jueves, 9 de agosto de 2012


se trata del joven nº 106 que es hallado por el organismo

Un nieto más recuperó su identidad gracias a la lucha de las Abuelas

Estela de Carlotto realizó el anuncio. Pablo Javier Gaona Miranda empezó a encontrarse con su verdadera historia la semana pasada. Días atrás conoció a sus tíos, primos y a su abuela de 82 años.

Con una convocatoria hacia los jóvenes que tienen dudas sobre su origen, Abuelas de Plaza de Mayo anunció ayer que un nuevo nieto recuperó su identidad: se trata de Pablo Javier Gaona Miranda, quien se acercó a la institución por voluntad propia y un examen de ADN le confirmó la semana pasada que es hijo de Ricardo Gaona y María Rosa Miranda, ambos desaparecidos. 
Junto al secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, Estela de Carlotto anunció el hallazgo con "inmensa alegría", mientras sostenía las fotos en blanco y negro de los padres del joven: "Las Abuelas, con 35 años de lucha, acompañadas por el Estado hemos podido encontrar al nieto número 106", indicó y señaló que "después de 34 años, finalmente fue liberado de la mentira". "Recuperar esta identidad es una inmensa alegría y poder decir que hay otro argentino que tiene pleno goce de su derecho a la identidad y puede elegir qué persona quiere ser", destacó Fresneda. 
A su lado, emocionado hasta las lágrimas, el tío del joven, Rigoberto Gaona, aplaudía y agradecía por haber podido conocer a su único sobrino, quien el 29 de junio último se presentó con dudas en Abuelas y entregó luego su sangre al Banco Nacional de Datos Genéticos. Se reunió con su familia hace apenas una semana, el mismo día que la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) le confirmó que era hijo de desaparecidos. Allí conoció a sus tíos, primos y a su abuela de 82 años, Justa Paiva de Gaona, quien al enterarse de la noticia se repuso momentáneamente de sus dolencias, se levantó de su cama y se fue a la peluquería para el encuentro con su nieto. 
Si bien Pablo Javier no se presentó en la conferencia, sí acompañó a su tío a la sede de Abuelas y aprovechó que nadie lo conocía para mezclarse entre el público, mientras Estela de Carlotto leía el comunicado de prensa que por primera vez dio a conocer su nombre, la historia de su apropiación y la desaparición de sus padres.
El joven fue secuestrado con apenas un mes de vida junto a sus padres, ambos militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). "El 14 de mayo de 1978 la familia que vivía en la Ciudad de Buenos Aires se dirigió a Villa Martelli, a la casa de los padres de Ricardo, donde se reunieron para celebrar el aniversario de la independencia de Paraguay. Se despidieron y nunca más se supo de ellos", leyó Carlotto.
El matrimonio permanece desaparecido desde esa fecha mientras que Pablo Javier fue entregado a un matrimonio que lo anotó como hijo propio. El entregador fue un coronel retirado, primo del apropiador, quien además fue su padrino.
El matrimonio de apropiadores, cuyos nombres no fueron difundidos, fue denunciado por la Secretaría de Derechos Humanos ante el juzgado de María Servini de Cubría después de conocerse el resultado del examen genético. Si bien se desconoce dónde estuvieron detenidos sus padres, los abogados de Abuelas sostienen la hipótesis, por la zona donde fueron secuestrados, de que podrían haber pasado por Campo de Mayo. 
El joven restituido siempre supo que no era hijo biológico de sus apropiadores, pero le habían dicho que lo habían traído de Misiones. En 2001 empezó a sospechar que podía ser hijo de desaparecidos y, cuando en 2008 manifestó estas dudas, su apropiadora le confirmó que había sido entregado por su padrino.
"Hace poco más de un mes, Pablo Javier se animó a dar el paso hacia la verdad. Hoy tenemos la alegría de anunciar que un nuevo nieto pudo liberarse de la tortura que significa vivir bajo el yugo de la apropiación y reencontrarse con sus tíos, primos y una Abuela que siempre lo esperó", señaló Carlotto.  «


un pedido a la sociedad
"Las Abuelas estamos cumpliendo 35 años de búsqueda. Muchas de nosotras se han ido de esta vida sin poder abrazar a su nieto o nieta. Nuestra lucha sigue siendo tan dolorosa y desesperada como al principio, aunque ahora con el agravante de que el tiempo se nos acaba", sostuvo la titular de la entidad, Estela de Carlotto. Junto al secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, hizo un llamado a los jóvenes que tienen dudas de su origen: "Como Pablo Javier, que tuvo la valentía de enfrentarse a sus miedos, convocamos a todos los que dudan de su identidad a que se acerquen a nuestra institución para empezar a aliviar tanto dolor. Y a quienes conocen a alguien que tiene dudas, o que ya sabe que puede ser hijo de desaparecidos, les pedimos que los ayuden a acercarse a Abuelas o a la CONADI. Las Abuelas, como desde hace 35 años, los seguimos buscando y los seguimos esperando", señaló. Además de Fresneda, estuvieron presentes en la conferencia de prensa la subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos, Marita Perceval; el diputado Remo Carlotto, presidente de la Comisión de Derechos Humanos, y Claudia Carlotto, titular de la CONADI.
Fuente: Tiempo Argentino
 
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LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO IDENTIFICARON AL NIETO 106: ES PABLO JAVIER GAONA MIRANDA, DE 34 AñOS

“Pablo fue finalmente liberado de la mentira”

Tenía dudas sobre su identidad, hace un mes se hizo el análisis de ADN y supo que sus padres eran Ricardo Gaona Paiva y María Rosa Miranda. Fue entregado por un coronel, que se convirtió en su padrino, a una pareja que lo anotó como hijo propio.

“Empezar a sacarse de encima las dudas es el camino para aliviar tanto dolor”, dijeron las Abuelas.
 
Por Ailín Bullentini
Desde una habitación contigua a la sala de conferencias de prensa, en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, Pablo Javier escuchó a la presidenta de ese organismo de derechos humanos contar brevemente su historia. Frente a los micrófonos, Estela de Carlotto comunicó con alegría la noticia que se deslizó en algunas páginas de diarios el lunes: que los 35 años de lucha de Abuelas habían dado un nuevo fruto, la recuperación de la identidad del nieto número 106 quien, desde hace tan solo unos días, puede invocar los apellidos de sus padres, aún desaparecidos, Ricardo Gaona Paiva y María Rosa Miranda. “Después de 34 años, Pablo fue finalmente liberado de la mentira”, sentenció la presidenta de Abuelas.
Carlotto fue la voz cantante en la conferencia de prensa que la institución organizó para comunicar la buena nueva y en la que la acompañaron la vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit, y el tío de Pablo, Rigoberto Gaona. También participó el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, quien compartió “la inmensa alegría” de recuperar la identidad de otro nieto: “Tenemos otro argentino que cuenta con el pleno goce de sus derechos, por sobre todos el de su identidad y de decidir qué tipo de persona quiere ser”. En ese sentido, Roisinblit remarcó que el encuentro con otro nieto más en el camino de 35 años de esfuerzo y búsqueda “dolorosa y desesperada” de las Abuelas “demuestra que no estábamos equivocadas cuando empezamos como viejas tercas que éramos. Eso nos alienta a seguir”.
Cubriéndoles las espaldas se los vio a varios nietos y nietas que pasaron por el mismo proceso que Pablo Javier y que, de alguna manera, enfrentaron las cámaras y grabadores durante el anuncio en su presentación. Tal vez porque la utilizó para afrontar los días que precedieron a la confirmación de su verdadera identidad, cuando se presentó voluntariamente a Abuelas, se sometió al análisis de ADN y recibió la confirmación de sus sospechas, Pablo Javier sintió que la fuerza no le alcanzaría para mantenerse firme durante la comunicación de la noticia que lo tuvo como protagonista. “Estamos empezando a escarbar en la historia de Pablo Javier, a quien por ahora hay que preservar y cuidar mucho”, confesó Carlotto.
El rearmado de la historia del “nieto 106” comenzó el 29 de junio pasado, cuando por su propia voluntad llevó a Abuelas las dudas que tenía sobre sus padres biológicos. El matrimonio que lo crió le había dicho que era adoptado y que lo habían traído desde Misiones. La versión comenzó a tambalear dentro suyo en 2001 y en 2008 se lo hizo saber a su apropiadora, quien finalmente le confesó la mentira.
“La expectativa institucional era muy grande porque los datos que trajo Pablo y sus dudas eran casi certezas, pero la sangre es la que marca la verdad”, comentó Carlotto sobre el día en que desde el área de Presentación Espontánea del organismo que dirige pusieron al joven en contacto con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Desde allí, vía Banco Nacional de Datos Genéticos, se completó la conexión entre las dudas de Pablo y su verdadero origen.
Los resultados, la “verdad de la sangre”, revelaron, el 1º de agosto pasado, que Pablo Javier era hijo de Ricardo Gaona Paiva, un paraguayo que militó en la Juventud Peronista y en el Ejército Revolucionario del Pueblo, donde había conocido a María Rosa Miranda, su mamá. Las piezas para completar el camino de su identidad, no obstante, son muy pocas aún. Se sabe que “Silvia” era ella para sus compañeros de militancia y que “Jorge” era él. También que en un festejo familiar con la familia de Ricardo por el aniversario de la independencia de Paraguay fue la última vez en la que se los vio con vida. El 14 de mayo de 1978 la pareja y su hijo –el flamante nieto– de tan solo un mes –Pablo Javier nació el 13 de abril de 1978– habían viajado desde la ciudad de Buenos Aires –vivían en un departamento de un edificio en el que Ricardo trabajaba como encargado– a Villa Martelli, donde aún reside la familia paterna y de donde no regresaron nunca.
De la pareja no se sabe destino de detención clandestina ni lugar en donde podrían estar sus restos. No bien fue secuestrado, Pablo Javier fue entregado por un coronel retirado al matrimonio de un primo suyo que lo anotó como hijo propio. Como en otros casos de niños apropiados, el militar que lo entregó, se convirtió en el padrino.
La familia biológica nunca dejó de buscar a Pablo y a sus padres. La abuela paterna, Justa Paiva de Gaona, denunció la desaparición de su hijo, su nuera y su nieto. Hasta la semana pasada, nada supo. “Mi madre está feliz, aunque un poco alterada y cansada. Pero está muy feliz como lo estamos todos. Tenemos entre nosotros al primer nieto y sobrino que llegó a la familia. Ya tendremos tiempo de abrazarlo y de cuidarlo”, expresó Rigoberto Gaona.
Desde los primeros días de agosto, entonces, Pablo Javier comenzó a transitar los pasos de aquel camino que le clausuraron, con su verdadera identidad. “Pablo ya conoció a parte de su familia materna y paterna; quiso venir a esta casa. Ya hay una relación muy grande con su realidad y con esta institución y los nietos, que son sus hermanos en esta vida que les tocó vivir. Esto es una garantía de que todo va a ir bien”, mencionó Carlotto y destacó que “el proceso es fuerte, pero los pasos dados hasta ahora fueron positivos”, concluyó Carlotto respecto de lo que se viene.
En el comunicado que Abuelas elaboró para presentar públicamente la recuperación de una nueva identidad robada por los genocidas, a través del Plan Sistemático de robo de bebés durante la última dictadura, reiteraron su convocatoria a “todos los que dudan de su identidad” a que “se animen y se acerquen” a Abuelas para averiguarlo. “Empezar a sacarse de encima las dudas es el camino para aliviar tanto dolor”, apuntaron las Abuelas desde el documento.

Las actas de nacimiento
 
El jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Alberto Pérez, informó que el gobierno bonaerense facilitará a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo el acceso a la consulta de partidas de nacimiento y defunciones que se encuentran en el Registro de las Personas. La medida se efectivizó con un acuerdo que se firmó ayer entre el subsecretario de Gabinete, Juan Pablo Alvarez Echagüe, y la titular de la asociación, Estela de Carlotto, por el que la provincia permitirá a Abuelas revisar los libros de actas a través de personas debidamente autorizadas. El Registro provincial de las Personas entregará copias certificadas de actas de nacimiento o de defunción de los libros que se encuentran en las 490 delegaciones del organismo o en su sede central de la ciudad de La Plata. Alvarez Echagüe aseguró que “ponemos a disposición el Registro para lo que requiera Abuelas en la causa noble y justa que defienden y sostienen desde hace tantos años en nuestro país, que consiste en localizar y restituir a sus legítimas familias los niños y niñas secuestrados y desaparecidos en la última dictadura militar”. Carlotto agradeció la iniciativa y expresó que puede “contribuir a encontrar a nuestros nietos”.

Fuente: Pagina 12


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