes pasado y ayer; en la tercera, el jueves 28 de este mes, se conocerá la decisión del tribunal.

En las exposiciones hubo cruces entre el fiscal y la querella, representada por los abogados Tania Kiriaco y David Leiva, y los defensores.

Por estos hechos también están procesados Carlos Alberto Mulhall, Joaquín Guil, Benjamín Isidro de la Vega y Ubaldo Domislav Bujovich Villa (estos dos últimos solo en relación a Brizzi). Por Aramayo también están procesados Víctor Modesto Mendíaz y Abel Vicente Murúa.

Fuente: Nuevo Diario



Las víctimas fueron un soldado y una docente
Debaten una apelación por otros dos desaparecidos
La próxima semana la Justicia federal emitirá su dictamen. Si se confirma el procesamiento, los acusados irán a juicio.


lunes 18 de abril de 2011 Salta

EN EL RECINTO OVALLE, GATTO Y CHAIN (DE IZQUIERDA A DERECHA) CON EL SONRIENTE DEFENSOR BOMBA ROYO.
En la Cámara Federal de Apelaciones de Salta se realizó ayer la segunda audiencia oral y pública para resolver un recurso extraordinario presentado por los defensores de tres militares y un civil que fueron procesados por la desaparición del soldado Víctor Brizzi y la docente Silvia Benjamina Aramayo.

Los rastros del primero se perdieron entre el 8 y 9 de marzo de 1976 cuando cumplía el servicio militar en la Guarnición Ejército Salta. Por este hecho fueron procesados el jefe de la Unidad Carlos Alberto Mulhall, el subjefe Joaquín Cornejo Alemán y los oficiales Fernando Antonio Chaín y Marcelo Diego Gatto.

Mulhall, que está siendo juzgado por el caso Ragone, no apeló la resolución, pero sí lo hicieron los tres restantes. El querellante David Leiva planteó que Brizzi fue una víctima más del terrorismo de Estado que imperó en el país entre 1976 y 1983, ya que estaba considerado como un hombre de izquierda. Dijo que Cornejo Alemán era el jefe de la plana mayor y del departamento de inteligencia del Ejército y que su función era asesorar, organizar y vigilar las órdenes de Mulhall. El letrado señaló que siendo el Ejército una institución verticalista, la orden para hacer desaparecer al conscripto debió ser trasmitida de Mulhall a Cornejo Alemán y de éste a Chaín y Gatto. También el querellante se respaldó en el testimonio del coronel Rubio, quien declaró que el subjefe era responsable de lo que pasaba del regimiento hacia adentro y el jefe lo que ocurría hacia afuera. Esto hace presumir que Brizzi fue ejecutado en el predio militar. El fiscal José Pérez coincidió con Leiva, y destacó que el procesamiento de los imputados no tiene fisuras. Al mismo tiempo manifestó su desacuerdo con la decisión de la Cámara de haber hecho lugar al pedido de la defensa para que la apelación sea analizada en dos instancias.

Adolfo Diez, defensor de Cornejo Alemán, expresó que éste jamás pudo haber participado de este hecho porque a partir de febrero de 1975 estuvo abocado al operativo Independencia en Tucumán. “Es probable que el juez se haya sentido motivado por situaciones externas al dictar el procesamiento”, opinó. En tanto que el defensor oficial Martín Bomba Royo apuntó que Chaín y Gatto eran subtenientes y cumplían tareas de instructores, por lo que su función se limitaba solo a eso.

La causa de la profesora

El Tribunal federal, integrado por los jueces Luis Renato Rabi-Baldi Cabanillas, Jorge Luis Villada y Roberto Loutay Ranea, también deberá resolver la situación de Juan Manuel Ovalle, quien fue procesado por privación ilegítima de la libertad agravada, por la desaparición de la docente de la Universidad Nacional de Salta, Silvia Benjamina Aramayo. La víctima fue secuestrada de su domicilio, en septiembre de 1976, y nunca más se supo de ella.

La situación de Ovalle se comprometió con el testimonio de Brunilda Rojas, madre de la víctima, quien reconoció su voz cuando cuatro sujetos armados ingresaron a la vivienda y se llevaron a la profesora. La mujer aseguró que el imputado visitaba con frecuencia la casa, ya que era amigo de Silvia y nunca se imaginó que pudiera hacerle daño. El defensor oficial Bomba Royo señaló que el único testimonio que se puede rescatar

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