jueves, 21 de abril de 2011



Un amigo del ex Gobernador dijo que lo alertó del secuestro, horas antes
Hubo testimonios de altísimo voltaje en el juicio por Ragone“El entonces jefe de Policía, Miguel Gentil, lo odiaba ”, aseguró el dirigente justicialista Juan Carlos Villamayor.
miércoles 20 de abril de 2011 Salta

HIJA Y NIETO CLOTILDE RAGONE Y SU HIJO FERNANDO.
Con las declaraciones de Damián Mendoza y Juan Carlos Villamayor, la quinta audiencia del juicio a los acusados del secuestro y desaparición del ex gobernador constitucional Miguel Ragone, alcanzó un altísimo voltaje, a pesar de que ninguno pudo concluir su testimonio. Ambos se emocionaron hasta las lágrimas al recordar los entretelones del hecho y los 35 años que tuvieron que esperar para que esta causa llegara a los estrados judiciales.
Mendoza fue el último amigo que vio con vida a Ragone. Fue la persona que le advirtió que lo iban a secuestrar cuando en las últimas horas del 10 de marzo de 1976 llegó a su domicilio con la noticia que había recibido. “Un militar amigo me llamó desde Córdoba y me avisó que dos comandos habían salido de esa provincia, en una coupé Chevy de color rojo, para colaborar con el plan”, afirmó el testigo. Relató que cuando le trasmitió la información, el ex mandatario “estaba con su hijo Miguelito y éste me hizo señas de que estaba loco y eso me puso mal”. Dijo que Ragone trató de calmarlo y lo invitó a la cocina para que tomaran unos mates y que en esas circunstancias le manifestó que “lo que me decís no puede ser; no te olvides que yo fui Gobernador y manejo mejor información que vos”.
El testigo recordó que la respuesta fatalista de su amigo “me destrozó”, y por ese motivo no pudo conciliar el sueño. Mendoza explicó que al otro día se levantó temprano y se fue a su negocio y que alrededor de las 8.30 su esposa lo llamó por teléfono y le comunicó que secuestraron a Ragone y que ella había presenciado el crimen. A partir de ese momento se generó un encendido debate cuando Matías Duarte, abogado de la familia Ragone, le pidió al testigo que diera el nombre del militar que lo alertó de que Ragone iba a ser secuestrado.
“Si usted quiere honrar la memoria de su amigo, tiene que decir quién le dio la información”, le expresó el letrado, a lo que el testigo respondió: “Me comprometí que no iba a delatar a esa persona y no lo voy a hacer, porque soy un hombre de palabra”. Duarte y los querellantes David Leiva y Martín Avila le recordaron que como testigo estaba bajo juramento y obligado a decir la verdad, pero Mendoza se mantuvo en su postura. Como consecuencia, el Tribunal dispuso suspender su testimonio por considerar que el hombre no estaba en condiciones de seguir declarando.
Los abogados de las querellas sostienen que si Mendoza insiste en mantener el secreto, su testimonio puede ser interpretado como carente de credibilidad. “Si quieren meterme preso, háganlo, pero a este secreto me lo llevo a la tumba”, desafió el hombre.

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