lunes, 26 de septiembre de 2011

Juicio por Ragone

Piden la absolución de

Mulhall, Gentil y Guil

El defensor oficial Federico Petrina pidió ayer la absolución de Carlos Alberto Mulhall, Miguel Raúl Gentil y Joaquín Guil. Sostuvo que como el secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone se cometió antes del 24 de marzo de 1976, día en que produjo el golpe de Estado, no puede encuadrarse dentro de los crímenes de lesa humanidad y por lo tanto está prescripto.

De esta manera el defensor insistió en una postura que ya es reiterativa en causas en las que se investigan violaciones a los derechos humanos cometidas antes del golpe, sin que hasta ahora haya tenido éxito en los distintos tribunales en los que se han presentado estos planteos.

“La presente causa, si bien es un hecho lamentable, no se encuadra en las leyes de lesa humanidad”, sostuvo. El ex primer mandatario provincial fue secuestrado el 11 de marzo de 1976, trece días antes del golpe. Petrina añadió que, por lo tanto, no es un delito de lesa humanidad (que es imprescriptible) y la acción penal está prescripta, es decir, ya transcurrió el tiempo establecido por ley para perseguir a los presuntos responsables del hecho, y por eso sus defendidos deben ser absueltos. El pedido alcanzó también al policía retirado Andrés del Valle Soraire, acusado de ser uno de los autores materiales de los homicidios de Ragone y del almacenero Santiago Arredes, y al civil Jorge Héctor Zaneto, al que se le atribuye haber amenazado a Ragone.

Además, Petrina pidió que se declare la nulidad de los alegatos del fiscal Horacio Azzolín y de los querellantes, Matías Duarte, David Leiva, Martín Avila y Verónica Molina “por la indeterminación de las acusaciones”.

El abogado defensor dijo que con estas acusaciones indeterminadas, sin que se precise exactamente qué acciones se atribuyen a los cinco acusados que asiste, se violó el derecho de defensa en juicio, porque ejercerlo se tornó “hasta imposible”. “Se ha manifestado en relato genérico de un hecho histórico”, añadió. Dijo que no está en duda el hecho, sino “quién y por qué (se concretó), cuestiones que no vamos a poder establecer en este juicio”.

La derecha peronista

Petrina sostuvo que por la falta de pruebas “ninguna (hipótesis sobre el secuestro) se impone”, aunque consideró como “la más válida” aquella que afirma que el crimen fue obra de “la derecha peronista representada por la Triple A”,

El defensor afirmó que la hipótesis de la acusación, que sostiene que el ex gobernador fue secuestrado y desaparecido por orden del jefe del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez (apartado de este proceso por razones de salud) y que esta orden siguió hacia abajo, con la intervención de Mulhall, jefe del Ejército en Salta; Gentil, jefe de la Policía, y Guil, jefe de Seguridad de la Policía, “es puramente voluntarista y, por lo tanto, arbitraria”.

Sobre la “hipótesis de la Triple A”, como la llamó, leyó un párrafo del libro “López Rega. La biografía”, del periodista Marcelo Larraquy, en el que se da cuenta de un documento reservado del Consejo Superior Peronista que ordenaba “actuar contra la infiltración marxista”. El defensor enumeró las presiones que recibía el gobierno de Ragone, la declaración de persona no grata hecha por la CGT, la toma de la Casa de Gobierno. “El doctor Ragone tenía enemigos políticos ideológicos que no provenían del Ejército, sino que provenían de su propio partido”, afirmó indignando a parte del público. Recordó que el gobernador tenía también en contra a “medios de comunicación como El Tribuno, encabezado por su entonces director, Roberto Romero”.

El abogado cuestionó asimismo que la acusación haya “hecho un recorte en la pirámide jerárquica” en el jefe del III Cuerpo del Ejército. Señaló en tal sentido que para cuando ocurrió este hecho la comandante en jefe del Ejército era la presidenta María Estela Martínez de Perón. Luego el codefensor Pablo Louthier abundó sobre este aspecto al argumentar en contra de la acusación de autores mediatos de homicidio agravado (en dos hechos) y la tentativa de homicidio que recae sobre Mulhall, Gentil y Guil.

Al final, la solicitud de absolución de los acusados, o que sean condenados por privación ilegítima de la libertad en grado de tentativa (este pedido alternativo –subsidiario- fue calificado por el propio Petrina de “fantasía jurídica”, algo que –dijo- también hicieron el fiscal y las querellas), fue sellado con un fuerte aplauso de familiares de Guil y de los hermanos Pedro Javier y Rubén Nelson Herrera, que también están siendo juzgados en este proceso.

Los defensores alegaron en una jornada cargada de contratiempos. El inicio de la audiencia había sido previsto para las 9, pero se demoró hasta minutos luego de las 12. Extraoficialmente se dijo primero que estaba demorada la llegada del juez de Tierra del Fuego, Luis Giménez.

Ni bien se inició la audiencia, Petrina tomó la palabra para pedir que se declare la nulidad de todo el proceso oral, basándose en que en agosto pasado la Cámara Nacional de Casación Penal había decretado la nulidad de lo actuado en la causa Ragone en referencia al ex juez federal Ricardo Lona. La Fiscalía y los querellantes se opusieron y el Tribunal Oral en lo Criminal Federal rechazó el planteo.
Tras eso hubo un cuarto intermedio debido a que Zanetto sufrió una descompostura. La audiencia se retomó pasadas las 16. Los defensores hablaron por más de tres horas.

Cerca de las 20 la presidenta del Tribunal, Marta Snopek, anunció que la audiencia seguirá el martes 4 de octubre. Ese día se escucharán las réplicas del fiscal y las querellas. Luego se pasará a un cuarto intermedio hasta el 11 de octubre, cuando se conocería la sentencia.

(P/recuadro)

Mendaz y… mendaz

El defensor Federico Petrina se valió ayer, reiteradamente, del testimonio de quien fuera secretario de Prensa del gobierno de Miguel Ragone, Juan Carlos Villamayor, para asegurar que Joaquín Guil no estaba enemistado con el ex gobernador.

Dijo que Guil ya dijo que fue reincorporado a la fuerza policial por el propio Ragone, y que Villamayor dio su testimonio sobre eso. Que también dijo que le estaba agradecido a Ragone porque le había salvado la vida a un sobrino suyo, y que de eso también había dado testimonio Villamayor. Y que luego, el día del secuestro, Villamayor había dado cuenta de que Guil los había informado del hallazgo del automóvil del ex gobernador en el matadero de Cerrillos.

Hasta ese punto la valoración del testimonio de Villamayor iba muy bien. Pero, al referirse a la acusación que pesa contra Zanetto, para la que el testimonio de Villamayor es fundamental, el defensor comenzó a poner en duda la declaración del ex funcionario. “Mendaz en uno, mendaz en todo”, aseguró refiriéndose a su testimonio. Enseguida dijo que no pretendía tildarlo de mentiroso, “sino que (quería expresar) que su razón se encuentra obnubilada”.

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