Palomitas II: condenan a Guil
y lo mandan a cárcel común
El juez federal Julio Leonardo Bavio condenó ayer a reclusión perpetua al ex jefe del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y al ex jefe de Inteligencia de la Policía de Salta, Joaquín Guil, por su participación en la Masacre de Palomitas, el fusilamiento de 11 presos políticos cometido el 6 de julio de 1976 por miembros del Ejército y de la Policía provincial.
El magistrado dispuso que Guil debe cumplir esta sentencia como cualquier condenado común: en un establecimiento penitenciario, por lo que ordenó su “inmediata detención”, lo que se practicó al mediodía. El ex hombre fuerte de la Policía salteña fue enviado enseguida a la cárcel federal de Güemes.
Guil y Menéndez fueron condenados como autores mediatos de los homicidios doblemente calificados, por alevosía y por el número de personas que participaron, de los 11 presos políticos que estaban alojados en la cárcel de Villa Las Rosas y fueron asesinados en las cercanías de la localidad de Palomitas.
Además, el juez condenó a veinte años de prisión al ex policía federal y ex integrante del Servicio Penitenciario Provincial Juan Carlos Alzugaray, en su caso como partícipe secundario de los homicidios calificados. Tanto Menéndez como Alzugaray, ambos en delicado estado de salud, seguirán con el beneficio de la prisión domiciliaria.
La novedad fue dada a conocer a las partes al mediodía de la víspera. Como se trata de un procedimiento escrito (se rige por el antiguo código de procedimientos en material criminal), se informó por la simple vía de la notificación.
Por la tarde, familiares de las víctimas, militantes de organizaciones de derechos humanos y abogados querellantes dieron una conferencia de prensa. El hecho más destacado por todos fue la decisión del juez de detener a Guil, algo poco común para la generalidad de los magistrados salteños. “Es un día histórico”, afirmó Nora Leonard, hermana y cuñada respectivamente de Celia Leonard y Benjamín Avila, muertos en Palomitas, una de las que destacó la acción del juez Bavio. También los abogados David Leiva, Tania Kiriaco y Martín Avila pusieron énfasis en esta decisión.
De hecho solo dos jueces se atrevieron antes a ordenar la detención de Guil: la abogada jujeña Gladis Comas y el ex juez federal Abel Cornejo. Guil fue condenado en octubre pasado por el secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone pero el Tribunal Oral en lo Criminal Federal le mantuvo el beneficio de la prisión domiciliaria.
Parece que el ahora convicto por doble partida no se sentía realmente detenido permaneciendo en su casa de Villa San Lorenzo: fuentes extraoficiales comentaban ayer que cuando se le notificó que tenía que ir a la cárcel llamó a su abogado: “Me están deteniendo, me están deteniendo”, lo urgió.
Para tomar esta decisión el juez tuvo en cuenta los pedidos del fiscal Domingo Batule y de los querellantes. El magistrado hizo una interpretación restrictiva de la prisión domiciliaria, recordó que es facultativa del juez. “La injusticia de un proceder de concesión automática importaría –por sobre todo en casos de inusitada gravedad y exhorbitante trascendencia como el que nos ocupa en el que incluso se encuentra en juego la responsabilidad internacional del Estado por su deber de garantía al que se comprometió- a más de una aberración que ofende el sentido mismo de lo que es justo y el interés general en s u afianzamiento, una aplicación irracional de la norma al reconocer que existen derechos absolutos, lo que no es más que una concepción antisocial”, afirmó Bavio.
Esta es la segunda condena que se conoce en la causa Palomitas. La primera se dictó en diciembre de 2010, contra los militares Carlos Alberto Mulhall, Miguel Gentil, y Hugo César Espeche.
La investigación de este hecho prosigue: ya está abierta la causa conocida como Palomitas III, en la que los querellantes han solicitado la indagatoria de tres ex miembros del Servicio Penitenciario Provincial, Napoleón Soberón, Nicolás Oliva y Eduardo Carrizo, y del militar Joaquín Cornejo Alemán. En este proceso está también imputado el ex juez Ricardo Lona.
Las víctimas
Por la tarde, frente a la plaza 9 de Julio, familiares y militantes de organizaciones de derechos humanos, como la Asociación Lucrecia Barquet e Hijos, brindaron un homenaje a los caídos en Palomitas: Celia Leonard, Benjamín Avila; Georgina Droz, Pablo Outes, Roberto Oglietti, María del Carmen Alonso, Alberto Simón Savransky, Rodolfo Pedro Usinger, María Amaru Luque de Usinger, Evangelina Botta y José Povolo.
Por Elena Corvalan
Perpetua para Menéndez y Guil en la causa Palomitas
Por la masacre de once presos políticos, en julio de 1976, también se condenó a 20 años a un exagente de la cárcel local.
El juez federal de Salta, Julio Bavio, condenó a reclusión perpetua al exjefe del III Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez y al exdirector de Seguridad de la Policía de la Provincia Joaquín Guil, como “coautores mediatos de la masacre de Palomitas”, en la que once presos políticos fueron acribillados el 6 de julio de 1976 en el paraje homónimo del departamento General Güemes. También dispuso la condena a 20 años de prisión del exjefe de Seguridad del Servicio Penitenciario Provincial Juan Carlos Alzugaray.
Más allá de la drástica sentencia, la nota sobresaliente del fallo fue la revocatoria de la prisión domiciliaria del comisario Guil, quien desde ayer al mediodía quedó alojado en la Cárcel Federal de Güemes.
La resolución de Bavio fue recibida con beneplácito por los familiares de las víctimas de uno de los crímenes más aberrantes y atroces cometidos por la última dictadura militar.
Las condenas de los nombrados en esta causa se suman a las dictadas el año pasado por la Justicia Federal al ex jefe de la Guarnición Ejército Salta Carlos Alberto Mulhall, al ex jefe de la Policial local Miguel Gentil y al ex oficial de Ejército Hugo Espeche.
El magistrado justificó la revocatoria de la prisión domiciliaria de Guil, de 74 años, por considerar que la gravedad de los hechos cometidos “no satisface en modo alguno el legítimo interés de la sociedad en el afianzamiento de la Justicia”.
Sostiene que la finalidad de la pena de prisión perpetua que se le impuso “quedaría vacía de contenido y sin aplicación” por la sola circunstancia de que la persona condenada sea mayor de 70 años. “Este es un día histórico porque no solo se hizo Justicia con la condena a Guil, sino que se dispuso que cumpla esa condena en la cárcel”, expresó Nora Leonard, hermana de Celia Leonard, quien en aquella trágica jornada fue masacrada junto a su esposo, Benjamín Avila.
Durante la conferencia ofrecida ayer en la vereda del hotel Victoria Plaza, la mujer valoró la decisión tomada por el juez Bavio. Para la abogada Tania Kiriaco, “el fallo del juez reivindica la lucha de los familiares y hubiera sido bueno que esta condena llegara cuando Lucrecia Barquet estaba con vida”.
“Es muy fuerte, no lo puedo creer”
Para el querellante Martín Avila, la revocatoria de la prisión del comisario Guil “responde a los estándares internacionales, ya que los autores de crímenes aberrantes, como los de Palomitas, deben cumplir sus condenas en la cárcel”.
Elia Fernández, hija de María del Carmen Alonso, manifestó: “Todavía no lo puedo creer; esto es muy fuerte para todos los que perdimos a una madre, como en el caso mío, en esa masacre”. A su juicio, “este es un fallo histórico y una justa reivindicación para quienes desde hace años venimos clamando por justicia”.
A su turno, el querellante David Leiva rindió un homenaje a las once víctimas de la masacre. “Ellos ofrendaron sus vida en defensa de sus ideales”, destacó. Al mismo tiempo resaltó el fallo del juez Bavio al señalar que “al fin un magistrado decidió romper con el manto de impunidad que por años imperó en la Justicia Federal de Salta”. Al referirse a Guil, el letrado sostuvo que “nos satisface que hoy la hiena esté en la jaula, en la cárcel, como debe ser”.
Fuente: El Tribuno
PARTE DE PRENSA
EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA INPUNIDAD EN SALTA: AHORA SI LE DIERON CARCEL COMUN, PERPETUA Y EFECTIVA A JOAQUIN GUIL
El juez Julio Leonardo Bavio, a cargo del Juzgado Federal N° 1 de Salta, condenó hoy a reclusión perpetua a Luciano Benjamín Menéndez (ex- jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Menéndez) y a Joaquín Guil (ex-director de inteligencia de la Policía), por la causa conocida como “Palomitas II”.
Se revocó la prisión domiciliaria que cumplía Joaquín Guil, ordenando su detencion para que cumpla en forma efectiva en una cárcel pertenenciente al Servicio Penitenciario Federal .A Juan Carlos Alzugaray (ex-oficial de la Policía Federal), se lo condeno a la pena de 20 años de reclusión.
El 6 de julio de 1976, 11 presos políticos fueron acribillados en el paraje Palomitas, a 50 km de Salta.
El 6 de julio de 1976, 11 presos políticos fueron acribillados a 50 kilómetros de Salta capital. Los internos supuestamente estaban siendo trasladados desde la cárcel de Villa Las Rosas a un penal de Córdoba y fueron fusilados en el paraje Palomitas.
Las víctimas fueron la docente Celia Leonard, que militó en la Juventud Universitaria Católica y luego en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), su esposo Benjamín Avila, que fue seminarista, adoptó la Teología de la Liberación y luego militó también en el PRT; Georgina Droz, docente de la Universidad Nacional de Salta, militante de la JP; Pablo Outes, que fuera diputado provincial por la UCR y luego militó en el PRT, igual que Roberto Oglietti y que la arquitecta María del Carmen Alonso, que integró el equipo de gobierno del intendente Gerardo Bavio. También militaban las otras víctimas: Alberto Simón Savransky, Rodolfo Pedro Usinger, su esposa María Amaru Luque de Usinger, Evangelina Botta y José Povolo. “Las víctimas de Palomitas tenían un compromiso con su país y con su época, y ese fue el motivo de su muerte”, aseguró el abogado. Añadió que no fueron elegidas al azar, sino dentro del plan sistemático de eliminación de la oposición y para infundir el terror.
¡¡¡30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS PRESENTE AHORA Y SIEMPRE¡¡¡
H.I.J.O.S SALTA
Hoy visite el cementerio de la Sta. Cruz, tenia que hacer unos tramites. Hace muchos años que no ingreso al predio y por casualidad trabe conversación con una señora que visita asidua mente el cementerio y hablando de la inseguridad y otras cosas me hizo un comentario.
ResponderEliminar"Durante la represión en una ocasión de visitar la tumba de un familiar en una de las galerías adyacentes al lugar donde antiguamente destinado a las tumbas de tierra. Vio llegar un vehículo militar con tres militares, ella los describe como dos soldaditos y un oficial.
Continua relatándome que los dos soldados bajan del vehículo y comienzan a bajar cuerpos envueltos en sabanas y con manchas de sangre y los arrojan a una fosa que estaba cavada al lado de las antiguas moreras, uno de los soldados advierte su presencia y se lo informa al oficial, el cual estaba fumando.
este se acerca a la testigo y le dice, "no crea que los matamos nosotros, estos son cadáveres de personas que fallecieron en el hospital y como no tienen familiares los dejamos aquí", me cuenta que temió por su vida y que se alejo presurosamente de allí.
Al vivir cerca del cementerio recuerdo que en esos años era un niño y siempre había quema de cadáveres en la pared sur al fondo antes del cerro. Esta actividad finalizo antes de 1985. Era común ver cadáveres y cajones en una gran fosa cavada allí.