martes, 24 de julio de 2012


Gerardo Martínez era para los represores un agente “leal y útil”

Por Marcelo Larraquy

Entre 1981 y 1984 operó para la Inteligencia de Campo de Mayo. Allí había un centro clandestino de detención.
 
22/07/12
El lunes 16, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, la Presidenta recibió a un grupo de 50 sindicalistas cercanos al oficialismo y opositores a la conducción de Hugo Moyano en la CGT. A la derecha de Cristina Fernández de Kirchner, estaba sentado Gerardo Martínez , titular de la UOCRA. Durante la dictadura, en la comunidad informativa de la inteligencia militar, se lo conocía con el seudónimo de “Gabriel Antonio Mansilla”.
Martínez actuó como agente secreto del Destacamento 201 de Inteligencia de Campo de Mayo , según su foja de servicios, que se publica por primera vez, en la que se lo califica como “agente leal y útil” (ver Una foja ...). En julio del año pasado, Martínez había sido denunciado en el juzgado federal del juez Ariel Lijo como agente del Batallón de Inteligencia 601 por el sindicato de la construcción SITRAIC y organismos de derechos humanos (APDH, AEDD, APEL, entre otros).
La Secretaría de Derechos Humanos admitió que Gerardo Alberto Martínez (DNI 11.934.882) figuraba en el listado del Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Batallón 601 , aunque informaba que había actuado entre marzo de 1982 y diciembre de 1983. El 3 de julio, en declaraciones a radio Mitre , Martínez dijo que había sido convocado por los militares para la reconstrucción de las islas Malvinas una vez que las Fuerzas Armadas dominaran el territorio, pero que él no tuvo “nada que ver con la dictadura, ni había firmado nada”.
Ambas informaciones están desmentidas en su legajo microfilmado, archivado en el Departamento de Personal de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército.
Según la revisión de las fojas, Martínez es presentado en julio de 1981 en el Destacamento de Inteligencia 201, con asiento en la guarnición de Campo de Mayo, y comienza a actuar en octubre de 1981 , mes en el que cobra su primer sueldo. Para entonces no había ningún plan para reconquistar las islas. Además, Martínez jura (y firma) servir con “lealtad y fidelidad” al organismo militar (ver abajo) .
El Destacamento 201 al que sirvió Martínez dependía del Comando de Institutos Militares. Durante la dictadura sus jefes fueron los generales Riveros, Montes, Nicolaides y Bignone.
El Comando tenía el control operacional sobre la “Zona 4”, que comprendía los partidos de Escobar, General Sarmiento, General San Martín, Pilar, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y San Fernando (de donde era oriundo Martínez).
El Comando de Institutos Militares remitía información al Batallón de Inteligencia 601, adonde también reportaban las “comunidades informativas”, del personal militar, policial, gendarmería, prefectura, delegaciones de la SIDE y el personal civil de inteligencia. A partir de esa información, actuaban los distintos “grupos de tareas”. Muchos militares y civiles que prestaron servicios en el Destacamento de Inteligencia 201, también lo hicieron en el Batallón 601 , como era el caso del PCI Gerardo Martínez.
El titular de la UOCRA ingresó a la inteligencia militar a los 25 años, con el seudónimo de “Mansilla Gabriel Antonio”.
Su especialidad fue “Agente de Reunión en el ámbito Gremial”.
Su destino era el SAEIC, Sección de Actividades Especiales de Inteligencia y Contrainteligencia. Martínez ingresó como agente secreto (“C3) a “horario completo”. En algunos casos, los agentes participaban de los operativos para garantizar su efectividad.
Recibían una remuneración complementaria por “actividad riesgosa ”.
El juramento por “fidelidad y lealtad” con el órgano de la inteligencia militar Martínez lo efectúa en enero de 1982 con el mayor Alfredo Filippelli, 2do jefe del Destacamento 201, en Campo de Mayo. En 1983, el jefe del SAEIC, el capitán Raúl Fernando Delaico , lo recomienda para el ascenso por su tarea entre 1982 y 1983.
En el Destacamento 201 impartían cursos de “Perfeccionamiento para auxiliar de inteligencia” para capacitar al personal en procedimientos especiales para la “obtención de información”. La justicia trata ahora de determinar si Martínez formó parte de esos cursos de “Interrogadores”.
En la causa de la “Contraofensiva montonera”, Lijo condenó al agente Julio Héctor Simón (“El Turco Simón”) a 23 años de prisión. Simón tenía la categoría “In 14, cuadro C-3”, la misma jerarquía que detentaba Martínez.
En su última reunión con los gremialistas, quizá sin los antecedentes durante la dictadura del jefe de la UOCRA, la Presidenta puso a Martínez en primer plano, a su derecha. O quizá, aún en conocimiento de ellos, les restó importancia, y lo considera un hombre útil para la coyuntura gremial.
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Una foja de servicios que marca progresos y ascensos

  
Secreto. Martínez en los años ‘70.
Secreto. Martínez en los años ‘70.


22/07/12
En la foja 1 del microfilm de su legajo personal, se menciona que Gerardo Martínez está vinculado al mayor Roberto Edgardo Gordillo, del Batallón 601, quien recomendó su ingreso a la inteligencia militar. A continuación, el detalle de las fojas.
Extractos: Foja 6: ideología política: Partido Nacional Justicialista.
Fojas 31 y 37: da cuenta que opera bajo el seudónimo de GABRIEL ANTONIO MANSILLA en el Destacamento de Inteligencia 201. Destino interno S.A.E.I.C. Cargo: “Agente S”.
Fojas 40 y 41: Está conceptuado como “ capaz y útil en su trabajo específico , con excelente nivel de desempeño para las tareas que se le ordena”. Buenas condiciones intelectuales. Se le llama la atención por cierta informalidad en el cumplimiento de los horarios, “de suma importancia para el desarrollo de inteligencia”. Se notifica que su especialidad es “Agente de Reunión en Ámbito Gremial”.
Foja 44 : “Concepto: agente leal, disciplinado y con amplios conocimientos y contactos a nivel gremial que debe supervisar en la actividad informativa ya que tiene capacidad para ello, habiendo logrado en los últimos tiempos una superación mayor a la que regularmente mostraba”. El capitán Raúl Delaico lo recomienda “apto” para ascenso por sus tareas en el período 15/10/82 -15/10/83.
Foja 48: Durante la siguiente evaluación anual (15/10/83-15/10/84), se elogia su “elevada dosis de responsabilidad e iniciativa.
Supo adaptarse rápidamente al trabajo específico”.
Foja 56: El 18 de enero de 1982, en la unidad militar de Campo de Mayo, jura guardar “lealtad y fidelidad con la patria y con el organismo que reviste y guardar el secreto más absoluto en el desempeño de sus funciones y tareas”. El acta de juramento está firmada por el mayor Alfredo Filippelli y el propio Gerardo Martínez.
Foja 60: Se lo menciona como personal C3 In 14, Clase 1. Personal Civil 10.074/81.
Fojas 65 y 66: Bajo el seudónimo de “Gabriel Mansilla” (Categoría IN 14, Cuadro C. Subcuadro C3) solicita la renuncia por tener “excelentes posibilidades de progreso en la actividad privada”.
El 20 de agosto de 1984 el teniente coronel Julio César Durand (legajo 11453), jefe del Destacamento de Inteligencia 201, acepta su baja y anota: “Puede considerarse como apto para ser reincorporado”.
Fuente:  Clarin
 
 
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Un represor de Moreno en cárcel común

Junto a Videla

Viernes, 20 de julio de 2012




El Juez Federal Reinaldo Rodríguez detuvo a Adolfo Kushidonchi, quien fuera director del Penal de Coronda en tiempos de la última dictadura militar. Sus víctimas lo recuerdan como El Taca o El Japonés. Con el regreso de la democracia estuvo al frente de la Dirección de Tránsito en la gestión de Julio Asseff. Retirado de la política abría las puertas de la Catedral de Moreno.
Adolfo Kushidonchi caminó sin sobresaltos en los años de democracia recuperada por el pueblo. Sin dudas que la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, y al tomar la bandera de los derechos humanos, impuso un valor institucional de gobierno que oxigenó las causas archivadas y ocultas. La verdad tuvo más luz, la suficiente para ubicar a El Taca. Los primeros días de junio fueron los últimos de Kushidonchi en ejercicio de su libertad. El Juez Federal Reinaldo Rodríguez ordenó su detención por considerarlo partícipe y protagonista de las torturas y represión en el Penal de Coronda, en ese tiempo donde El Taca o El Japonés, así lo apodaban a Kushidonchi, aplicó el método de los ’70. El represor fue trasladado desde su domicilio particular, Bartolomé Mitre 1057, a la provincia de Santa Fe. Ahora comparte celda con Jorge Rafael Videla y otros genocidas.
“El salón parroquial o el ingreso a la Catedral pueden abrirlo cualquier integrante de la comunidad eclesiástica pero éstos tipos se mezclan para andar por la calle como inocentes después de hacer lo que hicieron. En el caso de Kushidonchi llega al penal de Coronda y con el tiempo asume como director. Fue uno de los personajes que buscó aniquilar en lo físico y psicológico a todos los presos políticos que estaban en ese penal, compañeros de Rosario y San Nicolás”, dijo Miguel Fernández, responsable de la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Moreno.


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